Aún no se dispone de un ordenador cuántico funcional al 100%, aunque cada vez se está más cerca. Sin embargo, el potencial de la computación fundamentada en esta física, capaz de desentrañar la materia oscura microbiana (material genético de microorganismos aún por desvelar), descubrir nuevas moléculas medicinales, identificar cada ladrillo de un genoma u optimizar un complejo proceso financiero o industrial, urge el hallazgo de atajos. Investigadores de BBVA, que mantiene un equipo especializado en esta disciplina con participación pública y privada, han logrado una simulación cuántica distribuida con servidores clásicos y programación de código abierto, replicable por cualquier institución sin necesidad de un superordenador o un delicado computador basado en las características exóticas del mundo subatómico. Es decir, una forma de hacer computación cuántica con tecnología actual, disponible y al alcance de cualquiera.
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