Antes de las elecciones presidenciales de EE UU en 2020, más de 35.000 usuarios de Facebook e Instagram aceptaron participar en un experimento. Un 27% de ese grupo escogido al azar recibió un pago para desactivar sus cuentas durante seis semanas. El resto iba a desconectarse solo una semana. El objetivo era comprobar qué resultados tenía desaparecer de dos de las principales redes en las semanas más movidas en política cada cuatro años. El resultado es que apenas pasa nada. Excepto en un detalle: el grupo desconectado de Facebook (no de Instagram) tendía a no creer los bulos que circulaban. En cambio, su participación política, sobre todo online, también disminuyó.
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