El secreto de ChatGPT no tiene tanto que ver con la tecnología, sino con el factor humano

Es la tecnología que está revolucionando el mundo desde hace años. La inteligencia artificial nos permite vislumbrar un futuro en el que el ser humano pueda centrarse en labores más artísticas y dejar procesos tediosos a plataformas como ChatGPT o modelos de IA de otras compañías. Sin embargo, la mayoría desconocíamos que detrás del más vanguardista invento de nuestra generación se encuentran hombres y mujeres ofreciendo su trabajo para pulir un software que está cambiando trabajos y nuestra realidad.

ChatGPT y el factor humano que encumbra a la IA

Un reportaje del medio CNBC nos ha permitido conocer un aspecto del sector de inteligencia artificial que, seguramente, la mayoría de personas desconocían. Gracias al testimonio de Alexej Savreux, ya sabemos parte de la realidad que se oculta tras tus peticiones a ChatGPT.

Este hombre, que ha trabajado en teatros, restaurantes o en el sector del transporte, actualmente se encuentra trabajando para OpenAI, aunque no forma parte de la plantilla que la compañía de Sam Altman declara de manera oficial. Alexej es uno de los denominados contratistas, que se encargan de trabajar en los sistemas de inteligencia artificial en sus cloacas.

Su salario es de 15 dólares a la hora, algo realmente escaso en Estados Unidos, y el trabajo no incluye ningún tipo de beneficio, como podrían ser los habituales seguros médicos, tan necesarios en el país norteamericano. Su labor se describe en enseñar a los sistemas de inteligencia artificial a analizar los datos de los que disponen. Es decir, se dedican a mejorar la precisión de la IA, a través de etiquetar fotografías y realizar predicciones sobre lo que se debería entregar a los usuarios como texto final.

Trabajadores como Alexej Savreux han pasado años enseñando a OpenAI cómo mejorar las respuestas de ChatGPT. El hombre, de 34 años, afirma en el medio anteriormente mencionado que:

Somos trabajadores sucios (lo que en inglés se conoce como ‘grunt workers’), pero no existirían sistemas de lenguaje de IA sin nosotros. Puedes diseñar todas las redes neuronales que quieras, puedes involucrar a todos los investigadores que quieras, pero sin etiquetadores no tendríais ChatGPT. No tendríais nada.

Todos nos maravillamos con la tecnología más puntera, y con las novedosas habilidades de ChatGPT, pero a menudo desconocemos que es lo que implica el avance de la tecnología, que suele ir de la mano del trabajo intensivo de trabajadores que no aparecerán en los libros de historia. Sonam Jindal, trabajadora de la organización Partnership on AI, asegura que:

Mucha parte del discurso alrededor de la IA es muy congratulatorio. Pero nos olvidamos de una gran parte de la historia: que es, aún, muy dependiente de una gran mano de obra humana.

El artículo El secreto de ChatGPT no tiene tanto que ver con la tecnología, sino con el factor humano fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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