Antiguamente, tener un coche con un motor potente era sinónimo de poseer un bloque con una gran cilindrada. El ejemplo más claro de esto lo vemos en la industria estadounidense, donde triunfaron durante décadas una infinidad de propulsores V8 de la mano de fabricantes como Ford, General Motors y Chrysler.
El panorama actual ha cambiado mucho desde entonces. El avance en la electrónica, sumada a todo lo que ahora conocemos sobre materiales, ha hecho posible que existan coches muy potentes, pero sin la necesidad de añadir más y más cilindros a la fórmula.
¿Cuáles son los motores más potentes de la historia? Este artículo podría contener una lista aburridísima de propulsores V12. Sin embargo, como sabemos que te gusta este mundillo y te interesa leer algo divertido, hemos elaborado una lista muy variada de motores potentes, pero dentro de su categoría. Finalizaremos con esos motores monstruosamente grandes que montan los mejores hypercars, esos que rugen como el rey de la selva. Pero, para llegar ahí, empezaremos nuestro repaso por unos cuantos motores pequeños que se han ganado a pulso el respeto de la industria.
Fiat 0.9 TwinAir (L2 T, 105 CV)Mercedes-AMG M139 (L4 T, 421 CV)Koenigsegg 2.0L TFG (L3 T, 600 CV)Audi 2.5 TFSI (L5 T, 400 CV)Nissan VQ35/37 (V6 NA, 280 – 355 CV)Porsche MA1.77 (Flat-6 NA, 520 CV)Maserati Nettuno 3.0 (V6 T, 630 CV)General Motors 5.5 LT6 (V8 NA, 679 CV)BMW S85 B50 (V10 NA, 507 CV)Ferrari F140 HC (V12 NA, 840 CV)Ferrari F113 G (Flat-12 NA, 441 CV)Aston Martin-Cosworth RA (V12 NA, 1.176 CV)Hennessey Fury (V8 T, 1.800 CV)Bugatti W16 (W16 T, 1.850 CV)
Fiat 0.9 TwinAir (L2 T, 105 CV)
Si hemos reservado este primer punto a Fiat, es sencillamente porque se merecen la mención. El 0.9 TwinAir no se montó en ningún Ferrari ni en ningún vehículo con el que vayas a girar el cuello al verlo pasar por la calle. Sin embargo, los ingenieros que lo desarrollaron plantearon un diseño sencillo, a la vez que ingenioso.
El TwinAir es un motor pequeño, pero a la vez muy grande. Su bloque de hierro fundido solo tiene un par de cilindros, que se accionan con un único arbol de levas. En su día, se decía que este motor bicilíndrico rendía como un bloque de 4 cilindros en línea, algo cierto, pero difícil de entender en la actualidad. Y es que ahora que han pasado los años, sí que estamos acostumbrados a manejar coches con propulsores de baja cilindrada y mucha potencia.
Lo que realmente hace único al TwinAir es que ningún otro grupo automotriz se ha atrevido a retarse en duelo con él. Fabricantes como Volkswagen, Renault y Hyundai-Kia han demostrado ser capaces de extraer mucha potencia a bloques tricilíndricos, pero el de Fiat sigue invicto en su propia categoría, la de los dos pistones.
Instalado únicamente en coches del antiguo Grupo FCA, este TwinAir dio vida a vehículos como el Panda, el 500 o el Punto. Su secreto era el turbocompresor, sumado a una muy eficiente inyección multipunto. Con apenas 0.9 litros, era capaz de entregar hasta 105 CV, toda una proeza. En su día, el propulsor fue reconocido con el premio Engine of the Year en el año 2011, tanto por la osadía de Fiat, como por el trabajo gran trabajo que hicieron en su diseño.
Mercedes-AMG M139 (L4 T, 421 CV)
¿Cuánta potencia se le puede sacar a un bloque de un par de litros? Mercedes y AMG han trabajado muy duramente para producir su M139, un motor turbo que está diseñado para que tengas la sensación de tener un propulsor atmosférico bajo el capó. Si dejamos fuera de la lista a los motores trucados, estamos ante el motor de cuatro cilindros en línea más potente que se ha diseñado.
Este motor está disponible en las versiones AMG de algunos de los vehículos de la marca alemana, como los Clase A, CLA Coupé y GLA. Su respuesta es muy directa, al mismo tiempo que sorprendente, pues se desarrollan la friolera de 500 Nm de par.
Por cierto, de este propulsor existe también una variante todavía más potente. El M139L que lleva el Mercedes-AMG C 63 S E Performance es capaz de desarrollar 476 CV y 545 Nm de par gracias a un pequeño secreto: una sobrealimentación mejorada gracias a un turbocompresor eléctrico. Ya sabemos cómo son los ingenieros, no se conforman ni cuando tienen el récord en sus manos.
Koenigsegg 2.0L TFG (L3 T, 600 CV)
Quitamos un cilindro, pero subimos el listón con la potencia. El mercado europeo actual se ha llenado de coches con motores tricilíndricos, diseñados de forma muy medida para reducir al máximo el consumo y las emisiones. Solemos decir que los motores de 3 cilindros son bastante aburridos —y no estaríamos diciendo ninguna mentira—, pero haríamos una excepción con la obra maestra de Koenigsegg.
Las siglas de este motor significan algo así como ‘Pequeño, pero simpático’. Con sus discretos 2 litros de cilindrada, este lobo con piel de cordero es capaz de generar más potencia que muchos V8, desarrollando 600 CV y 600 Nm de par motor.
La ingeniería que hay detrás de este motor daría para escribir muchas páginas. El TFG cuenta con un innovador sistema de turboalimentación de doble etapa, que utiliza un turbo de baja presión para los regímenes bajos y otro de alta presión para los regímenes más elevados. Además, incorpora la revolucionaria tecnología FreeValve, que prescinde del árbol de levas tradicional y permite un control total sobre la apertura y cierre de las válvulas, optimizando así la eficiencia y el rendimiento.
Y bueno, la cosa no queda ahí. Este motor es el alma del Koenigsegg Gemera, que utiliza tres motores eléctricos junto a este propulsor de gasolina. Lo verdaderamente sorprendente del TFG es que es capaz de dar vida a un coche con una potencia combinada de 1.700 CV y 3.500 Nm de par.
Audi 2.5 TFSI (L5 T, 400 CV)
Los motores de 5 cilindros siempre han causado cierta curiosidad, pues no han sido tan populares como otras configuraciones. Cuando pensamos en un propulsor de cinco cilindros en línea, nos suele venir a la cabeza Volvo. Sin embargo, Audi también tiene un gran recorrido con este tipo de bloques, pues comenzaron a usarlos en el Audi 100 allá por 1976.
El 2.5 TFSI de Audi vio la luz en el año 2017, y se ha montado en apenas tres modelos de la marca, destacando el Audi RS3. Ha tenido varias versiones, aunque la más avanzada consiguió desarrollar 400 CV, algo impensable si no fuera por su complejo sistema de distribución y su turbocompresor.
Nissan VQ35/37 (V6 NA, 280 – 355 CV)
Hasta ahora solo hemos hablado de motores potenciados con turbocompresor, pues es la dinámica que ha tomado el mercado actual del automóvil. Hasta hace no muchos años, cuando un fabricante quería potencia, tenía que optar por hacer un bloque más grande. Es decir, como hemos dicho antes, con más cilindrada. El turbo no era una solución tan utilizada.
Podríamos nombrar fácilmente una decena de motores V6 de grandísima calidad. El N52 de BMW o el 1JZ de Toyota serían grandes candidatos a entrar en esta lista. Sin embargo, de todos los motores V6 atmosféricos que han salido al mercado, los de la familia VQ de Nissan de 3.5 y 3.7 litros destacan por ser muy potentes y extremadamente fiables. ¿Se puede pedir más?
Estos bloques han sido montados en multitud de vehículos de Nissan e Infiniti desde el año 2000. Eran muy buenos de base, aunque fueron mejorando todavía más con los años. A pesar de propulsar vehículos muy variados, estos motores demostraron sus grandes capacidades en los deportivos de la marca nipona, como fue el caso del Nissan 370z, que llegó a tener la variante más potente de este propulsor en su versión de rendimiento NISMO.
Porsche MA1.77 (Flat-6 NA, 520 CV)
El coche perfecto no existe. Sin embargo, si existe alguno que se acerque a la perfección, ese es el Porsche 911. Generación tras generación, este deportivo se ha ido puliendo como un diamante en bruto, dando como resultado un automóvil tan equilibrado que incluso un novato podría llevarlo con cierta soltura en un circuito.
Lo que históricamente ha definido al 911 han sido los motores bóxer. Se han vendido en multitud de cilindradas y disposiciones. Los modelos más recientes usan una combinación de 6 cilindros, con o sin turbo. Sin embargo, la versión más interesante —y la que mejor conserva la esencia de la firma de Stuttgart—, es el motor bóxer 4.0 atmosférico.
Este motor del que hablamos lleva ya varias generaciones entre nosotros. La versión más mejorada es la que da vida al actual 911 GT3 RS, que desarrolla nada más y nada menos que 520 CV a 9.000 RPM, desarrollando 470 Nm de par. Para conseguir este aumento de potencia, Porsche utiliza un sistema de accionamiento de válvulas rígido, así como un reforzado completo de todos los elementos del propulsor para soportar las tensiones, la fricción y el desgaste.
Maserati Nettuno 3.0 (V6 T, 630 CV)
El motor que da vida al MC20 de Maserati también es otra obra maestra de la ingeniería. Se trata de un V6 twin turbo de 3 litros capaz de desarrollar 630 CV y con una línea roja que se va hasta las 8.000 RPM.
Sin embargo, lo verdaderamente interesante del Nettuno está en el interior. Este motor funciona con una precámara pasiva y un sistema de encendido de doble chispa. Este mecanismo heredado de la Formula 1 permite en primer lugar que el motor no se ahogue cuando trabaja con baja carga. Además, permite una combustión más rápida cuando se le exige potencia al motor. Todo esto, minimizando el consumo de combustible.
Los más eruditos de la mecánica también aseguran que este motor es en realidad un Ferrari F154 vitaminado, debido a que tiene bastantes similitudes con el bloque de Maranello, demasiadas como para ser simple coincidencia. En cualquier caso, la relación de compresión de este bloque indica que Maserati sí ha desarrollado desde cero la culata.
General Motors 5.5 LT6 (V8 NA, 679 CV)
Hablar de los motores V8 más potentes de la historia nos daría, sin lugar a dudas, para hablar durante un artículo entero. Sin embargo, si nos centramos únicamente en los motores V8 aspirados, se puede decir que tenemos un claro ganador. El motor LT6 5.5 V8 del Chevrolet Corvette C8 se convirtió rápidamente en el centro de todas las miradas cuando se presentó, pues pasó por encima del motor M159 de Mercedes, hasta entonces, el más potente de esta categoría.
Este propulsor es capaz de dar su máxima potencia a 8.600 vueltas. Para resistir tal nivel de estrés, General Motors tuvo que incluir todo lo que han aprendido en competición durante décadas. Es el motivo por el que este motor lleva válvulas de titanio y pistones de aluminio forjados.
BMW S85 B50 (V10 NA, 507 CV)
Salir a la calle con un Formula 1 es algo que probablemente solo pueda hacer el bueno de Max Verstappen, y, como es obvio, con el tráfico cortado y para algún acto promocional. Sin embargo, entre los años 2004 y 2007, podías circular por la vía pública con un BMW que llevaba un motor que provenía directamente del Gran Circo.
Originalmente conocido como BMW P84/5 V10, este propulsor fue la pieza clave del monoplaza de Williams que pilotaron Mark Webber y Nick Heidfeld en la categoría reina del automovilismo. BMW pensó que sería interesante adaptar el motor y calzarlo dentro de su M5 E60. Sin duda, fue una idea sobresaliente.
Con un precio que rondaba los 100.000 euros, el BMW M5 E60 superó todas las expectativas. Si bien es cierto que tuvieron que recortar su potencia a aproximadamente la mitad, se trata de un motor único y uno de los mejores V10 que se han vendido en la historia, tanto por prestaciones, como por lo bien afinado que estaba. El propulsor también se acabaría montando en el BMW M6, un vehículo mucho más deportivo y que ahora mismo vale mucho más dinero que en su día. Sin embargo, el coche más interesante en el que estuvo este prodigio de la F1 fue el el propio M5 familiar, un coche que es una paradoja en sí mismo.
Ferrari F140 HC (V12 NA, 840 CV)
La lista de superdeportivos de Ferrari que han montado alguna variante del motor F140 es sencillamente impresionante. Desde el Enzo en el 2002, este bloque se ha reservado para vehículos muy exclusivos y limitados. Los años le han sentado a este motor como el buen vino. En cada versión, el propulsor se ha ido refinando, ganando más y más potencia.
En la actualidad, la versión de calle más potente del F140 es la que da vida al impresionante Ferrari Daytona SP3, con una de las carrocerías más increíbles que ha hecho el diseñador Flavio Manzoni.
El Daytona SP3 solo está en el garaje de 599 privilegiados, pues se trata de un vehículo con una tirada muy limitada y que se vendió a 2,25 millones de dólares la unidad. El propulsor F140 HC está compuesto de un bloque V12 atmosférico de 6.5 litros que desarrolla la friolera de 840 CV y 697 Nm de par.
Ferrari F113 G (Flat-12 NA, 441 CV)
Ya hemos hablado de los motores bóxer de Porsche. Sin embargo, cualquiera le dice que no a un 12 cilindros bóxer de Ferrari, una configuración que se usó en los mejores modelos de la marca durante un par de décadas.
El F113 llegó con el icónico Testarossa en el año 1984. Originalmente, desarrollaba 390 CV. Puede que un Golf GTI de los de ahora lo supere en potencia. Sin embargo, en su día, era el coche más potente de la historia.
El motor se mejoró en el Ferrari 512 TR en 1991. Finalmente, alcanzó su madurez en 1994, como pieza central del F152M, donde desarrollaba 441 CV a 6.750 revoluciones. Quien tiene uno de estos, sabe perfectamente que posee una pieza de museo.
Aston Martin-Cosworth RA (V12 NA, 1.176 CV)
Los alumnos más inteligentes suelen acabar los exámenes y las tareas antes que el resto de sus compañeros, por lo que tienen que encontrar algo con lo que echar el rato. Este suele ser el problema habitual de Adrian Newey, que sabe que no hay otro ingeniero en la Formula 1 que pueda hacerle sombra.
Desde 2016 hasta 2019, Newey y Red Bull colaboraron con Aston Martin para hacer el hypercar definitivo. El modelo de producción vio la luz en el año 2021 con el nombre de Aston Martin Valkyrie.
El Valkyrie puede interpretarse como el coche que haría Adrian Newey si el reglamento de la F1 diera plena libertad a los ingenieros para dar rienda suelta a su creatividad. Además de una aerodinámica que daría para escribir un libro, este Aston Martin lleva un motor V12 que resume la esencia de la F1 de antaño.
Este propulsor nació de una colaboración entre Cosworth y Aston Martin. El bloque tiene 6.5 litros de cilindrada y trabaja junto a un sistema de motores eléctricos de imanes permantentes de 162 CV. La potencia de salida es de 1.176 CV que van directos a las ruedas traseras, y que se apoyan de un KERS de 1,3 kWh desarrollado por Rimac.
Si crees que todo esto suena bien, te equivocas. Con la compra del coche, Aston Martin incluye unos cascos de insonorización, pues consideran que el zumbido del propulsor puede causar daños auditivos. Y no, no estamos de broma.
Hennessey Fury (V8 T, 1.800 CV)
A estas alturas de la vida, no te sorprenderás si te decimos que los estadounidenses suelen picarse con los fabricantes europeos para lograr el automóvil más rápido del mundo. Bajo este propósito nació el Hennessey Venom F5, un hypercar diseñado para batir todos los récords.
El corazón del Venom F5 es un bloque V8 de 6.6 litros con arquitectura LS, que ha sido meticulosamente diseñado para soportar una potencia descomunal. La mayoría de sus componentes están forjados para garantizar la máxima resistencia. Cada bancada tiene su turbocompresor, con una caracola de titanio que está impresa en 3D.
Este propulsor es capaz de dar 1.800 CV a 8.000 RPM, dato que sorprendió incluso al propio CEO de la compañía, pues su expectativa era mucho más baja.
Bugatti W16 (W16 T, 1.850 CV)
Si algo buscaban los ingenieros de Hennessey cuando diseñaron el Fury no era otra cosa que batir al todopoderoso W16 del Grupo Volkswagen. El desarrollo de este motor se hizo cuando la compañía estaba liderada por Ferdinand Piëch, que estaba obsesionado con la idea de posicionar a Bugatti como la firma cúspide del grupo.
Piëch era un hombre extremadamente ambicioso, y sobra decir que consiguió lo que buscaba. En el año 2005, Bugatti sorprendió al mundo con el Veyron, un vehículo de lo más peculiar. Su motor W16 era una auténtica quimera, obtenida con el empalme de dos grupos motores del VR8.
Con el paso de los años, el W16 de Bugatti nos ha demostrado que la potencia de este propulsor podía ir mucho más allá de la frontera de los 1.001 CV del Veyron original. El Bolide es el automóvil de la marca que más jugo ha podido sacar a este motor, con una salida de 1.850 CV. Tanto, que este vehículo tiene que utilizar unos frenos que son incluso superiores a los que usan los Hypercar en las 24 Horas de Le Mans.
Para lograr su desmesurada potencia, el motor W16 de Bugatti trabaja en conjunto con cuatro turbocompresores, así como con un complejísimo sistema de lubricación por cárter seco y una bomba de aceite de alta presión para que las fuerzas G no impidan que el motor pierda su lubricación en ningún momento. En cuanto a las sensaciones, este motor de 8.0 litros es capaz de dar todo su par a partir de las 2.000 RPM, por lo que estamos ante una máquina que solo se puede disfrutar al máximo en los circuitos más largos del mundo.
Como prometimos al principio, hemos ido de menos a más haciendo un pequeño homenaje a todas estas increíbles máquinas que nos ha dado hasta ahora la industria de la automoción. Por suerte, no es necesario tener varios millones de euros para poder disfrutar de un coche con buenas prestaciones. Tal y como contamos en nuestro artículo sobre los mejores coches pequeños con motores potentes, todavía hay unos cuantos vehículos a la venta que nos van a ofrecer esa magnífica combinación de poco peso y una potencia más que generosa.
Bueno, y si has echado en falta que hayamos hablado de motores de gasóleo en el artículo, entonces échale un ojo a esta otra entrada en la que hablamos de los motores diésel más fiables del mercado de segunda mano.
El artículo Cuál es el mejor motor del mundo: los 14 más potentes fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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