
Los vehículos de conducción autónoma no terminan de despegar. Aunque pueden verse en media docena de ciudades de EE UU y China, su despliegue avanza lentamente y cualquier incidente supone un frenazo a su desarrollo. Sin embargo, la ruta de la automatización aporta ventajas. El 90% de los accidentes se produce por error humano y cualquier desarrollo tecnológico que corrija esta deficiencia puede reducir una tasa de sucesos que el pasado año costó la vida a 1.145 personas en España, según la Dirección General de Tráfico, y a 1,19 millones en el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. Un estudio publicado hoy martes en Nature Communications demuestra que los vehículos autónomos son más seguros y menos propensos a verse involucrados en siniestros que los coches conducidos por humanos, salvo en dos circunstancias: en giros o en condiciones de baja visibilidad.
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