Qué es la válvula EGR y qué pasa si falla

Los coches modernos están repletos de sistemas que sirven para minimizar el impacto ambiental que producen al circular. El planteamiento de estos componentes no es otro que reducir la nocividad de los gases que expulsan nuestros vehículos por el escape, que pueden causar principalmente problemas respiratorios cuando nos exponemos a ellos de forma prolongada.

En otros artículos hemos hablado de los catalizadores y los filtros de partículas. Sin embargo, hay un elemento que ha cobrado mucha importancia en las últimas décadas, y no es otra que la válvula que permite recircular los gases de escape. En estas líneas vamos a explicarte cómo funciona de forma sencilla, para que puedas entenderlo aunque no tengas muchas nociones de mecánica. Una vez comprendamos su funcionamiento, iremos un poco más allá, explicando las averías más típicas que suelen surgir en estos sistemas anticontaminación.

¿Qué es la EGR? ¿Para qué sirve?¿Dónde está y qué partes conforman la EGR?¿Qué averías suele experimentar la válvula EGR?Acumulación de carbonillaAtasco en la EGRFallos en sensores y motores eléctricosFugasProblemas con el enfriador¿Cuánto cuesta reparar la EGR?¿Se pueden evitar los problemas de EGR?Elevar las RPMAditivado

¿Qué es la EGR? ¿Para qué sirve?

Esquema de funcionamiento básico de una EGR

Llamamos EGR al sistema de recirculación de gases de escape, ya que estas son las siglas del término en inglés (Exhaust Gas Recirculation). Estos sistemas se comenzaron a desarrollar a partir de la década de los años 70 en Estados Unidos, como una respuesta al aumento del parque automovilístico y el impacto ambiental que eso suponía.

Desde aproximadamente el inicio de este siglo, casi todos los vehículos que se comercializan en Europa cuentan con este sistema. El sistema EGR funciona recirculando una parte de los gases de escape de vuelta a la admisión del motor. Se hace con dos ideas en mente:

Cuando circulamos a bajas velocidades, no utilizamos toda la capacidad de nuestro motor. La EGR nos permite reducir la capacidad de los cilindros con gases que prácticamente no van a intervenir en la combustión. Algo así como cuando se pone una botella en la cisterna del inodoro para ahorrar agua en cada uso.Por otro lado, al mezclar estos gases de escape con el aire fresco que entra en los cilindros, se reduce la temperatura máxima de la combustión. Esto ocurre porque los gases de escape ya han sido quemados y contienen menos oxígeno, lo que da como resultado una combustión más fría y, por ende, en una menor formación de óxidos de nitrógeno (NOx), que se suelen generar a altas temperaturas.

Dicho esto, la EGR solo es eficaz cuando se circula a velocidades bajas, como las que tenemos en ciudad. En estos recorridos en los que no sacamos el máximo potencial al motor, resulta muy interesante recircular los gases de escape. Así, nos aseguramos que expulsamos menos gases nocivos en zonas urbanas, pues el propio sistema permite expulsar compuestos mucho más simples y menos peligrosos.

En recorridos más largos, como los que hacemos en carretera a velocidades más altas, la EGR no interviene. Cuando el motor se mueve a altas revoluciones, no tiene sentido llenar los cilindros de gases reciclados. Al mismo tiempo, se comprende que en carreteras, liberar NOx a la atmósfera no es tan peligroso, pues no van a ser respirados directamente como ocurre en el centro de las ciudades. En cualquier caso, esto no significa que los coches emitan óxidos de nitrógeno de forma descuidada en este tipo de recorridos. El motivo por el que se inventó el AdBlue es justo este; eliminar los NOx incluso en los momentos en los que la EGR ya no puede actuar.

¿Dónde está y qué partes conforman la EGR?

La posición de la válvula EGR puede variar en función de la disposición del motor (longitudinal o transversal), así como por decisiones del fabricante. Sin embargo, localizarla suele ser sencillo, pues se encuentra entre el sistema de admisión y el escape, pues su misión es precisamente captar los gases del escape para reintroducirlos al motor.

El sistema de la EGR suele tener forma cilíndrica, con las puntas redondeadas. También hay vehículos en los que la unión tiene forma rectangular. Como decíamos, debe estar entre las tuberías del escape y las de la admisión. Suele verse a simple vista en el vano motor. A su alrededor también es común que encontremos algunos conectores eléctricos, pues los vehículos modernos utilizan numerosos sensores para hacer lecturas en este sistema.

Respecto a los componentes, la EGR se compone de la propia válvula, que hace pasar o corta el paso de los gases de escape hacia la admisión. También es posible que en el sistema se utilice un enfriador para maximizar la eficiencia del proceso. Por último, los sensores permiten hacer lecturas de temperatura, presión y demás para informar a la centralita del vehículo en todo momento de lo que está ocurriendo.

¿Qué averías suele experimentar la válvula EGR?

Por culpa de la carbonilla, tu coche no podrá realizar una buena combustión

Como ya sabemos, la válvula EGR reintroduce los gases de escape cuando el motor circula a revoluciones bajas. Si hacemos recorridos en ciudad de forma muy seguida, el hecho de recircular gases durante tanto tiempo provocará una formación excesiva de carbonilla, que se depositará en los conductos de la admisión y la propia válvula. Con el tiempo, estos depósitos impedirán que el aire fluya bien por el sistema, haciendo que el motor trabaje de forma ahogada.

A continuación, te mostramos una lista de los principales fallos que podemos encontrarnos relacionados con la EGR.

Acumulación de carbonilla

La carbonilla es el principal enemigo de la EGR. Suele ser casi siempre la que desencadena averías en este sistema. La carbonilla que se deposita en la válvula EGR y sus conductos suele mezclarse con aceites y otras sustancias, bloqueando el paso del aire. De este modo, el motor comenzará a trabajar con mezclas menos afinadas, lo que retroalimenta la aparición de más carbonilla.

Cuando ocurre esto, el consumo aumenta, así como también se disparan las emisiones. De hecho, esto suele detectarse fácilmente en las ITV cuando colocan la sonda en el escape. También suele darse un ralentí poco estable y en algunos casos, puede ser complicado arrancar el motor a la primera.

Atasco en la EGR

La propia carbonilla, en el peor de los casos, puede bloquear la válvula, dejándola abierta o cerrada. Si la válvula se queda abierta, puede causar una mezcla de aire y combustible pobre, lo que lleva a una pérdida de potencia y vacilaciones en la aceleración. Por otro lado, si la válvula se queda cerrada, puede aumentar las emisiones de NOx y provocar el encendido de la luz de advertencia del motor.

Fallos en sensores y motores eléctricos

Las válvulas EGR que se utilizaban hace unos años funcionaban por vacío. Muchos usuarios hacían «trampa» y cortaban el conducto haciendo una pequeña modificación, eliminando así el sistema anticontaminación.

De un tiempo a esta parte, los fabricantes han evolucionado este sistema. Ahora, el control es totalmente electrónico, lo que aumenta su precisión y también le pone el trabajo algo más complejo a los que intentan anular la EGR.

¿Dónde está entonces el problema? Pues, como decimos siempre, a mayor complejidad técnica, más probabilidad tenemos de fallo. Al tener motores eléctricos, sensores, solenoides y demás, tenemos un conjunto de piezas que tienen el potencial de fallar. Por suerte, si hay algún problema en uno de estos componentes auxiliares, lo sabremos porque se encenderá la luz de motor en el cuadro de instrumentos.

Fugas

Si se rompe la estanqueidad del sistema, nuestro motor tendrá una disminución de la potencia, pues estaremos perdiendo presión por ahí. Las juntas y los sellos del sistema EGR pueden desgastarse o dañarse, especialmente si no se pone solución al tema de la carbonilla.

Si esto ocurre, lo primero que notaremos es que al coche le faltará fuerza. También se escucharán sonidos raros, provenientes de la salida del aire por esos huecos. Además, será extraño que dicho coche consiga pasar el test de emisiones de la ITV.

Problemas con el enfriador

Cuando se daña el enfriador, los síntomas que vamos a notar son muy similares a los que se presentan cuando la EGR está atascada. El enfriador se daña casi exclusivamente por culpa de la acumulación de la famosa carbonilla. De hecho, es bastante común que en un taller lleguen a sustituir la EGR al completo y no solucionen el problema, debido a que los técnicos que no tienen mucha experiencia no suelen caer que el enfriador también se puede estropear.

Como decíamos, un enfriador obstruido se notará en una disminución de potencia y una emisión de más gases contaminantes. Si el coche tiene sensores suficientes, también se encenderá la luz de fallo motor. Por suerte, con un lector de errores, se puede llegar a saber con precisión que nos encontramos con un fallo de este elemento, y no de la válvula en sí.

¿Cuánto cuesta reparar la EGR?

Lo peor de experimentar problemas con la EGR es que la factura no será pequeña

El precio que te toque pagar para solucionar un problema relacionado con la EGR va a depender del tipo de avería que tengas. Una válvula atascada es posible que se haya dañado y se tenga que sustituir al completo. Sin embargo, si solo hay carbonilla, existen muchos talleres con el equipamiento necesario para descarbonizar la admisión y dejarla como nueva.

Como siempre, depende del taller al que acudas, del coche que tengas y de la marca. Hay sitios especializados que tienen las máquinas y van a utilizarlas para solucionarte el problema, mientras que en otros sitios —talleres oficiales— van a proponerte directamente cambiar la admisión, lo cual es carísimo y es como matar moscas a cañonazos.

Sustituir la válvula nos va a costar el precio del repuesto más la mano de obra y la limpieza. La pieza suele costar alrededor de los 150 euros, aunque en coches de lujo, el precio puede ser mucho más caro. La mano de obra dependerá del número de horas que sean necesarias y del tiempo que lleve la limpieza. Por norma general, puedes esperarte una factura de 500 euros o más.

Por otro lado, en los casos en los que solo sea necesaria una limpieza, todo va a depender del método que se utilice. Una limpieza manual puede llevar más tiempo que un método avanzado, como es el caso de la limpieza con hidrógeno. Si te decantas por un taller que haga esto último, el precio puede ser de unos 100 euros la hora, lo cual no está nada mal teniendo en cuenta los fantásticos resultados que se obtienen.

¿Se pueden evitar los problemas de EGR?

Existen productos para reducir los depósitos de carbonilla

Podemos evitar la mayoría de las averías de la EGR, aunque esto no significa que no estemos ante un componente sujeto a desgaste. Si usamos nuestro coche mayoritariamente por carretera, puede darse el caso de que no experimentes una sola avería en este sistema en toda la vida útil del vehículo. Por otro lado, si circulas mucho por ciudad, vas a poder hacer muy poco. Por poner un ejemplo, los taxis que suelen pasar por taller suelen tener muchos problemas con este sistema anticontaminación, pues la válvula se suele pasar el día entero trabajando.

De cara a la prevención, estas son las principales prácticas que deberías hacer para maximizar la vida útil del sistema EGR de tu coche:

Elevar las RPM

Decíamos antes que el motor recibirá aire «sucio» siempre y cuando circulemos a bajas vueltas. También hemos comentado que la EGR está pensada para que funcione a velocidades de ciudad, y no en carretera.

Pues bien, hay conductores que abusan de las marchas de sus vehículos y circulan en carretera en marchas excesivamente largas, no llegando a superar las 2.000 RPM en trayectos larguísimos. En estos casos, el sistema se va a seguir atascando.

Para evitarlo, es recomendable usar la parte alta del tacómetro en trayectos en carretera. Puedes hacerlo sin miedo, tu coche no se va a romper. Esto va a permitir que el sistema se libere. De hecho, cuando un coche está atascado y elevamos las RPM, se suele ver por el espejo cómo se expulsa una bocanada de humo negro, un signo inequívoco de que hay problemas de este tipo.

Aditivado

La otra forma de prevenir que se formen depósitos de hollín es usar aditivos. Muchos de ellos se aplican directamente en el depósito del combustible, y ayudan a que la carbonilla se pueda expulsar de forma sencilla por el escape.

Conviene recalcar que el aditivado se debe usar como prevención, ya que no es tan efectivo cuando ya tenemos serios depósitos de carbonilla en los conductos. En cualquier caso, sí que existen productos premium que son capaces de limpiar buena parte de los depósitos acumulados.

Resuelto este tema, te dejamos con otra lectura de mecánica que puede interesarte, como qué hacer en caso de que tu coche se acelere solo sin tocar nada.

El artículo Qué es la válvula EGR y qué pasa si falla fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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