Por primera vez, científicos crean la cara de un robot con células vivas

Los avances en el campo de la robótica son sorprendentes en muchas ocasiones y nos permiten vislumbrar en un futuro en el que, por ejemplo, los biobots sean norma habitual en medicina. Sin embargo, para conseguir que algunos de los robots más famosos del cine se conviertan en realidad, hace falta mucha más investigación y trabajos como el que te presentaremos a continuación y que nos demuestra que no todo está escrito y que aún se puede continuar innovando en un territorio aún por explorar.

Células humanas para imitar nuestra piel y ponérsela a robots

Una reciente investigación publicada en la revista científica Cell Reports Physical Science nos invita a conocer lo que parece una gelatina viscosa poco atractiva a la vista, pero que podría suponer una auténtica revolución para la robótica que está por venir.

Estamos hablando de una piel sintética que ha sido ideada por científicos de la Universidad de Tokio y la Universidad de Harvard, que podría permitir integrarse en las caras de robots humanoides para ofrecerles un aspecto mucho más similar al de los seres humanos. Estamos hablando de una piel cultivada en laboratorio y que se integraría en diferentes superficies de los robots a través de lo que se ha denominado como ‘perforation-type anchors’, algo así como los ligamentos que permiten que nuestra piel se integre dentro del organismo.

Imagen del proceso de integración de la piel sintética en la cara del robot

Los investigadores implicados en este estudio crearon una cara, del tamaño de una mano, que tenía la capacidad de mostrar una sonrisa y la fabricaron a partir de un tipo especial de resina. Y si te preguntas qué materiales se han utilizado para crear esta piel sintética, podemos afirmar que células humanas fueron utilizadas en el proceso. Existen compañías, como es el caso de PromoCell GmbH, que cuentan con donantes adultos que facilitan estos tejidos para su uso científico.

Los productos que esta compañía vende son fibroblastos y queratinocitos, que pueden sonarte a chino simplemente por su nombre, pero que cumplen dos funciones fundamentales. El primero de ellos es un tipo de célula que contribuye a la formación de tejido conectivo, mientras que el segundo son células que conforman entre un 80% y un 90% de la epidermis, es decir, la capa más superficial de la piel.

Los potenciales usos de esta piel sintética no sólo irían encaminados a otorgar una capa externa como la nuestra a los robots humanoides que serán construidos en los próximos años, sino que también podrían ser ideales para la industria de la cosmética. De hecho, en el propio estudio se afirma que ‘un paso significante en esta investigación es entender los mecanismos subyacentes en la formación de arrugas’.

El artículo Por primera vez, científicos crean la cara de un robot con células vivas fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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