El sistema penitenciario catalán lleva 15 años usando un algoritmo, RisCanvi, que supuestamente ayuda a los jueces a tomar decisiones sensibles, como conceder el tercer grado o la libertad condicional. Una auditoría inversa (realizada sin acceso a datos oficiales) concluye que la contribución de este programa al proceso es cuestionable. “El sistema que hemos auditado parece comportarse de forma azarosa, en el sentido de que combinaciones similares de factores y comportamientos [de presos] pueden derivar en la asignación de niveles de riesgo muy distintos”, lee el informe elaborado por Eticas Foundation, al que ha tenido acceso EL PAÍS.
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