Qué pasa si los neumáticos están agrietados o cuarteados

El correcto mantenimiento y supervisión de los neumáticos es la mejor garantía de tener un componente que va a responder cuando más lo necesitemos. Y no es cuestión baladí, ya que los neumáticos son el único punto de contacto del vehículo con el asfalto. Sin embargo, hay que tener en cuenta que para llevar a cabo este correcto mantenimiento hay que tener en cuenta tres factores muy importantes. Los dos primeros son evidentes y hacen referencia al inflado del neumático y al desgate. Como conductores debemos mantener la presión correcta de inflado del neumático y vigilar el desgaste de la goma, tanto en cantidad como en homogeneidad.

El tercer punto a vigilar es la flexibilidad del neumático, algo que muchas veces pasa más desapercibido. Y para ser sinceros, comprobar el grado de flexibilidad de la goma es algo sencillo y que nos puede evitar muchos sustos. Por eso, en este artículo vamos a repasar la composición de los neumáticos, qué influye en la flexibilidad de los mismos y qué sucede cuando un neumático está agrietado o cuarteado como consecuencia de la falta de flexibilidad de la goma.

La importancia de los neumáticosEl surco y dibujo del neumáticoLa flexibilidad del neumáticoNeumáticos cuarteadosUn neumático cristalizado no es seguroCambiar un neumático agrietado

La importancia de los neumáticos

El neumático es un componente construido en caucho de forma toroidal que se monta sobre las llantas y forma parte de las ruedas de un vehículo. Esta podría ser su definición formal, como ya hemos asegurado en otras ocasiones, pero lo cierto es que un neumático es mucho más. A final, se trata del único elemento del vehículo en contacto con el asfalto. Además de caucho, la composición del neumático y de la banda de rodadura -parte en contacto real con el suelo- incluye otros materiales como resinas, hollín, ácido esteárico o incluso azufre, además de un polímero plástico denominado elastómero.

Este último componente es el encargado, entre otras cosas, de dotar de una cierta flexibilidad al neumático, punto necesario para que la cubierta se adapte a las irregularidades de la carretera o tenga un buen agarre cuando accionamos el sistema de frenado o hacemos una curva. De su presencia depende en gran medida que la goma tenga las propiedades adecuadas para cumplir con su función, algo que no tiene que ver precisamente con el desgaste del propio neumático, por lo que se trata de una cuestión que a veces pasa desapercibida para una gran mayoría de los conductores.

Comprobar el buen estado de los neumáticos no se limita a ver su desgaste o la profundidad de sus surcos

El surco y dibujo del neumático

Al final, el neumático se puede considerar como un componente con ‘con vida propia’ que requiere de un mantenimiento, pero también de una correcta supervisión. Y en este último apartado, como decíamos, la mayoría de los conductores se centran exclusivamente en el dibujo de la banda de rodadura y en el desgaste que puede haber en el mismo a partir de la profundidad de los surcos que tiene el neumático. Cabe recordar que en España el límite mínimo de profundidad es de 1,6 mm.

Circular con un neumático desgastado que presenta unos surcos en la banda de rodadura por debajo de los 1,6 mm. de profundidad no sólo supone un grave riesgo para nosotros como conductores, sino también para el resto de los usuarios de la vía ya que el neumático no va a responder a las demandas de frenado y agarre como debería en situaciones o maniobras de emergencia. Además, hay que tener en cuenta que circular con neumáticos con un dibujo desgastado por encima del citado límite nos puede hacer un agujero en el bolsillo, ya que se considera una infracción grave y como tal tiene asociada una multa de 200 euros.

La flexibilidad del neumático

Como venimos diciendo, vigilar la flexibilidad del neumático es tan importante como controlar su desgaste, ya que influye de igual manera en el comportamiento y rendimiento del neumático. Y comprobar esta propiedad de la goma no es para nada complejo, porque sólo hay que llevar a cabo una pequeña prueba para hacernos una idea del estado del neumático. El tacto es clave para detectar o al menos, sospechar, que el neumático ha perdido gran parte de su flexibilidad y puede suponer un riesgo circular con ese compuesto.

Sólo tienes que intentar introducir una uña de tu dedo en el dibujo de la banda de rodadura del neumático. Si la uña se hunde con facilidad en el dibujo de la rueda, es evidente que aún mantienen la flexibilidad prevista. Por el contrario, si tienes muchas dificultades para hundir la uña en el dibujo o directamente la uña se dobla contra la superficie de la rueda, esa goma ha perdido parte de su flexibilidad. En ese caso estamos hablando de una goma que ha sufrido una cierta cristalización y lo más conveniente es sustituir los neumáticos.

Detalle de un neumático con surcos longitudinales fruto de la pérdida de flexibilidad de la goma

Neumáticos cuarteados

Se podría decir que la prueba de la uña es como la prueba del algodón para comprobar si el neumático mantiene la flexibilidad que debe tener, pero lo cierto es que en los casos más extremos no hace ni falta llevarla a cabo. Y es que cuando hay una cristalización del neumático avanzada, por circunstancias que van desde el paso del tiempo y prolongado desuso del neumático hasta el uso regular a altas temperaturas, en terrenos rotos o bajo una conducción agresiva, la goma muestra síntomas de este problema. El más evidente es el cuarteado de la superficie de la goma.

El cuarteado de la superficie del neumático es algo más común de lo que podemos pensar, por lo que es muy importante realizar una pequeña inspección visual de los neumáticos para ver si hay presencia de pequeñas grietas. Si es así, la superficie del neumático se ha endurecido por el envejecimiento y por lo tanto no cuenta con la flexibilidad necesaria para ofrecer el agarre para el que están preparados.

Un neumático cristalizado no es seguro

Un neumático cristalizado que presente una superficie cuarteada o pequeñas grietas en la banda de rodadura es un neumático inseguro. Sobre todo, porque al perder la flexibilidad de la que venimos hablando, el neumático no responde a las demandas que le podamos hacer con la misma efectividad, lo que deriva en un aumento de la distancia de frenado, en una reducción drástica del agarre en curva y en un aumento de las posibilidades de sufrir aquaplaning en caso de lluvia. A esto hay que sumar que tenemos más posibilidades de sufrir un pinchazo en una rueda cristalizada que en una en buen estado.

En este sentido, hay que tener en cuenta que, aunque las ruedas no tienen como tal una fecha de caducidad, como norma general se recomienda no prolongar el uso de unos neumáticos por un periodo superior a los 10 años desde su fabricación, incluso si por no han sufrido un alto desgaste porque el uso del vehículo es muy esporádico. Además, conviene extremar la vigilancia para detectar el cuarteo de la goma a partir de los cinco años de rodaje con el fin de evitar cualquier susto.

Cuando un neumático presenta grietas o un cuarteado de su superficie lo mejor es sustituirlo por uno nuevo

Cambiar un neumático agrietado

En caso de tener cualquier sospecha de cristalización del neumático o la evidencia de la pérdida de flexibilidad por las grietas en la goma o el cuarteo de su superficie, lo mejor es acudir a un profesional para confirmar este problema y sustituir los neumáticos por unos nuevos. En caso de hacerlo por nuestra cuenta, siempre hay que tener muy presente el significado de los números y letras que aparecen en el flanco de los neumáticos para comprar unos nuevos acorde a las necesidades que tiene nuestro vehículo y a su homologación.

Aunque sustituir los neumáticos del coche supone un fuerte desembolso, conviene hacer este esfuerzo económico ya que es vital contar con unos neumáticos en buen estado para circular con nuestro vehículo. Las características de la rueda, el tamaño y el fabricante son algunos de los factores que determinarán el precio de los neumáticos, a lo que habrá que sumar la mano de obra si optamos por sustituir los neumáticos cuarteados en un taller o centro oficial de la marca de nuestro vehículo.

El artículo Qué pasa si los neumáticos están agrietados o cuarteados fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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