Hicieron una radiografía a una estatua y se llevaron una sorpresa por lo que tenía en su interior

Existen curiosos e intrigantes enigmas científicos que todavía no han sido resueltos, aunque en el caso que nos ocupa el único misterio por resolver se encontraba dentro de una estatua. Desde luego, si creías que un artefacto de mil años de antigüedad podía contener secretos, espérate a conocer qué reveló la radiografía realizada a esta estatua.

Desvelando los secretos de Buda

Las estatuas de Buda son más que habituales, tanto como decoración en cualquier país del mundo, como por su presencia en templos y hogares que alaban las virtudes de la religión perteneciente a la familia dhármica. Sin embargo, los detalles sobre una estatua que se encontraba en el Museo Drents en el año 2014 han dado la vuelta al mundo.

A principios de septiembre de 2014, investigadores del museo llevaron la estatua al hospital Meander Medical Centre, situado en la ciudad de Amersfoort. Sospechaban que algo raro sucedía alrededor de esta figura, con lo que utilizaron las máquinas médicas de última generación del hospital para averiguar si algo se escondía en su interior.

Imagen de la estatua de Buda antes de ser radiografiada

No sé si la expresión ‘¡Bingo!’ se utilizará en Holanda, pero algo similar tuvo que exclamarse cuando se descubrió en el interior de la estatua la momia de un antiguo monje budista. No entraremos a explicarte cómo es posible que las momias se conserven, pero sí te hablaremos de este increíble hallazgo y de una estatua y su momia, bautizada como la momia de Liuquan.

Los resultados de las pruebas realizadas a la momia, una tomografía computarizada y muestras de huesos para analizar su ADN, revelaron que a la momia se le habían extraído algunos órganos y en su lugar se habían colocado papeles con caracteres chinos impresos y otros materiales putrefactos, que aún no han sido identificados.

Resultado de la radiografía de la momia de Liuquan

Se desconoce cómo dichos órganos fueron extraídos, pero sí se teoriza que el monje en el interior de la estatua era el maestro chino Liuquan, que pudo haber muerto alrededor del año 1.100 d.C. Sin embargo, si tú también te preguntas cómo es posible que este cuerpo acabase dentro de una estatua, la teoría más aceptada es que se trate de lo que se denomina ‘automomificación’, algo que se hacía sobre todo en Japón, pero que también se ha observado en otras partes de Asia.

El objetivo final era que el monje se convirtiese en un ‘Buda viviente’, para lo cuál se preparaban a través de una estricta dieta para preparar su cuerpo, evitando el consumo de arroz, trigo o soja y comiendo, sobre todo, frutos secos, bayas, cortezas de árbol y agujas de pino. Además, también consumían hierbas, nueces de cícadas y semillas de sésamo para inhibir el crecimiento bacterial. Por último, ingerían la savia de un árbol venenoso para repeler insectos y hacer las veces de fluido de embalsamamiento.

Pero aquí no acaba la práctica de la ‘automomificación’, no. Finalmente, el monje era enterrado vivo y respiraba a través de un tubo de bambú. Se colocaría en la posición de loto y cada día tocaría un timbre para evidenciar que continuaba vivo. Cuando éste falleciese, el resto de monjes esperarían tres años para sacar el cuerpo momificado y llevarlo a un templo para adorarlo. Si no estaba momificado, se realizaría un exorcismo y volvería a enterrarse. Por el momento, ésta es la única momia hallada en el interior de una estatua.

El artículo Hicieron una radiografía a una estatua y se llevaron una sorpresa por lo que tenía en su interior fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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