Si quieres cookies, bien. Y si no, también…

Google anuncia, como muchos sospechábamos, la cancelación de sus varias veces pospuestos planes para eliminar las cookies de tercera parte, uno de los mecanismos que más vulnera la privacidad de los usuarios en la web.

Las cookies son un recurso muy antiguo, inicialmente diseñadas por Netscape como una forma técnicamente sencilla de poder preservar información entre sesiones en internet. Dado que el protocolo de internet no lo permite, y eso obligaría a todas las sesiones a iniciarse sin contexto alguno, a Netscape se le ocurrió la posibilidad de enviar, junto con la página solicitada, un pequeño archivo que se almacenaría en el ordenador del usuario, y que podría ser recuperado únicamente por aquel que lo había enviado, con el fin de comprobar si la sesión correspondía a un usuario que ya había estado antes en la página.

Hasta aquí, todo bien: la cookie no contiene información alguna sobre el usuario, solo un identificador que permite vincular la sesión a otras anteriores – con algunos posibles fallos, como el hecho de que no identifique al usuario sino a su dispositivo. El problema surge cuando la industria de la publicidad retuerce y pervierte el concepto para permitir que la cookie ya no sea enviada por el propietario de la página visitada sino por un ad server, y que eso permite a ese ad server seguir al usuario por toda la web. Las cookies de tercera parte son las responsables, por ejemplo, de esos anuncios persecutorios que te ofrecen hoteles en Roma solo porque buscaste información sobre un billete a Roma. Las cookies de tercera parte son, sencillamente, una violación de la privacidad del usuario a la que el usuario nunca dio su consentimiento.

Ahora, tras haber anunciado en muchas ocasiones que dejaría de dar soporte a las cookies de tercera parte en su navegador Chrome, y cuando ya otros como Safari o Firefox ya lo han hecho, Google anuncia que no, que el ecosistema publicitario no está preparado para prescindir de ese mecanismo, y que abandona los planes para dejar de darle soporte. Es decir, que Google no está con los usuarios ni con su privacidad, sino con los anunciantes y sus intenciones de seguir vulnerándola, de seguir persiguiéndolos, de seguir compartiendo información sobre ellos que permita obtener detallados perfiles de sus hábitos y su consumo. Gracias, Google: por si a alguien le quedaba la más mínima duda de dónde estabas.

¿Qué debes hacer como usuario? Varias cosas. En primer lugar, trata de entender de qué estamos hablando y qué significa para tu privacidad que haya entidades repartidas por la web que te siguen en todo lo que haces y que revenden al mejor postor tus hábitos de consumo, o lo que ellos interpretan de tu navegación. En segundo, abandona Chrome, y opta por un navegador que, correctamente configurado, respete tu privacidad, como Firefox, Safari, Brave u otros. Y en tercer lugar, instala en él un bloqueador de publicidad como UBlock, Ghostery, AdBlock, etc. que te permita eliminar los anuncios y los trackers, que en muchas ocasiones consumen más recursos que la propia página que querías leer.

Necesitamos una web diferente, que esté al servicio de las personas, de los usuarios, y no de los anunciantes. Si no quieren volver a una publicidad respetuosa con la privacidad, que no exija un seguimiento y un espionaje constante, y que dependa únicamente del contexto, habrá que forzarles a ello. Y la forma de hacerlo es demostrándoles con nuestras acciones que no estamos de acuerdo con ser esos dóciles sujetos de su vigilancia, que no aceptamos tener un loro en el hombro a todas horas que le canta al anunciante quienes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Que queremos seguir accediendo a toda la información que queramos, pero que nos dejen en paz. Díselo a Google, díselo a los anunciantes, díselo a quien quiera oír. Que la decisión de Google se convierta en irrelevante, porque los usuarios, simplemente, dejen de estar obligados a comerse sus cookies.

La información es lo que hace que dejes de ser un dócil usuario que se come todas las cookies que le ponen en el plato, y pases a ser un usuario bien informado que toma sus propias decisiones y solo comparte la información que realmente quiere compartir. Da el paso y ayuda a cambiar internet.

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