
Hace unas semanas, estando de compras, me pasó algo que hacía tiempo que no me sucedía cuando estoy probando un gadget nuevo: al ir a pagar en la caja, lo hice golpeando con los nudillos sobre el TPV y el cajero del supermercado no pudo evitar hacer un comentario de sorpresa. Al final, toda la gente de alrededor se interesó por ver qué pasaba. Parecía un montaje, pero la realidad es que llevaba puesto un anillo inteligente con función de pago.
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