Nunca hubo unas bombas más raras que estas: estaban llenas de murciélagos explosivos

Existen armas de destrucción masiva, como las bombas nucleares que poseen ciertos países, que podrían exterminar poblaciones enteras de manera fulminante. Sin embargo, el arma que hoy que traemos parecería haber sido creada por esos locos inventores que viven en YouTube. Los protagonistas son murciélagos y su historia no tiene desperdicio.

La historia de los murciélagos bomba

Estamos convencidos de que has escuchado hablar de bombas, armas nucleares o diferentes tipos de misiles, pero nunca antes te habían contado cómo se han utilizado ciertos animales para intentar sembrar el terror bélico. En este caso, uno de esos animales que infunde terror sólo con nombrarlo, aunque luego en realidad su naturaleza es pacífica, es el murciélago.

Según la información publicada en el medio The Atlantic, Lytle S. Adams era un dentista decidido a vengar el ataque sufrido por Estados Unidos en Pearl Harbour. Fue en 1941 cuando se encontraba visitando el actual Parque Nacional de las Cavernas de Carlsbad, donde observó centenares de miles de murciélagos y una idea comenzó a rondar su mente.

En 1942, envió una carta a la Casa Blanca, en la que explicaba su plan: acoplar bombas a murciélagos, tal y como puedes ver en la imagen que te mostramos bajo estas líneas, para acabar con barrios y ciudades japonesas. Y por muy bizarro que suene el plan, Lytle era amigo de la primera dama de los Estados Unidos, Anna Eleanor Roosevelt.

Imagen de archivo de un murciélago sujetando una bomba

Es por ello que la extraña propuesta consiguió llegar al Comité de Defensa de Investigación Nacional y acabó por ser enviada a Donald Griffin, profesor de zoología y experto en murciélagos. Fue ya en 1943 cuando se dio luz verde a una investigación denominada ‘Prueba de Método para Dispersar Bombas Incendiarias’, que tenía como objetivo ‘determinar la factibilidad de utilizar murciélagos para transportar pequeñas bombas incendiarias hasta los objetivos del enemigo’.

Para ello se capturaron miles de ejemplares de la especie Tadarida brasiliensis, uno de los murciélagos más avistados en toda Norteamérica. Después, los animales se mantenían en hibernación gracias a bandejas de cubos de hielo y se liberaban desde las alturas desde los contenedores de cartón donde esperaban su oportunidad. Como podrás imaginar, las pruebas no fueron satisfactorias.

Después de haber gastado 2 millones de dólares y realizado 30 pruebas, el proyecto fue cancelado. El rumor asegura que la gran mayoría de esfuerzos en la época se centraron en el desarrollo de la bomba atómica, con lo que los murciélagos, por suerte para ellos, pudieron dejar de ser los conejillos de indias del aparato militar estadounidense.

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