Apple, la privacidad… y el valor de un buen anuncio

El nuevo anuncio de Apple, titulado «Flock«, es un intento de crear concienciación sobre la importancia de gestionar correctamente la privacidad en nuestros navegadores, y muestra una serie de escenas desasosegantes en las que una serie de cámaras de seguridad se convierten en agresivos pájaros, evocando a Hitchcock, que nos siguen y espían nuestros movimientos y lo que estamos viendo en nuestra pantalla en todo momento.

El anuncio, en realidad, trata de posicionar el navegador de Apple, Safari, incluido en el sistema operativo de todos los productos de la compañía y desarrollado a partir del motor de código abierto WebKit, como la mejor opción para proteger nuestra privacidad: cuando los personajes del vídeo lanzan Safari en sus smartphones, los «pájaros» estallan dramáticamente, dejando al usuario tranquilo.

El anuncio está realmente bien hecho:

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¿Cómo son de reales los mensajes que Apple envía en este anuncio? Un pequeño fact-checking de los componentes más denotativos de un anuncio que está fuertemente dominado por las connotaciones (y que, por tanto, no buscan la exactitud, sino más bien el efecto dramático o evocador), nos diría que Safari es, en la práctica, una buena opción para preservar la privacidad de los usuarios, y decididamente mucho mejor que el navegador más popular por cuota de mercado, el ubicuo Google Chrome.

Sin embargo, eso no quiere decir que Safari, una opción sencilla e inmediata para cualquiera que utilice un dispositivo fabricado por Apple, sea necesariamente la mejor opción. De hecho, aunque Safari hace un buen trabajo manteniendo las cookies de tercera parte bloqueadas por defecto, sigue permitiendo otros tipos de tracking, como el llamado device fingerprinting, y manteniendo un «modo privado» que evoca protección cuando, en la práctica, ofrece más bien poca.

Si consultamos los rankings de privacidad publicados recientemente por algunos medios, nos encontraremos con que otros navegadores razonablemente conocidos obtienen mejores calificaciones que Safari en cuando a protección de la privacidad: ZDNet, por ejemplo, en su artículo del 4 de junio de 2024, considera a Brave como la mejor opción y añade como elecciones buenas a Firefox, Tor, DuckDuckGo y Mullvad, y ni siquiera menciona a Safari. Si recurrimos a PCMag, el 27 de diciembre de 2023 hablaba, por este orden, de Avast, Brave, DuckDuckGo, Epic, Ghostery, Firefox, LibreWolf, Mullvad, Opera, Tempest, Tor, Vivaldi y Waterfox, y tampoco menciona el navegador de Apple. Wired, por su parte, en un artículo publicado el 6 de abril de 2024, enumera, en este orden, a DuckDuckGo, Ghostery, Tor, Brave, Firefox y finalmente, en una sexta posición, a Safari.

La seguridad y la privacidad son cuestiones complejas y en constante movimiento. La mayor parte de los usuarios tienden a quedarse con el navegador que viene preinstalado en sus dispositivos, y a partir de ahí, algunos llegan a instalarse otro navegador más si escuchan comentarlo a sus amigos, pero poco más. Los usuarios que de verdad van un paso más allá, investigan, leen comparativas o instalan múltiples navegadores en función de los usos que dan a cada uno de ellos son, claramente, una minoría, y de hecho, algunos de los navegadores que mencionan esas comparativas no los conocía ni yo, que escribo a menudo sobre estas cosas.

Es precisamente esa la razón por la que creo que el anuncio de Apple es muy positivo: porque contribuye, en un panorama de público habitualmente muy desinformado, a crear conciencia sobre la importancia de la privacidad, y a proponer una opción que si bien no es la mejor según los expertos, si es considerada como razonablemente buena. Además, lo hace en televisión y en horario de máxima audiencia, y aunque pueda provocar cierta frustración en usuarios que no pueden instalar Safari en sus dispositivos, al menos contribuye a generar una conciencia sobre la privacidad y su importancia.

A partir de ahí, que cada uno haga lo que buenamente quiera y sepa. En el futuro, muchas de las prácticas que hoy vemos como completamente normales y aceptadas serán consideradas auténticas barbaridades que se debían únicamente al hecho de que estábamos en los primeros estadios de la popularización de internet (sí, ya sé que internet proviene de los años ’60 y la web de los ’90, pero aún así, seguimos en sus primeros estadios, y lo digo yo que lidio generalmente con un público muchísimo mejor informado que la media). La web del futuro, en ese sentido, se parecerá muy poco a esta. Y por eso creo que es muy positivo que algunos miren extrañados esos pajarracos que siguen a los protagonistas del anuncio y alcancen a plantearse qué diablos está pasando cada vez que utilizan su navegador.

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