Parecían grandes monstruos prehistóricos y desaparecieron por nuestra culpa: así eran las moas

Mucho se ha escrito acerca de los dinosaurios más peligrosos de la historia o sobre aquellos dinosaurios herbívoros más conocidos. Sin embargo, durante el Cretácico, una época perteneciente a la Era Mesozoica, sabemos de la existencia de un sinfín de seres vivos, entre los que destaca un animal del que te vamos a hablar a continuación y que te sorprenderá.

El trágico final de un animal prehistórico

Seguramente nunca hayas escuchado hablar de un animal conocido popularmente como moa, pero cuyo nombre científico es Dinornithiforme. Gracias a un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, sabemos que es un orden extinto de lo que se conocen como aves paleognatas y que habitaba en Nueva Zelanda.

Existen diferentes especies en este orden de animales extintos, destacando lo variado de su tamaño, ya que algunas podían asemejarse a un gallo, mientras que otras eran una especie de avestruces que podían alcanzar los 3 metros de altura y los 250 kilogramos de peso. Se sabe que las moas vieron su amanecer en el Cretácico, esto significa que aparecieron en la Tierra hace más de 90 millones de años, siendo los parientes actuales los tinamúes, los kiwis, los casuarios y los emúes.

Reconstrucción de una moa en el siglo XX

Estas aves prehistóricas, sin embargo, cometieron un error evolutivo que les costó su existencia. Dado que tanto en Nueva Zelanda como en el resto de islas colindantes la presencia de mamíferos era nula, las moas se adaptaron a no tener la necesidad de volar y se acostumbraron a crear sus nidos en el suelo, dada la falta de depredadores. Parece que este, entre otras razones, fue el motivo que nos impide disfrutar de este animal en la actualidad.

Cuando los primeros cazadores maoríes llegaron a estas islas, las moas eran una de sus presas más apreciadas. Se dice que alrededor del año 1400 d.C. éstas se extinguieron, aunque muchos relatos antiguos aseguran que a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX algunos marineros capitaneados por el navegante, explorador, cartógrafo y capitán de la Marina Real británica James Cook las observaron a simple vista.

Sin embargo, la población de moas ya había mermado previamente con el paso de los milenios, debido a factores como los períodos glaciales, que aisló mediante hielo algunas islas, el cambio climático, que disminuyó la extensión de algunos pastizales , la diversificación en más especies y la aparición de uno de sus mayores depredadores, el águila de Haast. En definitiva, las moas aguantaron en el planeta hasta que éste y el ser humano se pusieron de acuerdo para aniquilarlas. Una historia que se repite en incontables ocasiones.

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