Los científicos ahora saben más sobre nuestros antepasados. Todo se lo debemos a los dientes de leche

Los mamíferos comenzaron a apoderarse de la cadena trófica ya en la era de los dinosaurios. Por aquel entonces, sin embargo, tenían un tamaño muy pequeño y solían huir de las especies que reinaban en cada uno de los ecosistemas. Ahora, hemos podido comprobar a través del análisis cómo se produjo una evolución de las musarañas y ratones de la época. ¿Qué pistas nos han dado sus dientes de leche? Esta pieza fundamental en su desarrollo ha guardado secretos durante millones de años.

Los fósiles destacan muchos secretos de los antepasados como primeros mamíferos

La familia de los mamíferos de hace 166 millones de años estaba formada, principalmente, por pequeñas criaturas que se asemejarían con algunos de los principales roedores de la actualidad. Por aquel entonces, se alimentaban de insectos principalmente, pero también podían ampliar su dieta a otros tipos de animales. Curiosamente, el análisis de los dientes de unidades en edad adulta y otros en pleno desarrollo ha permitido comprobar cómo tenían un ciclo de vida superior a los actuales.

En la actualidad, los roedores se desarrollan muy rápido, adquieren un tamaño de edad adulta en apenas unas semanas y mueren pasados unos pocos años. En el pasado, se ha podido comprobar cómo todo ocurría en etapas más lentas. De acuerdo con el estudio publicado en Nature, el docodonte era la variante más parecida al ratón convencional. Varias muestras analizadas mediante fósiles han permitido establecer una teoría acerca de la diferencia existente entre el peso y el desarrollo del organismo. Un adulto contaba con un tamaño entre 56 y 150 gramos, mientras que los restos de otros ejemplares permitían comprobar que aún se encontraban en torno al 50 o 60% de su desarrollo total.

Estos datos han permitido entender que aún faltaría tiempo para que un ejemplar del docodonte pudiese completar su ciclo de vida. Entre las conclusiones que se pueden recoger cabe destacar la posibilidad de que estos animales pudiesen incrementar su esperanza de vida por encima de los 10 años. Se trataría, sin duda alguna, de un crecimiento notable respecto a la inmensa mayoría de especies de roedores que existen en la actualidad en todo el mundo.

Los dientes de leche permiten comprobar cuándo este tipo de especies podían llegar a la edad adulta. Esta comprobación permite conocer datos reveladores sobre un conjunto de animales que pudo tener una importancia vital en el desarrollo de los ecosistemas. Se sabe que existieron entre 1.700 y 1.900 especies de dinosaurios y, sin embargo, todas perecieron como consecuencia de la caída de un meteorito. En cambio, especies como el docodonte continuaron evolucionando para convertirse en las especies que, a día de hoy, han terminado por ser un mayoritarias en cada una de las zonas geográficas en las que hay variedad de especies conviviendo.

El artículo Los científicos ahora saben más sobre nuestros antepasados. Todo se lo debemos a los dientes de leche fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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