El mantenimiento de un vehículo Diésel no se limita exclusivamente a cambiar el aceite cada ‘X’ kilómetros, reemplazar el filtro de partículas o el filtro de combustible y revisar el estado de los neumáticos. Lo cierto es que requiere también estar pendiente de otros componentes y, lo que es casi más importante, mantener la salud del coche haciendo un uso responsable e inteligente del mismo. En este sentido, hay un truco probado para alargar la vida de tu motor Diésel y así evitar averías indeseadas que pueden llegar incluso en los 14 mejores motores Diésel de la historia. Y este truco, aunque te pueda sonar chocante, es tan sencillo como revolucionar el motor.
Existe la creencia popular de que revolucionar en exceso el motor Diésel de nuestro coche puede ser perjudicial para su salud. Y anda más lejos de la realidad. De hecho, revolucionar el motor de manera puntual puede ser incluso beneficioso para la mecánica, sobre todo si estamos hablando de un motor Diésel moderno, en el que las tecnologías para reducir las emisiones de partículas contaminantes han ganado terreno y tienen unas demandas específicas. Propulsores en los que componentes como la válvula EGR o el filtro de partículas cobran especial importancia, con todo lo que ello implica.
Elevar las revoluciones del motor Diésel bajo unas determinadas condiciones es beneficioso para los sistemas anticontaminacion
Los sistemas anticontaminación de los motores Diésel necesitan un régimen alto de vueltas del motor para un correcto funcionamiento, así como velocidad constante y temperaturas altas de los gases de escape. Estos dos últimos no siempre son posibles por las exigencias inherentes a la propia conducción, pero revolucionar el motor Diésel de nuestro coche sí está en nuestra mano, no de manera habitual, pero sí de forma puntual. Alejándonos de las ‘rutinas’ adquiridas, de vez en cuando no está de más alcanzar un alto número de vueltas cuando circulamos a velocidad constante y tras varios minutos en marcha para mejorar el funcionamiento de estos sistemas anticontaminación.
Algo que es tan sencillo como, de vez en cuando y cuando llevamos unos minutos de uso del vehículo, bajar una o dos marchas para que el motor trabaje revolucionado, logrando que el propulsor esté por encima del régimen de vueltas habitual. Con esta práctica conseguiremos limpiar algunos de estos componentes del sistema anticontaminación y la regeneración de los propios filtros. En este sentido, también es una práctica que podemos adquirir el dejar el coche al ralentí un par de minutos antes de apagarlo de forma ocasional, por una cuestión similar.
Eso sí, de forma regular hay que conducir atendiendo a las demandas normales del motor Diésel
Si seguimos estas pautas a la hora de revolucionar el motor, cuando tenga temperatura y rodemos a velocidad constante, vamos a mejorar el funcionamiento de los citados sistemas anticontaminación. Sin embargo, es importante tener claro que, si revolucionamos el motor sin cumplir estas pautas, lo único que vamos a conseguir un estrés innecesario en el mismo. Por ese motivo, no sirve de nada sobre revolucionar el motor si está todavía frío, ya que sólo va a ser efectiva esta medida cuando el motor está a la temperatura adecuada.
En cualquier caso, esta medida para proteger y alargar la vida del sistema anticontaminación y, por extensión, del motor Diésel, es algo a practicar de forma como decimos ocasional, no por sistema. En este sentido, siempre es recomendable conducir de forma habitual a una velocidad adecuada, con una marcha que permita al motor trabajar en un régimen de vuelta medio-bajo. Además, esta es la mejor manera de conseguir una conducción eficiente y que, por lo tanto, podamos lograr un ahorro de combustible, algo en lo que ya destacan los 17 coches Diésel que menos consumen.
El artículo Este simple truco es crucial para evitar averías en los coches diésel fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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