México es un país de contrastes. Puedes disfrutar de una gastronomía excepcional, de paisajes de ensueño que te harán olvidar al resto del planeta o descubrir una cultura que se remonta siglos atrás en el tiempo. Sin embargo, existe una lacra de la que la sociedad mexicana aún no ha podido desprenderse y que tiene que ver con el oscuro mundo de la violencia, las drogas y la muerte. Y si existiese un enviado del mal en dicho mundo, tendría la forma de vehículos blindados como los que te mostraremos a continuación.
Los impresionantes narcotanques mexicanos
Son numerosas páginas web las que han señalado en los últimos meses la presencia, cada vez más abundante, de un tipo de vehículo con el que no te querrías cruzar en ninguna carretera. Estamos hablando, tal y como se asegura en el medio Milenio, de ingenios de la mecánica y la automoción que tienen más que ver con tanques que con coches convencionales.
Desde luego, a juzgar por las imágenes que te adjuntamos bajo estas líneas, se puede decir que estamos ante monstruos blindados para ofrecer la mayor seguridad posible, imaginamos que también para infundir terror, a las organizaciones criminales que operan en el país norteamericano. Uno de los principales impulsores de este movimiento de vehículos bizarros es el conocido El Fabián, líder del grupo La Ronda 88.
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En el taller de este individuo, la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Marina hallaron lo que parecía ser un taller clandestino, que se dedica a la transformación de vehículos convencionales, de gran tamaño eso sí, en monstruos de metal. Los vehículos son conocidos por multitud de motes, entre los que destacan Rinocerontes, Frankensteins o Narcotanques, y constan de placas de acero de hasta 5 centímetros de grosor y el armamento necesario para combatir contra las fuerzas de seguridad u otros grupos.
Existen compañías y modelos de vehículos que parecen ser los predilectos por quienes se dedican a crear estas bestias de acero, entre los que destacan el Super Duty, el Ford Lobo, el Ford F-150 o el Ford Raptor. Algunos Chevrolet Tahoe también han sido modificados e, incluso, se han llegado a ver camiones de plataforma o camiones de doble remolque tuneados para estas organizaciones.
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El origen de estos vehículos blindados parece remontarse a inicios de la década de 2010, cuando el ejército mexicano se topó por primera vez con uno de estos monstruos de cuatro ruedas en la ciudad de Culiacán. Eso sí, parece que uno de los puntos de inflexión para la creación de estos vehículos tuvo lugar a finales del siglo XX, cuando los cárteles comenzaron a reclutar exmilitares, que conocían detalles de tanques y armamento del ejército del país.
En su interior, estos monstruos de metal pueden dar cabida hasta a 10 personas e incluyen escotillas para poder disparar el armamento que se oculta dentro. Además, suelen ir pintados en tonos oscuros o con pintura de camuflaje y su construcción puede llevarse a cabo en un período de unos 70 días como máximo, pudiendo costar algo más de 100.000 euros. Todo un lujo destructivo para las organizaciones que dominan con puño de acero los bajos fondos de México.
El artículo Así son los narcotanques mexicanos: un fránkenstein blindado que trae de cabeza a las autoridades del país fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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