Por qué el volante del coche va duro y cómo resolverlo

Hubo una época en la que hacer algo tan cotidiano como aparcar un coche era un trabajo para valientes. Cuando el vehículo estaba parado, tocaba girar las ruedas prácticamente con los brazos, por lo que estacionar en línea equivalía a algo así como hacer una rutina de brazos en el gimnasio.

La popularización de la dirección asistida nos ha hecho olvidar esa época, y ha permitido también que los volantes de los coches sean ahora mucho más pequeños, pues ya no necesitamos hacer mucha fuerza para maniobrar. Solo experimentaremos algo similar en el caso de que nos encontremos con una avería en este sistema de dirección. A lo largo de estas líneas vamos a contarte los principales motivos por los que el volante se puede sentir duro, aunque ya te adelantamos que en casi todos ellos, tendrás que pasar por un profesional para que te hagan la reparación.

Ruedas desinfladasLíquido de dirección bajoPérdida de líquido de direcciónBomba de dirección asistida dañadaProblemas con los accesorios de la bomba de direcciónOtras averías en el sistema de direcciónAverías eléctricas

Ruedas desinfladas

Se recomienda comprobar y corregir la presión de los neumáticos del coche al menos una vez al mes

Aplicando el principio de la Navaja de Ockham, vamos a comenzar con la hipótesis más simple. Si los neumáticos no están bien inflados, vamos a necesitar compensar esa resistencia con el volante. En movimiento no lo vamos a notar mucho, pero en parado, en el parking, el volante se va a sentir mucho más pesado.

Lo ideal es comprobar las presiones de las ruedas una vez al mes, poniendo especial atención en los meses en los que caen las temperaturas. Si hace muchos meses que no inflas tus ruedas, comienza por aquí.

Líquido de dirección bajo

El sistema de dirección es hidráulico, así como el freno o la mayoría de los embragues. Por tanto, este líquido tiene que estar en buen estado y, sobre todo, en la medida correcta.

Cuando el nivel del líquido baja demasiado, no se va a ejercer la presión suficiente para transmitir el movimiento del volante hacia las ruedas, por lo que tendremos que ser nosotros los que compensemos esa fuerza.

Para comprobar el líquido de la dirección, simplemente tienes que abrir el capó de tu coche y localizar el depósito, que suele venir bien etiquetado con un icono de un volante y una gota. Ahora, sigue estos pasos:

Quita la rosca del tapón.Normalmente, el tapón tiene su propia varilla de nivel. De no ser así, debes localizar la varilla. No debe estar lejos.Limpia la varilla con un papel.Coloca la varilla de nuevo y sácala.Ahora, mira a contraluz el nivel del líquido. Si está por debajo del mínimo o muy cerca, es posible que hayamos encontrado el origen de nuestro problema.

Bien, mucho ojo a partir de ahora. Si vas a rellenar, tienes que utilizar el mismo líquido (míralo en el manual o pregunta en una tienda de repuestos), con la misma especificación. Debes introducir el líquido poco a poco y hacer varias mediciones con la varilla. Cuando hayas terminado, vuelve a colocar el tapón. El problema se debería haber solucionado.

Pérdida de líquido de dirección

El líquido de la dirección se tiene que mirar cada cierto tiempo, como todos los demás fluidos del coche

Supongamos que haces lo que hemos contado en el punto anterior y solucionas el problema. Pasan unos días, y te encuentras que el volante vuelve a estar rígido. ¿Qué está ocurriendo?

Comprobar el fallo aquí es muy fácil. Vuelve a medir el nivel del líquido tal y como te hemos explicado. ¿Vuelve a estar bajo? Bingo. Tienes una fuga en el circuito hidráulico de la dirección. El fluido puede estar perdiéndose por una junta, por una fisura o incluso por la propia bomba.

Si el fallo da después de muchos kilómetros, puedes hacer el apaño de ir rellenando y comprobando el nivel cada cierto tiempo —siempre y cuando lo veas seguro, claro—. En cualquier caso, si el nivel baja rápido, no te la juegues. Por librarte de una factura, puedes estar conduciendo en condiciones muy peligrosas.

Bomba de dirección asistida dañada

La función principal de la bomba de dirección asistida es aumentar la presión del fluido en el sistema, facilitando así el giro del volante sin necesidad de aplicar mucha fuerza.

Cuando la bomba no funciona correctamente o presenta daños, es normal que el volante se vuelva rígido. Este problema no es tan fácil de detectar si no tienes mucha experiencia, ya que, cuando ocurre, el nivel del líquido suele mantenerse en su rango correcto.

El problema aquí es que una bomba defectuosa no podrá generar la presión suficiente para reducir el esfuerzo al girar. Los principales síntomas que suele presentar esta avería son los siguientes: – Sonidos agudos o quejidos al mover el volante. – Chirridos de la correa.

Para enfrentarse a esta avería, lo más correcto es llevar el coche a un taller. En Internet seguro que encuentras vídeos de cómo hacer la sustitución de este componente a tu coche. Sin embargo, no es recomendable que toques nada si no eres un experto.

Problemas con los accesorios de la bomba de dirección

Las correas pueden llegar a causar grandes averías en los automóviles

Un buen mantenimiento es la vacuna contra una avería. Por desgracia, las correas son las grandes olvidadas en nuestros vehículos.

Muchas bombas de dirección funcionan con una correa. Si no se cambia nunca, se puede desgastar o incluso romper. La rotura en sí no va a causar muchos desperfectos —si no te pilla en marcha, claro—. En otros casos, la correa simplemente estará floja o desalineada, y será eso lo que esté haciendo que la bomba no esté generando la presión suficiente para mover el sistema.

La solución es sencilla, pues simplemente habrá que sustituir la correa por una nueva. Si vas a acudir a un taller para hacerlo, pide que comprueben el estado de la bomba, pues se puede haber dañado por culpa de este problema.

Otras averías en el sistema de dirección

No hay un solo sistema dentro de un automóvil —ya sea de combustión o eléctrico— que no sea complejo. Cualquier elemento que falle en el sistema puede repercutir al conjunto, haciendo que el volante se sienta más duro de lo normal al girar.

El uso del propio vehículo puede dañar la cremallera de dirección, desalinear las ruedas, desgastar las barras de acoplamiento… En un taller no deberían tardar demasiado en diagnosticar un problema de este tipo.

Averías eléctricas

El técnico puede detectar una avería eléctrica conectándose directamente a la centralita del vehículo

La dirección asistida ha ido mejorando con el paso del tiempo. En la actualidad, muchos coches emplean un motor eléctrico ubicado en la cremallera o en la columna de dirección, en lugar de los tradicionales sistemas hidráulicos. Tienen sus ventajas, pero también pueden fallar.

Si falla el motor eléctrico, si se estropean algunos sensores o si la corrosión daña los metales, podemos perder parte o incluso toda la asistencia. En este escenario, tampoco te podemos guiar mucho más, pues cada vehículo es un mundo y estamos ante un tipo de avería donde no debería involucrarse una persona que no tiene conocimientos de mecánica.

No es solo cuestión de cambiar un sensor o el motor eléctrico. Tras realizar reparaciones en un sistema de dirección asistida eléctrica, suele ser necesario llevar a cabo un proceso de calibración. Por muchos conocimientos que tengas, es raro que tengas los medios para hacer esto.

Por último, presta atención si el volante hace ruido al girar, pues podríamos estar hablando de un problema totalmente diferente. Recuerda que esta y otras comprobaciones son las más básicas que tienes que mirar al comprar un coche de segunda mano.

El artículo Por qué el volante del coche va duro y cómo resolverlo fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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