Qué significa conducir con una marcha larga exactamente y cuándo te interesa meterla

Cuando pasamos por la autoescuela, en realidad, lo que aprendemos son los conceptos básicos de la circulación y el manejo de un coche. Sin embargo, para poder afirmar que sabemos conducir bien, es necesario exponerse a la carretera durante numerosas horas y experimentar infinidad de situaciones diferentes. Solo así conduciremos de forma eficiente y segura.

Conducir bien es algo que va más allá de comprender el código de circulación. Un buen conductor habrá asimilado una serie de hábitos que le harán manejar el coche de una forma más segura. Y es que, no se conduce de la misma forma en una autovía una tarde soleada de agosto, que en una carretera secundaria con curvas un día de tormenta en pleno invierno.

Al hilo de esto último, no es de extrañar que, en algunos casos, autoridades y luminosos en las carreteras recomienden a los conductores utilizar marchas largas para evitar ciertos peligros. Si no entiendes muy bien a qué nos referimos con conducir con una marcha larga, sigue leyendo.

¿Qué se considera una marcha larga?¿A qué nos referimos con ‘usar una marcha larga’?¿Para qué sirve circular con una marcha larga?Mayor precisión en situaciones climáticas adversasMejor consumoMejor confortSituaciones en las que no se debe usar una marcha larga

¿Qué se considera una marcha larga?

Algunos coches automáticos antiguos ya permitían resolver la problemática de forzar marchas más largas o más cortas para hacer una conducción más precisa

La mayoría de los coches con cambio manual que usamos en la actualidad tienen entre 5 y 6 marchas, mientras que los automáticos modernos tienen transmisiones con muchas más velocidades, como podría ser el caso de Mercedes-Benz con su caja de 9 relaciones.

Una caja de cambios funciona a grosso modo de forma similar a los piñones de una bicicleta. Supongamos que vas con tu bici pedaleando tranquilamente y te encuentras con una cuesta muy empinada. Si continúas pedaleando al mismo ritmo, te va a costar muchísimo esfuerzo subir la pendiente, así que cambiarás a un plato más pequeño en la parte delantera y un piñón más grande en la parte trasera. Ahora, con el mismo esfuerzo, avanzarás mucho menos, pero subirás la cuesta sin problemas. Tanto en este caso, como si fuéramos en coche, diríamos que hemos usado una marcha corta.

El caso contrario se daría en una situación opuesta, como puede ser una superficie totalmente llana. Al no tener que luchar contra la gravedad, en la bici invertiríamos el cambio, poniendo un plato más grande y un piñón más pequeño. El giro de nuestras piernas ahora servirán para avanzar más deprisa. Estaremos haciendo el mismo esfuerzo, pero iremos más rápidos porque vamos en una marcha más larga.

La primera marcha es claramente una marcha corta. De hecho, está diseñada específicamente para que podamos sacar el coche de parado, y es la que más consume con diferencia. En el lado totalmente opuesto, una sexta marcha es, claramente, una marcha larga. Pero esto tiene trampa. Que te recomienden que vayas en una marcha larga, no significa que tengas que enchufar la sexta o la marcha más alta que tenga tu coche.

¿A qué nos referimos con ‘usar una marcha larga’?

Cuando te dicen que uses una marcha larga, no te están diciendo que pongas directamente la más alta que tenga tu coche

Cada caja de cambios y cada vehículo es un mundo. Mi coche en cuarta marcha a 2.000 RPM no tiene por qué ir a la misma velocidad que el tuyo. Todo vehículo en la ficha establece lo que se conoce como ‘desarrollos de la caja de cambios’, que viene a ser la equivalencia en kilómetros por hora que alcanza el vehículo cada mil revoluciones del motor para cada marcha.

Cada velocidad (en kilómetros por hora) tiene una marcha idónea. Por ejemplo, en muchos vehículos, la marcha correcta para circular a 40 km/h por ciudad es tercera, aunque a esa velocidad, se puede ir en segunda —que sería una marcha corta para esta velocidad en este caso—, o incluso en cuarta si la relación de cambio del motor es corta. El quid de la cuestión está en saber identificar estos dos escenarios:

En una marcha corta, vas a circular a con el motor muy revolucionado. Tendrás un consumo muy alto y circularás con cierta incomodidad por el ruido y las vibraciones que se transmiten al habitáculo.Si vas en la marcha correcta, la aguja de las revoluciones estará colocada más cerca del rango donde se produce el par máximo del motor. Es la zona en la que el motor trabaja de forma más cómoda, y es donde consigue el mejor equilibrio entre prestaciones y consumo. En los motores diésel suele estar alrededor de las 2.000 RPM, mientras que en los de gasolina, esta cifra suele estar más arriba en el tacómetro.Por último, llegaríamos a las marchas largas, que podríamos definirlas como aquellas en las que llevamos en unas revoluciones por debajo del rango en el que se produce el par máximo, y por encima de la zona de ralentí. En zonas llanas sin muchos altibajos, es posible circular en una marcha ligeramente más larga que lo que podríamos considerar la marcha correcta, circulando por ejemplo, a unas 1.000 o 1.200 revoluciones. Sin embargo, si engranamos una marcha más larga de la cuenta, el motor puede comenzar a vibrar cuando el vehículo pierda impulso. De no mantener las revoluciones a un ritmo constante, podemos calar el motor incluso estando con cierto movimiento.

Vamos a poner un ejemplo para que se entienda. Volkswagen Golf V 2.0 TDI de 140 CV con caja de 6 marchas. Circulamos a 90 km/h en una zona llana, velocidad que podemos alcanzar en tercera, cuarta, quinta y sexta:

Tomando los desarrollos de la caja aportados por el propio fabricante, el coche irá a 90 km/h en tercera a unas 3.600 vueltas. No es una marcha correcta para circular, pero sí para hacer un adelantamiento en una carretera secundaria a un tractor, por ejemplo —sería una marcha correcta para hacer una aceleración de 50 a 90 km/h de forma rápida y sin superar el límite legal de la vía—. El coche consumirá en este rango mucho más combustible, hará mucho ruido y tendrá un comportamiento más nervioso.En cuarta, el coche irá a 2.650 RPM. Sigue siendo una marcha algo corta, pues estaremos fuera del rango de revoluciones en el que se produce el par motor máximo (en este propulsor diésel, está entre las 1.750 y las 2.500 RPM).Si circulamos en quinta, el motor estará girando a 2.050 RPM. Iremos a la velocidad de la vía gastando poco combustible con el coche bastante relajado.Por último, supongamos que ponemos la sexta marcha. La aguja se irá ligeramente por debajo de las 1.750 revoluciones. Será una marcha larga para esta situación, aunque apta, pues el coche no irá lo suficientemente ahogado. Eso sí, en el momento en el que la carretera tenga una ligera elevación ascendente, el coche comenzará a vibrar, pues la marcha comenzará a ser demasiado larga para la situación. Para mantener los 90 km/h, lo ideal será reducir una marcha.

Aquí es donde entra tu experiencia. Circular en una marcha larga consiste en saber qué marcha es la correcta, y seleccionar una por encima de esta en la que puedas controlar el coche (no él a ti). El motivo por el que querríamos hacer esto te lo explicamos en el siguiente punto. Al hilo de esto, tenemos un artículo en el que hablamos justo de los motivos por el que el coche tiembla al cambiar de marcha.

¿Para qué sirve circular con una marcha larga?

Con lluvia hay que circular con más cuidado, y poniendo más atención al uso de las marchas

Con toda esta clase de teoría por delante, llegamos a la práctica. ¿Sirve para algo saber todo esto? Obviamente, sí, tal y como te contamos a continuación:

Mayor precisión en situaciones climáticas adversas

Dejemos el consumo y el confort a un lado. Si vas a circular por una carretera en la que está lloviendo, o en la que puede haber escarcha, es muy importante que utilices la marcha más larga en la que te permita circular el coche.

Cuando hay condiciones de baja adherencia, reducir la potencia que llega a las ruedas nos facilita un control más fino de la tracción. Va a ser más seguro, pues las ruedas van a tender a perder menos adherencia. Pillarle el truco a esto en una carretera de montaña puede ser algo más desafiante, por lo que te recomendamos que te fijes más en las revoluciones y en el feedback que te va a dar el vehículo mediante el sonido y las vibraciones.

Mejor consumo

Las marchas más largas sirven precisamente para reducir el consumo a altas velocidades, como puede ser en autovía. Cualquier coche del mercado está diseñado para que se pueda usar la marcha más larga a 120 km/h.

Esto también se traduce en un menor desgaste del motor. Al llevar el propulsor menos revolucionado, habrá menos fricción, por lo que la lubricación funcionará mejor y los metales no rozarán tanto como a 5.500 vueltas.

Mejor confort

Circulando con una marcha larga vamos a tener generalmente menos ruido y vibraciones —siempre y cuando no usemos una marcha más larga de la cuenta, claro—. En viajes largos, puede marcar bastante la diferencia, pues el ruido y los temblores hacen que nos cansemos antes como conductores, produciendo más fatiga de la cuenta.

Situaciones en las que no se debe usar una marcha larga

Para adelantar de forma segura, debes hacer que el coche responda rápido. Y eso solo se puede hacer con una marcha corta

Vamos a finalizar con una pequeña lista de situaciones en las que no debes utilizar una marcha larga, sino más bien todo lo contrario:

Adelantamientos: para adelantar necesitas impulso, y eso rara vez lo vas a tener con una marcha larga. Para hacer un adelantamiento seguro (especialmente en carreteras de un solo carril), tienes que usar marchas cortas. No debe darte miedo bajar a tercera y poner el coche a 4.000 revoluciones. Si el fabricante te da ese rango de vueltas, es porque el motor puede girar a ese ritmo sin romperse.Carreteras de montaña en condiciones de seco: cuando vayas por una carretera montañosa en subida, lo ideal es ir en marchas cortas si el asfalto está completamente seco. Una marcha corta te va a dar más precisión para controlar el vehículo en estas situaciones.Bajadas en carretera: carretera de 80, bajada pronunciada. Radar al final del todo. Si circulas en sexta, es probable que te llegue la receta a casa, pues en esa marcha, el coche se te va a embalar. Pro tip: pon una marcha corta y deja de acelerar. Las revoluciones se irán arriba, pero el coche no cogerá más inercia y no se te va a ir de la velocidad máxima permitida. ¿A que no te enseñaron esto en la autoescuela?Rotondas: entrar en una glorieta con una marcha larga no solo es peligroso, sino que notarás que el coche quiere controlarte a ti.

Como último consejo, recuerda que los coches con inyección directa (tanto diésel como gasolina), tienden a acumular mucha carbonilla en la admisión cuando se abusa de la conducción con marchas largas. Como conductores, tenemos que llevar una conducción equilibrada en revoluciones —sí, hay que elevar las RPM de vez en cuando—, con el fin de evitar estos depósitos de hollín, pues son perjudiciales para el motor y uno de los principales motivos por los que se producen ITV desfavorables en España.

Nos despedimos, pero no sin antes dejarte un enlace a otra entrada en la que hablamos de los errores más habituales al cambiar de marcha. Con dicha guía, puedes perfeccionar aún más tu técnica de conducción.

El artículo Qué significa conducir con una marcha larga exactamente y cuándo te interesa meterla fue publicado originalmente en Urban Tecno.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*