Los gurús de la Red ya están en la diana de los gobiernos

Es el 10 de abril de 2018. Mark Zuckerberg , jefe supremo de ese emporio digital conocido ahora como Meta, entra en el Senado de Estados Unidos , y lo hace de punta en blanco. Viene a hablar sobre la responsabilidad de Facebook en el robo masivo de datos de usuarios que fue explotada por Rusia para enturbiar las elecciones de 2016, en las que Donald Trump salió escogido presidente. El magnate, siempre apesadumbrado, pide perdón muchas veces y acepta su responsabilidad otras tantas. Al año, su empresa es multada con 5.000 millones de dólares; que es mucho, todo un récord, pero no tanto si anualmente ingresas más de 100.000. Y ahí quedó la cosa. Facebook siguió operando con normalidad, y lo mismo pasó con el resto de su junta directiva. Todo se solucionó con dinero, como ha sido norma con firmas de esta clase desde la década de los noventa; cuando Microsoft se hartó de pleitear, hasta el infinito y más allá, para evitar el desmoronamiento de su imperio. Pero eso, ya con 2024 dando casi las últimas bocanadas, parece que está empezando a dejar de valer.La reciente detención del CEO de Telegram , Pavel Durov , en Francia, y el bloqueo hace una semana de X en Brasil prometen dar inicio a una nueva fase en las casi siempre tensas relaciones entre las autoridades y los gigantes de internet. Una en la que tanto los ejecutivos como sus propias ‘apps’ comienzan a responder, realmente, a sus potenciales irregularidades y negligencias. Al menos en algunas partes del mundo. «Hay ya cierto hartazgo de que siempre las grandes empresas y sus dueños se vayan de rositas con multas que a esta gente no les supone nada, para ellos es como pagar un café», explica a ABC José Luis Casal, analista de negocio digital. Europa es, sin duda, el país en el que el futuro de estas empresas se atisba más oscuro. Bruselas lanzó hace escasos meses dos normativas, la Ley de Mercados Digitales (DMA) y la Ley de Servicios Digitales (DSA) que, junto a otras leyes, aspiran a impulsar la competencia en internet y a atar en corto –todo lo humanamente posible– a las plataformas de mayor tamaño, aquellas que cuentan con 45 millones de usuarios o más en suelo comunitario. Para poder prestar servicio, entre otras cosas, estas deben combatir activamente el contenido ilegal y evitar los abusos dentro de sus ecosistemas. Si la firma incumple una vez, es multada con el 6% de su facturación global anual. Pero si es reincidente, es bloqueada en toda la UE. Europa vigila a Musk«No me extrañaría nada que próximamente hubiese cierres de redes sociales en Europa. En el momento en el que haya una plataforma que no esté dispuesta a cooperar estoy seguro de que va a ocurrir y que a las autoridades no les va a temblar el pulso», explica a este diario Fernando Checa, director del máster de redes sociales de la Universidad Internacional de La Rioja. Y ya hay plataformas que están recogiendo papeletas para ello; de las que más, la antigua Twitter: X. El pasado julio la Unión Europea ya acusó de forma preliminar a la herramienta propiedad de Elon Musk de incumplir la DSA. Entre otras cosas, por confundir a los usuarios sobre la veracidad del contenido que consumen por los cambios en el sistema de verificación de cuentas, que desde hace año y medio está disponible para cualquiera dispuesto a pagar por ella.«En nuestra opinión, X no cumple la Ley de Servicios Digitales en ámbitos clave de transparencia, al utilizar patrones oscuros y, por tanto, inducir a error a los usuarios, al no proporcionar un repositorio de anuncios adecuado y al bloquear el acceso a los datos para los investigadores», afirmó Margrethe Vestager, vicepresidenta de la Comisión Europea y una de las principales impulsoras de las nuevas leyes para el control de las tecnológicas. Y Bruselas lo tiene claro, si X quiere tener una larga vida en suelo comunitario va a tener que realizar «cambios significativos» en su forma de operar. En Brasil el hartazgo con Musk ya ha llevado a que, hace una semana, el juez Alexandre de Moraes ordenase el bloqueo de X. En este caso por la negativa del magnate a nombrar un representante en el país sudamericano y a censurar cuentas consideradas «antidemocráticas». Medida conflictiva y polémica y que, a juicio de Musk, representa un atentado contra la libertad de expresión. «Cuando ves que una red social no se somete a tus peticiones hay que pasar al siguiente nivel, y el bloqueo al final es la única solución que te queda, porque es directamente lo que va a doler», señala a ABC Sergio Carrasco Mayans, jurista especializado en asuntos digitales. El experto remarca que, al margen de que requerimientos como el de De Moraes resulten polémicos, y de que los casos de desinformación siempre son «complejos», una ‘app’ debe aceptar, sin vacilar, las reglas del juego del espacio en el que opera. Es o eso o no prestar servicio, para lo que también son libres . «Pasa lo mismo en China y Emiratos Árabes, donde tienes que hacer casi una versión alternativa de tu herramienta. Pero es tu obligación. No puedes ofrecer servicios y saltarte la ley del país porque no estás de acuerdo con ella. Eso no funciona así», remata el jurista.Precisamente eso, saltarse la normativa, es lo que Francia considera que ha estado haciendo Telegram durante los últimos años. El CEO de la aplicación, Pavel Durov, fue detenido en París el pasado agosto y ha sido formalmente acusado, entre otras cosas, de colaborar en el tráfico de drogas y la proliferación de pornografía infantil a través de su ‘app’. El ejecutivo se defendía el pasado jueves con una larga publicación a través de su canal personal en el que señalaba como «un enfoque equivocado» el que la Justicia tome medidas directamente contra él, y no contra su empresa.Para Fernando Checa, esto no es más que un ejemplo más del hartazgo de las autoridades con los desmanes de Telegram; una aplicación que siempre ha tenido una relación tirante con las autoridades y que está bloqueada en sitios como Irán o Rusia. «No me extrañaría el cierre aquí si la aplicación sigue sin colaborar con las autoridades». Hasta la fecha, la ‘app’ afirma que no ha compartido ni un solo dato de los usuarios con ninguna administración. Simplemente, se limitan a suprimir contenido ilegal cuando es localizado. Durov, no obstante, ha señalado que próximamente habrá cambios en la plataforma para combatir su uso con fines ilícitos. Con todo no descarta el cierre de la aplicación, en Francia o cualquier otro país, si no se alcanza un acuerdo «en el equilibrio adecuado entre privacidad y seguridad» con los reguladores locales. Europa, por su parte, ha comenzado a investigar la plataforma al sospechar que, en su momento, mintió acerca de su número real de usuario para no estar sometida a las normas de la DSA.Estados Unidos, por detrásMientras Europa y Brasil adoptan mano dura con los gigantes de internet, Estados Unidos sigue a la expectativa. Empresas como Meta y Google siguen siendo investigadas en el país por monopolio, pero nada indica que, llegado el momento, se puedan llevar a cabo acciones contra ellas como las que han tenido lugar contra X o Durov recientemente. Donald Trump incluso anunció el pasado jueves que, en caso de ganar las presidenciales del próximo noviembre, piensa poner a Musk a cargo de una futura comisión destinada a controlar el gasto público del Gobierno.Las medidas más duras en el país han ido dirigidas contra TikTok, única gran red social que no es estadounidense y que, por ley, podría verse obligada a dejar de ofrecer servicio allí en unos meses. Pero a saber, porque Trump ya ha expresado su desacuerdo con el bloqueo, impulsado por Joe Biden.

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