Este tanque ruso se hizo mítico en la Segunda Guerra Mundial. Lo mejor es que todavía puede combatir

La Segunda Guerra Mundial es uno de los eventos de la historia de la humanidad que más miradas ha atraído. En Urban Tecno le hemos dedicado una gran variedad de artículos a la tecnología utilizada en el conflicto. Uno de ellos centrado en los tanques más icónicos. Y esta vez queremos hablar de uno en concreto. Nos referimos al carro de combate T-34/85 de origen soviético. Una mole acorazada y bien armada que acabó siendo el más fabricado de la contienda.

Durante el periodo que va desde 1939 a 1945, todos los ejércitos beligerantes usaron carros de combate. Al principio eran bastante ligeros y armados con cañones pequeños, pero cuando la guerra se extendió en la línea del tiempo modelos más pesados y mejor armados aparecieron en los campos de batalla. El culmen de esta evolución fue el Panzer Tiger I que diseñaron los alemanes.

Un tanque robusto, bien armado y fácil de fabricar

Sin embargo, por debajo de esa mole de hierro había otros modelos menos pesados que eran igualmente eficientes en su mecánico y tareas. El T-34 fue el carro medio más utilizado en la Unión Soviética y se ganó una gran fama entre los combatientes. Enviado al frente a partir de 1941, cuando Alemania invadió la URSS, el T-34 era un carro moderno para los estándares de la época.

¿Por qué decimos que era moderno? Por su diseño y armamento. Es una idea bastante común pensar que los tanques usados por los nazis fueron lo mejor de lo mejor. En ciertos momentos así fue, pero en la Segunda Guerra Mundial hubo otros vehículos, terrestres o aéreos, que superaron con creces lo fabricado por los alemanes. Sobre todo, el punto principal fue la facilidad de producción de algunos modelos.

En concreto el T-34 fue un carro con una fiable mecánica interna, un cañón de 76 mm y un blindaje oblicuo. Ojo a esto último, pues fue su mejor característica. Hasta entonces, los carros utilizaban un blindaje perpendicular, pero el T-34 apareció con una forma inclinada. Esto resultaba en que con menos material se podía proteger mejor el tanque. Los cañones alemanes observaron más de una vez como los proyectiles rebotaban una y otra vez en el blindaje de este tanque.

El T-34/76 (primera versión) fue producido en diferentes fábricas a lo largo y ancho de toda la URSS. Quizá la más famosa de todas ellas fue la fábrica que se levantó en la ciudad de Stalingrado, una línea de producción que originalmente se encargaba de montar tractores. En esta nave industrial se produjeron algunos de los combates más fieros de toda la guerra.

A pesar de la tecnología que albergaba en su interior, el T-34/76 quedó poco a poco obsoleto. Una vez el shock inicial terminó, los alemanes respondieron con nuevos carros mejorados que podían enfrentarse a los tanques soviéticos. Por eso mismo, en la URSS respondió de igual manera sofisticando el diseño original. El cañón de 76 se sustituyó por uno de 85 mm y además se añadió más blindaje. El nuevo T-34/85 era una versión potenciada que iba a dar mucha guerra.

Este T-34/85 consiguió la tecnología para poder enfrentarse a casi cualquier carro de combate enemigo, además seguía siendo sencillo de producir en una línea de montaje. En total, durante toda la guerra y los años de la inmediata posguerra unos 90.000 acabaron siendo repartidos por todo el Ejército Rojo y sus aliados. Su historia no acaba aquí, puesto que en la Guerra Fría se utilizó en Corea, Israel, Cuba, Vietnam, etc. Era robusto y sencillo de usar, aunque un poco incómodo para los tripulantes.

Por muy buen tanque que fuera en su momento, el T-34/85 acabó obsoleto en la década de 1950. Los nuevos carros soviéticos y de la OTAN le superaban en todo. Sin embargo, por su gran número y fácil uso, muchas fuerzas paramilitares los han usado hasta en tiempos recientes. En 2015 se vieron algunos en Ucrania. Al igual que Oriente Medio en la lucha contra el Estado Islámico.

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