Las misiones espaciales en el espacio profundo cada vez están más cerca: todo se lo debemos a este reciente descubrimiento tecnológico

Si la Tierra continúa teniendo secretos por descubrir para nosotros, qué misterios e incógnitas albergará el espacio exterior. Las exploraciones del espacio profundo siguen siendo objeto de investigación y tienen como objetivo recopilar información sobre objetos y sitios que se encuentran dentro o fuera del sistema solar, alejados de nuestro planeta. Como el asteroide de más de 300 metros que pasará muy cerca en 2029.

Actualmente, la nave construida por humanos que más lejos ha llegado es la Voyager 1, lanzada el 5 de septiembre de 1977 desde Cabo Cañaveral, Florida (Estados Unidos). En junio de 2021 estaba a una distancia de 22.909.417.919 kilómetros del Sol. Esta sonda espacial sigue operativa y su misión es estudiar los límites del sistema solar.

Sin embargo, la exploración del espacio profundo tiene sus limitaciones debido a la tecnología de motores espaciales, lo que impide realizar misiones todavía más lejanas o extensas. Pero esto podría cambiar dentro de poco gracias a los avances en la impresión 3D.

La clave de misiones más extensas está en la impresión 3D de metales

Una de las primeras piezas de metal impresas en 3D en la Estación Espacial Internacional

El gran problema de las misiones espaciales en el espacio profundo es que, cuanto más se aleja la nave de la Tierra, las posibilidades de disponer de suministros de la Tierra disminuyen drásticamente, lo que conlleva unos límites.

Sin embargo, los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional (ISS) han logrado un hito que podría acabar con algunas limitaciones. Y es que gracias a la impresora de metales 3D proporcionada por la Agencia Espacial Europea se ha podido obtener la primera pieza de metal fabricada totalmente en el espacio.

Esto ha sido posible gracias a la colaboración entre la ESA (Agencia Espacial Europea) y Airbus, la cual busca desarrollar las capacidades de fabricación espacial del continente.

Como hemos comentado antes, supondría un gran paso adelante para misiones espaciales más duraderas a la Luna, Marte (ya hay un método para conseguir que sea habitable) y sitios todavía más alejados.

La impresora, creada por Airbus, tiene un peso de 180 kilogramos y ha sido diseñada para reparar o fabricar herramientas, crear interfaces de montaje y partes mecánicas. Es capaz de imprimir piezas con un volumen de nueve centímetros de alto y cinco centímetros de ancho en alrededor de 40 horas.

Instalada en el módulo Columbus de la Estación Espacial Internacional por el astronauta de la ESA Andreas Morgensen, la impresora 3D fue lanzada a principios de este año y ha supuesto todo un reto a la hora de diseñarla.

Al parecer, las impresoras 3D para metales tienen un tamaño similar al de una habitación pequeña en la Tierra. Sin embargo, en AirBus han tenido que reducir su tamaño al máximo, parecido al de una lavadora, para poder colocarla en la Estación Espacial Internacional (ISS), cuyo espacio es reducido.

También han tenido que meterla en una caja sellada de seguridad para proteger a la ISS de las grandes temperaturas que alcanza la impresora al estar fabricando una pieza de metal.

A pesar de este avance, tanto la NASA (que ha recomendado estar atentos al cielo este septiembre para ver las lunas y estrellas como nunca) como la ESA están trabajando para desarrollar una tecnología de impresión 3D que permita usar recursos locales.

Uno de estos materiales sería el regolito lunar (un polvo grisáceo que cubre la superficie de la Luna), con el objetivo de reducir la dependencia de recursos necesarios transportados desde la Tierra.

El artículo Las misiones espaciales en el espacio profundo cada vez están más cerca: todo se lo debemos a este reciente descubrimiento tecnológico fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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