Drivin’ Wild y el espíritu de Out Run

Lo primero que viene a la mente cuando se arranca Drivin’ Wild (técnicamente: Dr1v3n Wild!, pero es que con esto del estilismo en los nombres ya…) es un fuerte sabor a Out Run, la famosa recreativa de carreras de 1986. Con pocos botones que manejar (o el propio ratón) y una fluidez potente y accesible, es un entretenimiento breve pero intenso, una experiencia bastante disfrutable.

Sólo le falta la música, pero es sabido que se puedes poner de fondo por tu cuenta, una banda sonora digna de la edición en vinilo de coleccionista. Por lo demás, aunque algunos detalles son parecidos como son la dinámica del coche cuando se sale de la carretera o choca, o los check points para alargar el tiempo, los escenarios son diferentes y cambiantes.

En definitiva, un jueguecillo de esos para quitarse el gusanillo y matar un rato, digno de ser mencionado y que aunque pone que está disponible en Github para cotillear el código yo no he conseguido encontrarlo.

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