Multitud de galaxias alrededor del universo poseen un agujero negro en su centro, que va alimentándose de la materia que se aproxima a sus inmediaciones. En este caso, gracias a un artículo publicado en la revista científica Nature Astronomy, hemos conocido que un equipo internacional de astrónomos ha utilizado uno de nuestros más potentes telescopios espaciales para desentrañar los misterios que se ocultan en la galaxia GS-10578.
El agujero negro supermasivo que devora a su galaxia
El doctor Francesco D’Eugenio es el coautor de la investigación en la que se han utilizado los datos obtenidos por el telescopio James Webb para observar una galaxia similar en tamaño a la Vía Láctea, pero mucho más antigua. Sin embargo, no estamos ante una galaxia cualquiera, dado que integra un agujero negro supermasivo en su interior y parece haber dejado de producir estrellas.
Se sospechaba desde hace tiempo que podía existir una correlación entre este tipo de galaxias muertas y los agujeros negros supermasivos, pero no ha sido hasta que esta investigación ha salido a la luz que parece que ya se puede confirmar esta relación. La galaxia, apodada Galaxia de Pablo en honor al astrónomo que decidió estudiarla a fondo, cuenta con estrellas que se crearon hace entre 12.500 y 11.500 millones de años.
El profesor Roberto Maiolino, coautor del estudio y perteneciente al Instituto Kavli de Cosmología, asegura que ‘al principio del universo, la mayoría de galaxias formaban muchas estrellas, con lo que es interesante ver una galaxia tan masiva en este período de tiempo’. Ahora, gracias al trabajo realizado por el telescopio James Webb, se ha detectado que está expulsando gases a velocidades de 1.000 km/s, lo que podría ser indicativo de que su agujero negro ayuda a este proceso.
La galaxia GS-10578 expulsa gases calientes, pero también se ha podido observar, gracias al James Webb, que tienen un componente nuevo, que no había sido detectado anteriormente. Estamos hablando de un gas más frío, más denso y que no emite luz alguna. Y dado que la masa de gas que se expulsa fuera de la galaxia es superior a lo que se necesitaría para formar nuevas estrellas, los astrónomos han podido concluir que su agujero negro supermasivo está matando de hambre a su propia galaxia.
Este descubrimiento, en la teoría, ya había sido ideado, pero hasta la fecha nunca se había podido comprobar. Anteriormente, algunos modelos predecían incluso que la finalización de la formación de estrellas podría llegar a cambiar la forma de las galaxias, algo que se ha comprobado que no siempre sucede. Roberto Maiolino asegura en declaraciones recogidas en la página web de la Universidad de Cambridge:
Sabíamos que los agujeros negros tienen un gran impacto en las galaxias y, quizás, es comúnn que detengan la formación estelar. Pero hasta Webb, no hemos podido confirmarlo directamente. Esta es otra manera en la que Webb es un paso de gigante en términos de nuestra habilidad para estudiar el universo temprano y cómo ha evolucionado.
El artículo Los astrónomos han encontrado una galaxia muerta y ya tenemos al culpable: es este enorme agujero negro fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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