La Vía Láctea no está a salvo de los agujeros negros. Los científicos creen algunos pequeños recorren nuestra galaxia y la afectan de esta forma

Todos conocemos el término agujero negro, aunque pocos sabrían definirlo y mucho menos exponer algunos tipos de estos fenómenos cósmicos, que podrían estar visitando nuestra galaxia y que podrían alterar incluso órbitas de algunos planetas. ¿Quieres conocer más acerca de estos eventos puntuales del espacio exterior y cómo podría cambiar el curso de la investigación cosmológica?

¿Qué son los agujeros negros primordiales y cómo afectan al universo?

Un reciente artículo publicado en la revista científica Physical Review D nos habla acerca de los conocidos como agujeros negros primordiales, un tipo de agujero negro que habría surgido en las primeras etapas del universo y que es tan extremadamente denso que podría portar la masa de un asteroide en el espacio de un simple átomo.

Gracias a la investigación anteriormente mencionada, sabemos que estos diminutos agujeros negros podrían estar atravesando nuestro sistema solar y la Vía Láctea a razón de una vez cada década. Además, los científicos aseguran que estos agujeros negros serían responsables de parte de la desconocida y misteriosa materia oscura.

Se cree, en la actualidad, que alrededor del 85% de la materia que compone el universo es de origen desconocido y parece que para explicarla podríamos acudir a estos agujeros negros primordiales. Para ello, los científicos involucrados en la investigación propusieron medir pequeñas oscilaciones en la órbita de Marte, que podrían ser explicadas por estos fenómenos cósmicos. David Kaiser, autor del estudio y profesor de física en el MIT, ha explicado en la página web Phys.org que:

Dadas las décadas de precisión telemétrica, los científicos conocen la distancia entre la Tierra y Marte con una precisión de 10 centímetros. Estamos aprovechándonos de esta región altamente instrumentalizada del espacio para buscar un pequeño efecto. Si lo vemos, podría contar como la verdadera razón para continuar persiguiendo esta exquisita idea de que toda la materia oscura consiste en agujeros negros que fueron creados menos de un segundo después del Big Bang y que han estado rondando el universo durante 14.000 millones de años.

Desde hace años, muchos científicos han utilizado instrumentos de detección de materia oscura para intentar dar con partículas exóticas que compongan esta forma de materia tan habitual en el cosmos. Sin embargo, otra teoría sugiere que, quizás, en lugar de buscar partículas tendríamos que estar buscando agujeros negros primordiales, que serían los componentes fundamentales de la materia oscura.

En este caso, a diferencia de los agujeros negros astrofísicos, que serían el producto de la muerte de una estrella, los agujeros primordiales se habrían creado en el origen del universo a partir de grandes concentraciones de gas y se habrían extendido por todo el universo a medida que este se expandía y se enfriaba.

Desde hace años se han estudiado los posibles efectos de estos agujeros negros primordiales. En el caso de la Tierra o la Luna, seguramente su aproximación provocaría que estos cuerpos celestes se tambaleasen ligeramente, aunque ‘los números no están muy claros’. ¿Y si un agujero negro del tamaño de un átomo atravesase a una persona? Lo más probable es que al acercarse a 1 metro, la persona fuese empujada 6 metros a consecuencia de la fuerza gravitacional.

Los investigadores del estudio aseguran que los agujeros negros primordiales atraviesan el sistema solar a unos 240 km/s y es por ello que investigaron sus efectos en Marte. Y es curioso que sus conclusiones detallaron como su paso a una distancia de unos cientos de millones de kilómetros de su órbita podría modificarla ligeramente. Eso sí, con el transcurso de los años la órbita cambiaría en un metro, algo que podría ser detectado por los instrumentos terrestres.

Si esta detección llegase a suceder, aún quedaría mucho trabajo para que los científicos pudiesen asegurar que ese cambio de órbita corresponde a la influencia de un agujero negro primordial y no a un asteroide, por ejemplo. Por suerte, dado que llevamos años investigando las rocas que se mueven por el espacio, descartar la segunda opción sería algo sencillo. Matt Caplan, profesor de la Universidad del Estado de Illinois, asegura que:

Que la búsqueda encuentre o no una señal alta y clara dependerá de la trauectoria exacta que un agujero negro errante tome a través del sistema solar. Ahora que hemos comprobado esta idea con simualciones, ellos tienen la parte más difícil por delante, comprobar los datos reales.

El artículo La Vía Láctea no está a salvo de los agujeros negros. Los científicos creen algunos pequeños recorren nuestra galaxia y la afectan de esta forma fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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