Los inversores y los usuarios empiezan a dudar del ‘boom’ de la IA

Si hay un amo de la inteligencia artificial (IA), o, al menos, una empresa que realmente esté haciendo negocio con la tecnología, y ya, que no mañana, esa es sin lugar a dudas Nvidia . El gigante de los chips, capitales para hacer que máquinas como ChatGPT o Gemini sepan lo que saben, consiguió en meses, gracias al ‘boom’ de la IA generativa y de soluciones como ChatGPT, convertirse en una de las mayores empresas del mundo, con una valoración de 3,3 billones (sí, billones) de dólares. Pero ninguna compañía es invulnerable. Tampoco las grandes tecnológicas. Entre finales de agosto y el inicio de septiembre, la marca dirigida y cofundada por Jensen Huang registró una caída del 14% en el valor de sus acciones quemando por el camino 500.000 millones de dólares. Mucho dinero para cualquier compañía, independientemente del tamaño. MÁS INFORMACIÓN noticia No «El objetivo no es que la IA sustituya a alguien en el trabajo. Es que aporte valor»Este tropiezo, sumado a otros indicadores, ha provocado que muchos analistas e inversores hayan comenzado a preguntarse si la firma ha llegado a su límite de crecimiento, o incluso a cuestionarse directamente si, en estos momentos, es interesante seguir invirtiendo dinero en el desarrollo de la IA. Porque, además, Nvidia solo hay una; hasta la fecha ninguna otra firma ha conseguido experimentar un crecimiento similar en el campo de la IA. Y a saber lo que pasará mañana. Porque los que ponen el músculo financiero cada vez lo ven menos claro. Así lo señalaba en un análisis publicado hace un par de semanas la firma de inversión internacional BlackRock: «Observamos señales que nos hacen cambiar de opinión respecto a la IA, el crecimiento de los ingresos se ha estancado y la IA se adopta con lentitud». También se apuntaba que «los inversores debaten si los futuros ingresos de las principales empresas tecnológicas justificarán los miles de millones de dólares que se están invirtiendo en inteligencia artificial».«Estamos asistiendo a una burbuja, lo que pasa es que la gente no se entera», explica a este periódico Sergio Álvarez-Teleña, director y cofundador de la empresa de inteligencia artificial SciTheWorld, que ha ayudado a firmas como J.P. Morgan o Banco Santander a sacar rendimiento a esta tecnología. «Muchas compañías están vendiendo el pastel con la IA, pero en el fondo lo único que te están dando es la guinda. No hay pastel por ninguna parte», prosigue el experto. Remarca, además, que Nvidia da un buen servicio, pero sus clientes, los que compran sus chips, entre los que se encuentran Apple, OpenAI, Google o la xAI de Elon Musk, «no están viendo el impacto en sus negocios, porque no están consiguiendo crear la magia de la IA que buscan, que es la inteligencia real, y eso va mucho más allá de darle unas cuantas vueltas a unos datos»; que es, precisamente, lo que actualmente herramientas como ChatGPT ofrecen.Menos dinero, menos usoEl caso de Nvidia no es una excepción. Las dudas del capital en torno al negocio de los algoritmos empezaron hace ya algún tiempo; solo que ahora van a más, y se expresan con más fuerza. Un estudio de la Universidad de Stanford, publicado hace unos pocos meses ya recogía que el dinero aportado por el capital de riesgo al desarrollo de la tecnología descendió un 20% en 2023 con respecto a 2022, quedándose en 189.200 millones de dólares. El dinero destinado a las fusiones y a la compra de empresas relacionadas con la IA también menguó, en este caso más de un 31% en comparación con el curso anterior.«Cuando todo va muy rápido y se genera una enorme expectación en torno a algo, la pausa, especialmente, en los negocios, suele ser más brusca. Y no todos los indicadores están acompañando y tirando del carro», explica en conversación con ABC José Luis Casal, analista de negocio digital. El experto remarca que , actualmente, solo un puñado de grandes compañías, entre ellas Google, Microsoft, Amazon, Meta o Apple , están apostando realmente por la IA, «mientras que el resto de sectores no acompañan»: «Aunque la inteligencia artificial vaya muy bien, si no tienes en qué aplicar las herramientas, o las empresas no dan el paso para aplicar la tecnología, el negocio pincha». Y hay mucho ejemplos que ponen de manifiesto que el crecimiento en el uso de este tipo de herramientas está algo estancado, entre ellos el de España. De acuerdo con el estudio más reciente sobre empleo de la IA elaborado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), dependiente de Red.es, en 2023 solo el 9,6% de las empresas nacionales con 10 o más empleados usaron la tecnología, lo que representa una disminución de algo más del 2% respecto a las cifras del año anterior. Según explicó durante el reciente Campus de FAES María Jesús Almazor, COO de Telefónica Tech, que es una de las firmas que más están haciendo para impulsar el uso de la IA, todavía hay muchas empresas del país a las que les cuesta dar el paso, sobre todo entre las pymes. « No se están consiguiendo las ventas de tecnología que son necesarias . Igual porque falta formación o porque el asombro del momento se ha ido diluyendo«, apunta, por su parte, Casal.Ser Google no es fácilLuego está el caso de ChatGPT. La herramienta que inició la revolución de la inteligencia artificial a fines de 2022 apenas necesitó dos meses para romper la barrera de los 100 millones de usuarios; tiempo récord hasta que Threads lo logró en apenas cinco días. Ahora bien, para doblar la cifra y lograr alcanzar los 200 millones, el chatbot de la empresa de Sam Altman ha necesitado más de año y medio en la red. Y desde el punto de vista de Álvarez- Teleña, la cifra está lejos de reflejar correctamente el uso real que está teniendo ChatGPT. Tampoco le llama demasiado la atención lo que la máquina es capaz de hacer: « ChatGPT no es inteligencia . Es un algoritmo de memoria, que va a la media de subgrupos de temas que conoce gracias a internet y es bueno completando la información, pero ya está«.Las empresas de IA generativa se están encontrando, además, con problemas para capitalizar sus productos. OpenAI intentó sacarle rendimiento a ChatGPT lanzando versiones hipervitaminadas para empresas y otra para usuarios premium, conocida como ChatGPT Plus, que, por el momento, no parecen estar cosechando un gran éxito. Y tampoco es raro si se tiene en cuenta que las empresas que deben adoptar las soluciones se lo siguen pensando. Igual que los usuarios corrientes. Según un reciente estudio de la empresa de análisis YouGov, la suma de IA a un producto que haya en el mercado tiene las mismas posibilidades de desalentar a un comprador (21%) que de hacerle pasar por caja (21%). Este escepticismo, sumado al gran gasto energético de ChatGPT, quizá explica, al menos en parte, el que OpenAI pueda cerrar 2024 con unas pérdidas de 5.000 millones de dólares, según ‘ The Information ‘.«Tampoco creo que le preocupe mucho, porque el dinero al final no es suyo, es de inversores», explica a este diario Joe Haslam, director de Escaleup de propietarios IE Business School. «El reto de OpenAI es ser otro Google, pero les falta de todo, hasta el área comercial. Demasiado tienen ahora mismo con evitar que les roben talento, que muchos lo están intentando. También pueden hacer que todas sus herramientas sean de pago, pero eso puede dañar el crecimiento», zanja el experto.

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