Jamestown fue el primer asentamiento colono permanente en Estados Unidos y cuenta con infinidad de historias a su alrededor. En este caso, tendríamos que viajar hasta el año 1907, cuando se descubrió una tumba rota en la iglesia de Jamestown, que más tarde fue reparada y ubicada en el entrecoro de la Iglesia Memorial. Sin embargo, algunos detalles en la lápida auguraban un misterio que ha perdurado hasta nuestros días.
La Tumba del Caballero puede tener ya nombre y apellido
Un reciente artículo publicado en la revista científica International Journal of Historical Archaeology parece arrojar luz sobre la persona que acabó sus días en el interior de la sepultura. Y todo comienza descubriendo huecos en la piedra, que parece que se corresponderían con antiguas incrustaciones de latón.
Entre las incrustaciones parecen encontrarse la forma de un escudo, un pergamino desplegado y un hombre armado sobre un pedestal, que podría haber contenido inscripciones sobre su procedencia. Con todo ello, quienes hallaron la tumba dedujeron que estaban ante la última morada de un caballero. Y como únicamente dos caballeros murieron durante la época de la segunda iglesia de Jamestown, el círculo estaba cerca de cerrarse.
Uno de ellos tenía como nombre Sir Thomas West, primer gobernador residente de la colonia, quien murió en 1618. En este caso, no hay ninguna evidencia que una la tumba con el caballero. En segundo lugar, tenemos a Sir George Yeardley, cuyo nieto hizo un pedido para una lápida negra, al principio se creía que era de mármol, en la década de 1680. Esta parece ser la única evidencia que lo vincule con la tumba, dado que los investigadores aseguran:
La parte de la Iglesia de Jamestown donde la tumba del caballero fue encontrada había sido excavada por completo por arqueólogos. Desafortunadamente, ningún hueso con ADN recuperable fueron preservados para comprobar de manera independiente la conexión con Sir George Yeardley.
Se sabe que la lápida no pudo ser grabada en Estados Unidos, dado que los nativos no sabían grabar piedra y los colonos ingleses tampoco tenían los conocimientos necesarios. Por tanto, la tumba tuvo que proceder de otro lugar, que hasta ahora ha permanecido sin conocerse. Para descubrirlo, se analizaron fósiles que se encontraban a su alrededor, dando como opciones que la lápida hubiese llegado de Irlanda o de Bélgica.
Las evidencias históricas sugieren a Bélgica como el lugar de procedencia de la tumba, dado que era una de las fuentes más comunes de la caliza, no era realmente mármol, negra que podemos observar en la lápida. Tanto es así que fue utilizada desde el Imperio Romano hasta la época en la que vivió Sir George Yeardley, sobre todo entre la clase pudiente. La tumba más antigua de Estados Unidos ya tiene, por fin, desvelado su misterio.
El artículo Arqueólogos estadounidenses desentrañan el misterio tras esta anónima tumba de hace 400 años fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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