La Unión Europea tiene un nuevo enemigo: el navegador web Firefox y los problemas de privacidad con sus usuarios

Hay varios navegadores web disponibles en el mercado. Microsoft tiene Edge, Apple dispone de Safari en sus iPhone, iPad y ordenadores Mac, Google incorpora Chrome en sus Chromebook, smartphones y tabletas con sistema operativo Android, y existen alternativas en el mercado para los usuarios que busquen unas funciones concretas o, simplemente, se ajustan mejor a sus necesidades.

Muchos navegadores utilizan están desarrollados a partir de Chromium, que es de código abierto y está mantenido por diversas compañías, aunque la principal es Google. Sin embargo, los usuarios que buscan alternativas que no estén manoseadas por el buscador de Internet se encuentran algo huérfanos, ya que apenas hay más opciones aparte de Firefox.

Firefox, que antaño fue uno de los navegadores web de referencia, se encuentra ahora en un segundo plano. Microsoft Edge ya lo ha superado y es el segundo navegador web más usado. Y la Corporación Mozilla, encargada de su desarrollo, ha reducido su plantilla e incorporado inteligencia artificial. El futuro de Firefox es complicado, y no ayuda que esté siendo investigado por quejas sobre la privacidad de los usuarios.

Se acusa a Firefox de rastrear a sus usuarios de manera predeterminada sin su consentimiento

Firefox, que antaño era un navegador web de referencia, ha pasado a un segundo plano por Google Chrome y Microsoft Edge

La Unión Europea se está tomando muy en serio la protección de las personas, ya que son muchas las grandes compañías tecnológicas que no respetan su privacidad. Un buen ejemplo es Facebook, que ha admitido usar las fotos de sus usuarios para entrenar herramientas de inteligencia artificial. Pero no es la única, y Firefox se encuentra también en la lista negra.

Al navegador web desarrollado por la Corporación Mozilla se le acusa de haber estando rastreando a los usuarios de manera predeterminada sin el consentimiento de estos, violando así el GPDR (Reglamento General de Protección de Datos, una ley relativa a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de sus datos personales y a la libre circulación de estos en la UE y el Espacio Económico Europeo).

La queja vino del Centro Europeo de Derechos Digitales (estilizado como «noyb»: none of your business (en español, no es asunto tuyo), una organización sin ánimo de lucro establecida en Viena (Austria) en el año 2017, cuyo objetivo es lanzar casos judiciales estratégicos e iniciativas de medios en apoyo del GPDR.

Esta nueva polémica ha llamado bastante la atención porque a Mozilla, la organización tras el navegador web Firefox, se la conoce a menudo por sus esfuerzos para reforzar la privacidad de los usuarios de la web, así como aislar las cookies para evitar el seguimiento entre sitios durante la sesión de navegación.

Sin embargo, Mozilla implementó recientemente una nueva característica en Firefox que convierte al navegador en una especie de «herramienta de seguimiento para sitios web», según el noyb, lo que va en contra de los supuestos principios de la corporación y generando un conflicto con los usuarios que lo utilizan para mantener su privacidad en Internet.

Mozilla llama a esta característica «Atribución de preservación de la privacidad» (PPA). Sin embargo, tanto el noyb como los reguladores de privacidad de la UE están de acuerdo con la queja, lo que podría obligar a Mozilla a quitar la característica. Si se opusiera, se enfrentaría a una multa de hasta el 4% de los ingresos globales.

Al contrario de su tranquilizador nombre, esta tecnología permite a Firefox rastrear el comportamiento de los usuarios en los sitios web. En esencia, ahora el navegador controla el seguimiento, en lugar de los sitios web individuales. Si bien esto podría ser una mejora en comparación con el seguimiento de cookies más invasivo, la empresa nunca preguntó a los usuarios si quería habilitarla. Mozilla lo activó de forma predeterminada tras una actualización de software

En el comunicado del noyb mencionan que este comportamiento es especialmente preocupante dado que Firefox siempre se había mostrado como una alternativa respetuosa con la privacidad, dado que la mayoría del resto de navegadores están basados en Chromium de Google.

La polémica actualización de Firefox, además, no reemplaza las cookies por otro sistema, sino que es otro método adicional para que los sitios web muestren anuncios personalizados. Así, el navegador web se ha vuelto en una herramienta más para que los anunciantes puedan realizar un seguimiento de los usuarios para medir el impacto.

A pesar de que los usuarios pueden desactivar esta función, no se ofrece la posibilidad de una manera sencilla. Aparte de que los usuarios desconocen que la característica existe, esta se encuentra oculta en un menú secundario al que no se llega fácilmente.

En el pasado, Mozilla ha propuesto aplaudidas soluciones para mantener la privacidad en Internet, como su extensión para Firefox que aísla la navegación para que Facebook no pueda acceder a información relevante. Actualmente, continúa siendo uno de los navegadores web recomendados para estar «a salvo» mientras se navega por la red, aunque conviene realizar una serie de ajustes para evitar llevarse sorpresas.

El artículo La Unión Europea tiene un nuevo enemigo: el navegador web Firefox y los problemas de privacidad con sus usuarios fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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