Una semilla de hace 1.000 años es utilizada para revivir uno de los árboles perdidos de la Biblia

Quienes observan a la Biblia como un libro que nos narra parte de la historia de varios pueblos y naciones del planeta, también acuden a este libro para redondear investigaciones de lo más curiosas. En este caso, una semilla hallada hace décadas nos permite adentrarnos en una especie de árbol que parecía haber desaparecido del planeta, pero que ha resucitado, algo que viene que ni pintado para referirnos al libro sagrado.

La semilla milenaria que ha resucitado un árbol bíblico

Todo comenzó allá por la década de 1980, cuando un grupo de arqueólogos se topó con una semilla en una cueva del desierto de Judea. Ahora, gracias al artículo publicado en la revista científica Communications Biology, podemos adentrarnos en sus secretos y conocer a un árbol, que no solo es historia viva de tiempos pasados, sino que podría contener un ingrediente muy apreciado en la antigüedad.

Este árbol ha sido apodado como Sheba y ahora mismo alcanza los 3 metros de altura. La planta, surgida de una semilla que estaba datada entre los años 993 d.C. y 1202 d.C., ya es lo suficientemente adulta como para que los investigadores hayan estudiado su ADN, realizado análisis químicos y datación mediante radiocarbono. Parece que la semilla puede formar parte de un grupo de árboles extintos, que se extendían por la actual Israel, Palestina y Jordania.

Imagen de la semilla plantada para dar origen a Sheba

Los científicos involucrados en el estudio afirman que Sheba podría ser la fuente de una sustancia muy apreciada en la época de Jesús y que era conocida como tsori. Estamos hablando de una especie de resina y los investigadores afirman que ‘la identidad del tsori bíblico lleva tiempo abierta a debate’. Parece que la sustancia podía tener distintas finalidades, desde ingrediente para perfumes o inciensos, como el reconocido bálsamo de Judea, hasta formar parte de medicamentos para cataratas, de productos para embalsamar o antídoto contra venenos.

Este árbol Sheba parece que se enmarca dentro del género Commiphora, siendo una planta nativa de África, Arabia y parte del continente asiático, con 323 especies registradas, aunque únicamente 208 especies aceptadas. Por el momento, aún no conocemos de manera exacta en que especie de Commiphora encuadrar al árbol surgido de la semilla milenaria, dado que este aún no ha dado ningún tipo de flor o fruto.

Los análisis realizados han descubierto que las hojas y resina del árbol son ricas en triterpenoides pentacíclicos, que son un tipo de activo biológico con propiedades antinflamatorias y anticancerígenas. Además, las hojas y tallos de la planta también son ricas en escualeno, un compuesto orgánico con propiedades antioxidantes. Es por ello que los investigadores parecen tener claras sus conclusiones:

Creemos que estos hallazgos apopyan nuestra segunda hipótesis, que Sheba podría representar un linaje extinto, una vez nativo de esta región, cuya resina tsori, mencionada en los textos bíblicos, se asociaba a sanaciones, pero que no era descrita como una fragancia.

El artículo Una semilla de hace 1.000 años es utilizada para revivir uno de los árboles perdidos de la Biblia fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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