Vincent van Gogh no soló sabía pintar, también dominaba las leyes físicas. Y este cuadro suyo es prueba de ello

No son pocas las ocasiones en que una obra de arte de siglos atrás en el tiempo es desvelada con diferentes capas, no solo de pintura, sino de conceptos que estaban presentes a simple vista, pero que hemos tardado en observar con detenimiento. En este caso, tenemos que acudir hasta una de las obras más célebres de Vincent van Gogh, para explicarte que oculta con grandes pinceladas algunas de las leyes físicas que imperan en nuestro planeta.

Los secretos de “La noche estrellada”

¿Quién podría adivinar que una obra de Vincent van Gogh podía albergar leyes físicas del mundo real a simple vista? No hace falta que nos creas a nosotros. Solamente tienes que echar un vistazo al artículo publicado en la revista científica Physics of Fluids y observar con detenimiento el cielo repleto de giros y pliegues, que fue pintado por el genio neerlandés.

El cuadro, que data del año 1889, muestra un cielo de un azul oscuro intenso, estrellas amarillas y lo que parece ser la representación gráfica del viento. Los científicos involucrados en el estudio del cuadro han dictaminado que en ese cielo estrellado se representan las denominadas turbulencias ocultas. Yongxiang Huang, autor principal del estudio, declara en The Independent que:

Con una imagen digital de alta resolución, hemos sido capaces de medir con precisión el tamaño típico de las pinceladas y las hemos comparado con las escalas esperadas de las teorías de turbulencias.

Este es el cuadro de Vincent van Gogh titulado “La noche estrellada”

Existen 14 trazos con giros pronunciados en “La noche estrellada”, que han sido analizados por los científicos involucrados en la investigación. Especialistas en movimientos de fluidos compararon las pinceladas con hojas movidas por el viento y examinaron los trazos para poder determinar no solo la escala de la atmósfera representada en el cuadro, sino también su forma y energía.

Y su descubrimiento no pudo ser más sorprendente: ese cielo repleto de estrellas y de giros imposibles se corresponde con una ley física conocida como Ley de Kolmogorov, que permite predecir el movimiento atmosférico. De hecho, los científicos aseguran que las escalas y brillos utilizados en el cuadro por Van Gogh “capturan de manera precisa” las reglas que rigen las turbulencias atmosféricas y la energía que se desprende del movimiento del aire.

De hecho, resulta increíble, según palabras de los propios investigadores, cómo Vincent van Gogh fue capaz de capturar diferentes leyes físicas con una “sorprendente precisión”. El doctor Yongxiang Huang, finalmente, declaró que:

La precisa representación de Van Gogh de las turbulencias podrían proceder del estudio del movimiento de las nubes y la atmósfera o de un sentido innato acerca de cómo capturar el dinamismo del cielo.

El artículo Vincent van Gogh no soló sabía pintar, también dominaba las leyes físicas. Y este cuadro suyo es prueba de ello fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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