Nuestra experiencia de la vida diaria nos revela un mundo complicado y, a menudo, violento que intentamos hacer más habitable, razonable y controlable a través de la ciencia y la tecnología. El cambio climático y los conflictos bélicos nos alertan de que nos encontramos en un momento arriesgado en esta empresa científico-tecnológica, que, por una parte, está desgastada ante los ojos de la gente por una historia plagada de consecuencias imprevistas y, por otra, nos ha dado tales poderes que las personas más privilegiadas ya sueñan que la utópica emancipación de la realidad física está al alcance de la mano. Los premios Nobel de este año dan claves para entender de donde viene y por dónde va el peligroso camino por el que estamos transitando.
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