La lista Robinson y la matemática

Me ha sorprendido hoy ver a una persona que conozco y que me consta tiene una cultura digital extensa planteándose en X apuntarse a la Lista Robinson porque no dejaba de recibir llamadas intrusivas y no solicitadas de marketing en su teléfono, y preguntándose si realmente funcionaba.

La respuesta es decidida y afirmativa, y lo sé además porque tengo muy buenas pruebas de ello en el ámbito personal: SÍ, LA LISTA ROBINSON FUNCIONA, así, en mayúsculas y en negrita. Apuntarse en ella es un procedimiento muy sencillo que únicamente requiere rellenar un formulario en esta página, gestionada por aDigital, la Asociación Española de Economía Digital. Obviamente, para apuntarse, hay que probar no solo tu identidad, sino también los números de teléfono, correos electrónicos o direcciones en los que expresamente no deseas recibir publicidad, pero el proceso como tal lleva muy poco tiempo, y tras un breve plazo necesario para la actualización de los registros, se dejan de recibir las incómodas e intrusivas llamadas telefónicas no solicitadas.

Funciona. Llevo apuntado personalmente ya muchos años, desde 2009, he apuntado a gran parte de mi familia – sobre todo a los de una cierta edad, fundamental porque hay una gran cantidad de compañías carentes de todo tipo de ética y especializadas en timar a personas mayores – y he comprobado fehacientemente cómo dejan de recibir esas llamadas. La primera vez que me apunté, hace más de quince años, lo hice con cierta suspicacia y dudas, pero todo ello se despejó muy rápidamente. Y cuando, por error o por provenir de alguna compañía que no respeta ese protocolo o no está radicada en el país, se recibe alguna, basta con contestar diciendo «este número de teléfono está apuntado en Lista Robinson» para que desistan, y puedo asegurar que esa es una circunstancia que me ocurre tan solo unas pocas veces al año.

Conspiranoias las hay de todo los tipos. Podrás escuchar a ignorantes afirmando «con total seguridad» que «la Lista Robinson es, en realidad, una forma de hacerse con una base de datos enorme de datos bien contrastados», lo cual es simplemente una soberana estupidez, o que «pertenece a una conocida agencia de publicidad», otra tontería del mismo calibre completamente absurda y, por supuesto, falsa. No te creas absolutamente nada: la Lista Robinson es de consulta obligatoria para todas las compañías cuando vayan a enviar publicidad y no tengan el consentimiento inequívoco y expreso de los destinatarios, y las compañías radicadas en España que no lo hacen son cada vez menos, porque se arriesgan además a multas importantes. Obviamente, el funcionamiento casi perfecto de la Lista Robinson en el teléfono no es tan ideal en el correo electrónico, que también puedes dar de alta pero que resulta de mucho más difícil control, o en el buzón físico, aunque puedo asegurar que también significó un descenso importante en el nivel de spam que recibía antes de apuntarme.

Pero más allá del funcionamiento correcto y comprobado de la Lista Robinson en España, hay una simple cuestión matemática: a medida que más personas se apuntan en ella, el número de personas que quedan disponibles para recibir llamadas no deseadas de publicidad es cada vez menor, lo que implica, básicamente, que aquellos que no se apuntan se ven cada vez más abrasados por esa deleznable e irresponsable práctica del marketing. Si no te apuntas, ya lo sabes: te estás condenando, por no cubrir un pequeño formulario, a ser interrumpido cada dos por tres con llamadas que no querías ni tenías el más mínimo interés en recibir.

Llevo media vida recomendando a todos mis conocidos que se apunten a la Lista Robinson, incluidas a aquellas personas que veo que reciben una de esas llamadas no deseadas cuando están conmigo, y puedo asegurar que funciona. Pero más allá de funcionar, es la forma lógica de decir a las compañías que estamos hartos de ese tipo de técnicas de marketing intrusivas, diseñadas de manera agresiva y con argumentarios pensados para vender a toda costa a quienes no tenían ningún interés en comprar, con tácticas muchas veces apoyadas en mentiras y, en muchos casos, rayanas en lo delictivo. Apuntarte en la Lista Robinson es la forma, sencillamente, de darles un buen corte de mangas y quedarte tan tranquilo, nunca mejor dicho, sabiendo que tu teléfono solo sonará cuando deba sonar.

Apúntate. Ya me lo agradecerás más adelante.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*