La automoción tradicional y su evolución (lenta) hacia un futuro no maloliente

El Paris Motor Show de la semana pasada se puede considerar, o al menos así parecen querer creerlo los analistas de la industria, como una prueba de que las compañías tradicionales de automoción están dispuestas a dar la batalla a China en el segmento inferior del vehículo eléctrico, con varios modelos presentados por múltiples marcas en niveles de precios inferiores a los habituales.

El número de modelos nuevos eléctricos en exhibición ha crecido, y muchos de esos nuevos lanzamientos son más asequibles y más pequeños. Esto es exactamente lo que parece ser necesario para el mercado masivo, y aquí también es donde la competencia de los chinos es más dura.

Varios modelos lanzados por compañías como Peugeot, Renault o Citröen tratan de ofrecer alternativas interesantes a las marcas chinas, coincidiendo con la instauración de barreras arancelarias destinadas a encarecer los modelos de estas compañías y proteger así a la industria del continente. Compañías como Tesla parecen haber logrado algunas excepciones para sus modelos fabricados en China, mientras otras como Volvo, históricamente europea pero ahora propiedad de la china Geely, están desplazando parte de su producción al continente para evitar esos aranceles.

Los datos del mes de septiembre reflejan un incremento en las ventas de vehículos eléctricos de un 30.5% anual, con el mercado chino marcando máximos históricos y superando la cifra de agosto, que era ya de por sí un récord absoluto. Con la Unión Europea decidida a mantener su fecha límite de 2035 para el fin de la comercialización de vehículos nuevos con motor de combustión interna, todo parece indicar que las marcas tradicionales empiezan a entender que los combustibles fósiles son ya una tecnología del pasado, que resulta imposible ser mínimamente competitivo en ella si no se lanzan a adquirir su propio expertise en su desarrollo, y que nada va a salvarlos si se empeñan en seguir lanzando vehículos que emiten contaminación.

Es un círculo vicioso: mientras el grueso de tus ventas sigan siendo vehículos con motor de combustión interna, no podrás reducir las ventas a través de concesionarios, porque los necesitarás para dar servicio periódicamente a tus automóviles en forma de revisiones y resolución de averías, y eso hará que esos concesionarios, además de dedicarse intensivamente a desincentivar las ventas de vehículos eléctricos diciendo todo tipo de mentiras acerca de ellos porque no les interesan, sigan absorbiendo una parte importante del margen que la marca necesita para ser competitiva. Menos gastos millonarios en publicidad para promocionar un producto ya considerado indiferenciable, y más invertir en investigación y desarrollo para lograr tener modelos eléctricos competitivos. Es mucho más fácil decirlo que hacerlo.

Con cada vez más modelos eléctricos chinos competitivos de marcas como BYD y otras circulando por las carreteras europeas, las marcas tradicionales comienzan a sentir la presión, y saben que los aranceles solo funcionarán como sistema de protección temporal si cuentan con modelos razonablemente competitivos.

Mientras algunos siguen difundiendo mentiras como que las ventas de vehículos eléctricos están cayendo, compañías como GM siguen claramente planteando su apuesta por estos, entendiendo perfectamente que no existe ya ninguna otra alternativa. Según su CEO, Mary Barra, la compañía comenzará a ganar dinero con sus vehículos eléctricos a finales de este año, convirtiéndose así en la primera marca además de Tesla que consigue materializar ese objetivo. Pere Brugal, presidente y director general de GM Europa y un veterano de la automoción eléctrica, afirma que los desafíos que enfrenta la industria automotriz de Europa deben verse como una fase de transición y no como evidencia de una crisis, y que la adopción de nuevas tecnologías y nuevos comportamientos nunca es una historia de crecimiento lineal, pero el final de la historia es que todos los vehículos serán completamente eléctricos..

En Europa, mientras la «historia oficial» es que la gente «se ha enfriado» con los vehículos eléctricos y no hay demanda de los consumidores, eso no es cierto en absoluto, y se limita a que no existen modelos asequibles, lo que lleva a que muchos usuarios no adquieran vehículos eléctricos premium porque no pueden acceder a ellos. Según cada vez más marcas, tan pronto como los vehículos lleguen al rango de precio adecuado, la gente se apresurará a comprarlos.

El lanzamiento de varios vehículos eléctricos de precio bajo significa que las ventas de automóviles eléctricos podrían representar hasta un 24% de la participación de mercado el próximo año, frente al 14% de este año. Los vehículos eléctricos fabricados en China suelen costar menos de la mitad de los precios observados en Europa y Estados Unidos el año pasado, lo que subraya el desafío que enfrentan los fabricantes de automóviles occidentales para seguir el ritmo marcado por Beijing.

El futuro del automóvil es eléctrico, y no hay otro. Ni combustibles sintéticos, ni hidrógeno, ni ninguna otra de las mentiras con las que la industria del petróleo ha querido convencernos de que aún había vida para el motor de combustión: simplemente baterías cada vez más eficientes que duran más que la propia vida del vehículo, autonomías crecientes, y motores eléctricos. Si crees que un vehículo eléctrico no responde a tus necesidades, simplemente, documéntate mejor.

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