Algunas misiones de la NASA parecen ser eternas. Dos de los grandes hitos de la exploración espacial, las sondas Voyager 1 y 2, se encuentran en el espacio entre estrellas, más allá del sistema solar. Sin embargo, desde hace una semana la NASA no tiene noticias de la Voyager 1, aunque la esperanza aún no se pierde, dado que en anteriores ocasiones hemos podido recuperar el contacto con el objeto más lejano creado por el hombre, que se aventura hacia un incierto destino.
Comunicación perdida con la Voyager 1 en el espacio interestelar
Por el momento, desconocemos si los responsables de las comunicaciones en la NASA y el Jet Propulsion Laboratory tienen más información acerca de la Voyager 1. De manera oficial no se ha publicado nada en los últimos días, pero gracias a un entusiasta del espacio podemos conocer con más detalle todo lo que está sucediendo con la sonda lanzada en 1977.
Bernard Netherclift es el nombre del vigilante espacial que lleva años monitorizando diferentes naves y misiones de la NASA. Y es a través de la cuenta de la red social X del señor Netherclift cuando han saltado todas las alarmas para los amantes de la exploración espacial: la sonda Voyager 1 no ha podido ser localizada desde hace una semana y no se saben los motivos por lo que esto está sucediendo.
Esta amante de las sondas Voyager ha desvelado que las antenas ubicadas en España, Australia y Estados Unidos no han recibido las señales pertinentes de la nave desde hace una semana. A partir de aquí, parece que el Jet Propulsion Laboratory se ha puesto manos a la obra para intentar dar con la sonda extraviada.
Una de las primeras medidas que se han llevado a cabo implican utilizar la estación ubicada en Camberra, que es la única que cuenta con un transmisor capaz de cubrir la distancia que nos separa de la Voyager 1, y reasignar una parte del tiempo de seguimiento de la Voyager 2 en la Voyager 1. Además, se ha enviado una transmisión de 100 W desde la antena de 70 metros de diámetro, la más potente de la estación australiana, para poder recuperar el contacto.
Para que la estación de Camberra y la ubicada en Madrid puedan dedicar más recursos a encontrar la señal de la Voyager 1, se han limitado las comunicaciones tanto con el observatorio espacial de rayos X XMM-Newton, perteneciente a la ESA, y el satélite DSCOVR, perteneciente a la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.
Dado que no sabemos qué está sucediendo, podemos repasar los últimos problemas que ha tenido la sonda hasta estos momentos, que no son pocos en los últimos meses. En abril de este año, la Voyager 1 se enfrentó a un problema en una porción de memoria corrupta en el subsistema de datos de vuelo. Fue en el mes de junio cuando la NASA comunicó la resolución de la incidencia a través de diversas modificaciones del software.
Ante un posible escenario donde los propulsores de la nave hayan fallado, parece que si, además, se le suma una mala orientación, puede que los comandos necesarios para corregir el problema nunca lleguen, con lo que la Voyager 1 se quedaría a merced del espacio infinito que se extiende en todas direcciones a su alrededor.
Estaremos pendientes de un posible comunicado de la NASA, donde se aclare el problema detectado y si existe posibilidad de volver a entablar conversación con la sonda más importante de la historia de la humanidad.
El artículo La sonda Voyager 1 lleva una semana sin dar señales de vida y podría haberse perdido para siempre en el espacio interestelar fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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