Así es como algunas gasolineras pueden estafarte al repostar: mucho cuidado con este detalle

Echar combustible es una operación rutinaria para cualquier conductor, pero en alguna ocasión nos pueden surgir dudas sobre la calidad del Diésel o la gasolina que hemos echado en nuestro coche, así como si de verdad han entrado en el depósito los litros que pone en el surtidor. Si en algún momento los consumos de nuestro vehículo no nos cuadran, quizá podemos sospechar de la estación de servicio, ya que existen prácticas para estafar a los consumidores a través de la manipulación de los caudalímetros de los surtidores de combustible.

Para los que no los conozcan, los caudalímetros son los dispositivos que se encargan de medir la cantidad de combustible que se despacha. Estos instrumentos están calibrados para asegurar que los consumidores reciban la cantidad de combustible por la que pagan. Sin embargo, hay casos en los que se han reportado manipulaciones o alteraciones en los caudalímetros, lo que puede llevar a que los clientes reciban menos combustible del que está marcado en el surtidor, incluso si existe certificación previa por parte del Ministerio de Industria y la instalación de un sello para que no puedan ser modificados. Al menos, en teoría.

El punto clave del engaño que podemos sufrir está en el caudalímetro de los surtidores de las gasolineras

En España se han dado casos de alteración de la calibración de los caudalímetros para registrar menos cantidad de lo que realmente fluye por el sistema, por lo que el surtidor indicará que se ha dispensado más cantidad de combustible del que realmente ha llegado al depósito de nuestro coche. La forma más habitual de hacerlo es con la manipulación del software de control de estos caudalímetros, aunque requiere cierta habilidad para retirar los precintos gubernamentales y volverlos a colocar sin dejar pistas. A través de un acceso no autorizado, los operadores pueden modificar los parámetros del software para hacer que el caudalímetro registre más litros de los que realmente se dispensan.

Existen otro tipo de manipulaciones que son más difíciles de ejecutar y que por suerte cada vez son menos frecuente que pasan por la instalación de filtros restrictivos. En algunos casos, los manipuladores del caudalímetro pueden instalar filtros o válvulas restrictivas en el sistema de dispensado. Estos dispositivos reducen el flujo de combustible, lo que limita la cantidad que realmente llega al vehículo. Aunque el surtidor marque una cantidad precisa, el volumen real será menor. Sin embargo, este tipo de dispositivos son mucho más fáciles de detectar en una eventual inspección.

Tanto si se trata de la manipulación del software de gestión del caudalímetro como si se trata de una modificación física, como usuario tienes la posibilidad de comprobar si una gasolinera está dispensando el volumen correcto de combustible, utilizando para ello una probeta. Se trata de un cilindro medidor de volumen, generalmente hecho de vidrio o plástico que se usa para medir líquidos con precisión. La probeta debe tener marcas claramente visibles y se recomienda usar una probeta de como mínimo cinco litros para que las mediciones sean lo más precisas posibles.

Para comprobar si el surtido despacha la cantidad de combustible correcta o por el contrario entrega menos del que marca el contador, sólo hay que llenar la probeta con combustible al mismo ritmo que se llenaría el tanque del vehículo. Una vez que la probeta está llena podrás comprobar el volumen de combustible, ya que si la cantidad es menor que la que marca el surtidor habrá una mala calibración o manipulación del caudalímetro. En caso de llegar a ese punto, se recomienda notificar esta circunstancia a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, así como a las autoridades locales.

El artículo Así es como algunas gasolineras pueden estafarte al repostar: mucho cuidado con este detalle fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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