Convertirse en Spider-Man está cada vez más cerca: este laboratorio ha creado un sistema para lanzar telarañas

La cosa va de superhéroes. Recientemente, en Urban Tecno, hablamos sobre el Tumbler, un vehículo inspirado en el Batmóvil mostrado en las películas de Christopher Nolan basadas en el personaje de DC Comics, fabricado por Wayne Industries, el mismo nombre de la compañía de la que es dueño Batman. Con una pasada de diseño, se van a fabricar solamente 10 unidades y su precio de venta es de casi 3 millones de dólares.

Otro de los superhéroes más conocidos, tanto por los amantes de los cómics como por el público general, es Spider-Man. El Hombre Araña lleva con nosotros desde agosto de 1962 y, como su propio nombre indica, tiene unas habilidades sobrehumanas que recuerdan a las de las arañas, y las utiliza para combatir a supervillanos.

Aparte de trepar, adherirse y desplazarse a través de muros y edificios, uno de los grandes encantos de Spider-Man es que es capaz de lanzar telarañas con ayuda de unos lanzadores que van sujetos a sus muñecas. Estas telarañas son muy resistentes y flexibles. Un laboratorio ha conseguido recrear esta tecnología.

El chorro de seda líquida se convierte en una fibra fuerte que se adhiere a los objetos y los levanta

Millones de niños alrededor del mundo sueñan con convertirse en su superhéroe favorito. Y como Spider-Man es uno de los más queridos, entre sus fantasías se encuentra la de lanzar telarañas a través de sus muñecas (aunque sea mediante dispositivos tecnológicos fabricados para ello).

Al parecer, esto ya no es un sueño ni una fantasía. Y es que los investigadores de la Universidad de Tufts han creado la primera tecnología de lanzamiento de redes en la que un material fluido puede dispararse desde una aguja, solidificarse al instante como una cuerda y pegarse a los objetos. Hasta levantarlos.

Estas pegajosas fibras, que son creadas en el Silklab (laboratorio de seda que experimenta con este material) de la Universidad de Tufts (universidad privada que se encuentra cerca de Boston, Massachusetts, Estados Unidos de América), proceden de capullos de polilla de la seda, que se hierven en una solución y se descomponen en sus proteínas básicas, llamadas fibroína.

La solución de fibroína de seda se puede extrudir (dar forma a una masa metálica, plástica, etc., haciéndola salir por una abertura) a través de agujas de calibre estrecho para formar una corriente que, con los aditivos adecuados, se solidifica formando una fibra cuando se expone al aire.

Una amplia variedad de insectos es capaz de producir seda en algún momento de su ciclo vital (desde abejas hasta mariposas, pasando por moscas y cucarachas). Esto es lo que ha llevado al Silklab a usar la fibroína de seda para fabricar potentes pegamentos que pueden funcionar incluso bajo el agua, además de recubrimientos comestibles que pueden extender la vida útil de los productos.

No obstante, los investigadores, a pesar de sus numerosos avances, todavía tienen un objetivo pendiente: replicar la maestría de las arañas, ya que estas pueden controlar la rigidez, la elasticidad y las propiedades adhesivas de los hilos que hilan, valga la redundancia.

Como grandes descubrimientos en la vida, este también se produjo por casualidad, y es que según las palabras de Marco Lo Presti, profesor asistente de investigación en Tufts:

Estaba trabajando en un proyecto para fabricar adhesivos extremadamente fuertes utilizando fibroína de seda, y mientras limpiaba mi cristalería con acetona, noté que se estaba formando un material similar a una red en el fondo del vidrio

El dispositivo que lanza estas «telarañas» puede disparar fibras capaces de recoger objetos de más de 80 veces su propio peso en condiciones de lo más diversas. Los investigadores lo pusieron a prueba con éxito al recoger un capullo, un perno de acero, un tubo de laboratorio flotando en el agua, un bisturí parcialmente enterrado en arena y un bloque de manera desde una distancia de 12 centímetros, aproximadamente, según la fuente.

No es la primera vez que la ciencia y la tecnología se inspiran en el icónico superhéroe de Marvel. Existe un prototipo de robot cuadrúpedo que recuerda a un perro que es capaz de subir paredes con una facilidad pasmosa, además de la creación de un material que permite escalar paredes gracias a unos reptiles concretos. A veces, la realidad supera la ficción.

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