Hemos sido testigos de uno de los acontecimientos más extraordinarios del cosmos: la colisión de dos estrellas de neutrones. No estamos hablando de una explosión ordinaria, no. En realidad, el evento ha provocado la creación del agujero negro más pequeño jamás detectado y de un objeto tan luminoso como cientos de millones de Soles. Esto es lo que se conoce como kilonova, un objeto tan brillante debido a la radiación emitida y que nos ha permitido observar un pequeño Big Bang en miniatura.
Agujeros negros y átomos tras un evento cósmico realmente poderoso
Un equipo de científicos del Instituto Niels Bohr, perteneciente a la Universidad de Copenhague, ha publicado un artículo en la revista científica Astronomy & Astrophysics en el que nos invita a explorar un suceso cósmico realmente prodigioso y que nos permite adentrarnos en los misterios de la creación de elementos pesados en el universo.
La explosión mencionada ha invitado a explorar el lugar donde se originan dichos elementos en el universo, algo que ha podido empezar a desgranarse a través de diferentes observatorios en todo el planeta. Gracias al uso del telescopio espacial Hubble, además de los datos proporcionados por observatorios ubicados en Australia y Sudáfrica, los científicos involucrados en la investigación han comenzado a atar cabos.
Se sabe que tras la colisión de estas estrellas de neutrones, la temperatura del evento aumentó en miles de millones de grados, miles de veces superior al centro de nuestro propio Sol y similar a la temperatura del universo después del Big Bang. Esto implica que los electrones aún no se enlazan con los núcleos atómicos, sino que están flotando en una sustancia conocida como plasma ionizado. Rasmus Damgaard, coautor de la investigación, afirma:
Ahora podemos ver el momento en que los núcleos atómicos y los electrones se unen en el resplandor crepuscular. Por primera vez, vemos la creación de átomos, podemos medir la temperatura de la materia y ver las microfísicas de esta remota explosión (…) Vemos antes, durante y después del momento de nacimiento de los átomos.
Tuvieron que pasar alrededor de 370.000 años tras el Big Bang para que el universo se enfriase lo suficiente como para que los electrones se uniesen a los núcleos atómicos. A partir de ese momento, la luz fue capaz de recorrer el cosmos libremente, después de estar bloqueada por esos electrones erráticos. A esa luz primigenia se la conoce como radiación de fondo de microondas.
La investigación que nos ocupa ha podido observar, también, la unión entre electrones y núcleos atómicos, además de la aparición de elementos pesados como el estroncio y el itrio. Es por ello que se cree que este tipo de eventos cósmicos pueden ser el origen de muchos de estos elementos, de los que no se conocía su origen. Y es que, a menudo, se considera a las kilonovas como el origen de tesoros cósmicos de oro y platino.
El artículo El telescopio espacial Hubble es testigo de un evento colosalmente energético e inesperado: la creación de átomos en el universo fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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