Los coches cada vez son más caros y los españoles cada vez tenemos menos ahorros en nuestras cuentas corrientes. Por eso, cuando acudimos al concesionario a comprar un nuevo automóvil, es bastante extraño que acabemos pagándolo «a tocateja». Lo más normal es que acabemos firmando el contrato tras haber hecho muchos números, y haber dado con una financiación que nos resulte favorable.
Por desgracia, durante nuestra etapa escolar no nos forman en algo tan básico como pedir un préstamo. De ahí que sea bastante habitual que nos acerquemos a un concesionario a comprar un coche y no tengamos mucha idea de cómo se procede. Este desconocimiento es el que aprovechan muchos malos profesionales para que firmemos contratos poco éticos.
¿Tienes pensado comprar un coche nuevo a plazos? ¿No sabes qué te van a pedir para la financiación? Sigue leyendo y te explicaremos los requisitos para financiar un coche y las modalidades más habituales que te van a poner por delante. Además, hablaremos también de una serie de términos financieros que hay que analizar muy bien para decidir entre una u otra financiación.
Requisitos para financiar un cochePrueba de solvencia económicaHistorial crediticioEntradaDetalles a tener en cuenta antes de solicitar un préstamoTasa de interésComisiones y gastosOpciones de financiaciónFinanciación con el concesionarioFinanciación bancaria mediante préstamo personalFinanciación multiopciónRenting
Requisitos para financiar un coche
Independientemente de que compres a plazos una casa, un coche o un teléfono móvil, la entidad que te va a prestar el dinero va a querer asegurarse de que puedes afrontar todas las cuotas. Para ello, suelen valerse de estos tres pilares:
Prueba de solvencia económica
Para que se nos apruebe el préstamo, tendremos que demostrar que tenemos una fuente de ingresos. Lo normal es que nos pidan las últimas nóminas o la última declaración de la Renta. Si no trabajas por cuenta ajena, presentar las declaraciones trimestrales también es una alternativa viable.
Historial crediticio
El historial crediticio existe en Europa, aunque no tiene tanto peso como en Estados Unidos, donde las distintas compañías financieras trabajan con puntajes como el FICO a través de un sistema centralizado.
En España, por norma general, las compañías financieras van a trabajar con los datos que nosotros mismos vamos a aportarles. A partir de ahí, van a realizar sus cálculos. Y, a través de ellos, van a determinar el riesgo que existe al prestarnos dinero. Con esta información, nos ofrecerán el préstamo con más o menos intereses, así como el monto del seguro de vida y otras cláusulas del contrato.
Entrada
Por último, tenemos la entrada. Es, básicamente, una porción del total que vamos a adelantar como garantía de nuestra solvencia económica. Lo habitual es que tengamos que dar entre el 10 y el 20% del valor del vehículo.
No obstante, la entrada solo se aplica en caso de que vayamos a adquirir el coche. En modalidades como el renting, no siempre se exige. Además, la entrada se puede negociar con en concesionario, sustituyéndola por la entrega de un vehículo en muchos casos.
Detalles a tener en cuenta antes de solicitar un préstamo
Sinceridad por delante ante todo. La mayoría de los compradores acaban firmando un contrato de financiación comprendiendo poco o nada de lo que pone en el papel. Comprender lo básico es clave para evitar fraudes y contratos que rocen la usura.
Tasa de interés
Lo primero y más importante que hay que consultar en un préstamo de cualquier tipo es la tasa de interés. Es la que va a determinar la cantidad de dinero que vamos a pagar por el préstamo en forma de intereses. Se mide con dos términos diferentes:
Tasa de Interés Nominal (TIN): es el interés puro que se cobra sobre el crédito. Sin embargo, este término no incluye otros gastos que van integrados en el préstamo, como el seguro de vida o las comisiones extraordinarias.Tasa Anual Equivalente (TAE): nos dice el porcentaje de comisiones que vamos a pagar anualmente sobre el préstamo. Este indicador es mucho más completo, pues incluye comisiones, seguros y otros gastos. Para hacer comparativas, usaremos siempre la TAE. Cuanto más baja, mejor.
Comisiones y gastos
Además de los intereses, los préstamos suelen incluir algunas comisiones adicionales que pueden inflar significativamente el precio total del crédito. Las más habituales son estas dos:
Comisión de apertura: es un cargo que se aplica al comenzar el préstamo. Puede ser una cantidad fija o un porcentaje sobre el total del préstamo.Comisión por amortización anticipada: supongamos que pasan los meses, ahorras un poco y decides terminar de pagar el préstamo antes del plazo acordado. Pues bien, muchos prestamistas cobran una penalización por hacerlo. Antes de firmar nada, analiza y haz cálculos. Que haya una pequeña penalización puede ser pasable, siempre y cuando sea pequeña.
Además de todo esto, puede resultar interesante analizar si el préstamo ofrece algún tipo de flexibilidad en los pagos. Hablamos de ampliar los plazos, hacer pagos adicionales sin penalización o reducir la cuota mensual si fuera necesario.
Opciones de financiación
Ahora que ya tenemos ciertas bases sobre lo que tenemos que aportar a la compañía financiera y los conceptos básicos que hay que consultar, toca pensar cómo vamos a pagar el coche. El mercado actual nos ofrece una gran cantidad de opciones, siendo estas que te mostramos a continuación, las más populares:
Financiación con el concesionario
Esta modalidad es la que te vas a encontrar en cualquier configurador de coches que mires por Internet. Y tiene más miga de lo que parece. Prácticamente, todas las marcas tienen sus financieras integradas o acuerdos con bancos para ofrecer este tipo de préstamos.
La ventaja principal es clara. Vamos a poder hacer la compra del coche sin tener que lidiar con más intermediarios de la cuenta. Además, en muchos configuradores podemos jugar con la calculadora de cuotas para determinar qué entrada y número de pagos son más recomendables para optimizar la financiación.
¿Y lo negativo? Pues bien, la TAE que suelen darnos con estas financieras suele ser más alta que si pidiéramos un préstamo personal con nuestro banco de toda la vida. De ahí que los concesionarios, con tal de hacer más atractiva su propuesta, realicen un descuento sobre el precio base del vehículo si elegimos una financiación con ellos. Para cualquier otro tipo de financiación de los que vamos a ver en el artículo vamos a tener que hacer los cálculos con el precio que nos dan para la compra al contado.
Financiación bancaria mediante préstamo personal
Es decir, la financiación bancaria de toda la vida. Iremos a nuestro banco y solicitaremos un préstamo personal por el valor del vehículo que queremos comprar. El cálculo, como hemos dicho en el párrafo de arriba, debemos hacerlo con el precio que nos ofrecen para el vehículo al contado. El banco nos prestará el dinero y nosotros haremos un único pago al concesionario, como si lo pagáramos de una sola vez con nuestros ahorros.
¿Qué ventajas tiene? Bien, en primer lugar, nuestro banco nos puede ofrecer mejores condiciones que la financiera de una marca. Al fin y al cabo, conocen todos nuestros movimientos y saben si pueden confiar en nosotros. Por otro lado, con ellos sí que vamos a poder hacer un plan más personalizado. En cualquier caso, la mayoría de los préstamos que se dan con esta modalidad tienen plazos que varían entre los 12 y lo 72 meses.
Como desventaja, para optar por esta vía vamos a tener que emplear un poco más de tiempo. Además, no vamos a poder beneficiarnos de ese descuento del que hablábamos. En cualquier caso, a la hora de comparar estas dos primeras opciones, lo ideal es comparar la TAE y calcular el precio total que vamos a pagar por el coche. Nos quedaremos, como es obvio, con el que nos ofrezca mejores condiciones.
Financiación multiopción
Esta modalidad está a medio camino entre una compra financiada tradicional y un renting. Aunque es una financiación cada vez más popular, hay que analizar muy lo que vamos a firmar. Lo que a priori parece barato, puede salirnos muy caro.
La financiación multiopción nos permite financiar solo una parte del precio del vehículo. Para acceder a esta modalidad, lo habitual es que nos hagan pagar una entrada. Luego, nos comprometeremos a pagar una cuota mensual durante un número de años con una serie de intereses con una financiera de la propia marca. También es bastante normal que nos establezcan un número limitado de kilómetros que podemos recorrer al año.
Cuando llega el final del contrato, tendremos que elegir cómo pagar la «cuota final», que no es todo lo que nos queda por pagar del coche. En función de la entrada y de la mensualidad que hayamos dado, esta última cuota será más o menos voluminosa. En algunos casos, puede llegar a ser del 40% o más del valor del coche. Toca decidir. Por norma general, tenemos tres opciones:
Si nos interesa terminar de pagarlo, podemos simplemente pagar esa última cuota, ya sea al contado o financiándola.Si preferimos cambiar de coche, lo entregaremos en forma de entrada y realizaremos otro plan con otro vehículo del concesionario —que puede ser incluso el mismo modelo—.Por último, si el coche ya no nos interesa, se puede devolver. El plan quedará cancelado y, en caso de que se determine que hemos pagado de más, nos devolverán la parte correspondiente tras hacer la tasación, si es que viene así estipulado en el contrato.
Renting
Otra opción que ha ganado mucha popularidad en los últimos años es el renting. Con esta modalidad, no estaremos comprando el coche como tal, sino que pagaremos una serie de cuotas en forma de alquiler. Si necesitas ver una comparativa entre el renting y la compra de un coche, te recomendamos que eches un ojo al artículo que acabamos de enlazar.
El renting tiene todo lo bueno y todo lo malo de no tener un coche en propiedad. Como cliente de un plan de renting, tu tarea está limitada a pagar las cuotas acordadas. El mantenimiento y el seguro es responsabilidad de la compañía que te alquila el vehículo.
Si bien es cierto que las cuotas de un renting son más altas que las de una compra tradicional, lo cierto es que puede compensar en muchos casos. Las compañías de renting nos van a pedir una entrada muy pequeña o incluso nula para poder firmar un contrato con ellos. No vamos a pagar intereses como tal, al mismo tiempo que estamos cubiertos en caso de averías serias.
Por último, el hecho de alquilar un coche para un plazo entre 2 y 5 años es también bastante ventajoso. Pagaremos una cuota alta, sí. Pero siempre tendremos un coche nuevo —si pagas a 10 años un coche financiado, estarás pagando por un coche «viejo»—. Por otro lado, si tus necesidades cambian, tendrás la flexibilidad de hablar con la compañía y pasar a otro plan de renting con un vehículo más adecuado.
Ahora que hemos llegado al final, seguro que tienes mucho más claro qué tipo de financiación te conviene y qué debes rebuscar en la letra pequeña de los contratos. Antes de despedirnos, si tienes dudas sobre las diferencias entre el renting y el leasing, ahí te dejamos otro enlace donde lo explicamos con todo lujo de detalles.
El artículo Qué hay que tener en cuenta para financiar un coche: cuánto hay que tener ahorrado y qué piden fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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