Hay personas que no se pueden permitir un coche nuevo, y que, aun así, acaban comprando uno con un préstamo abusivo con tal de evitar el mercado de la segunda mano. No les vamos a culpar: todos hemos escuchado alguna que otra historia de terror de una persona que compró un coche de ocasión y acabó con innumerables dolores de cabeza.
Bajadas de kilómetros, vicios ocultos, garantías falsas… Existen muchos fraudes relacionados con los coches de segunda mano. Pero el objetivo de este artículo no es hacer leña del árbol caído, sino más bien todo lo contrario. A lo largo de estas líneas vamos a explicarte en qué puntos debes prestar atención para no acabar siendo víctima de una estafa a la hora de comprar un coche usado.
¿Demasiado bueno para ser verdad?Burocracia y trámites administrativosFacturas falsas y coches «recién revisados»Accidentado y reparado¿Se puede detectar que un coche ha tenido un accidente?Fraudes con la garantíaRevisión mecánica: mejor en manos de un terceroKilometraje trucado
¿Demasiado bueno para ser verdad?
Los coches de segunda mano están últimamente por las nubes. Si encuentras una unidad por debajo de su precio de mercado, hay motivos para sospechar. Pero ojo, no hay que ser paranoico.
Supongamos que vas a ver un coche que se anuncia por 6.000 euros, pero que sabes perfectamente que su precio de mercado es 10.000. No vamos a decirle al vendedor que por qué lo vende tan barato —no somos idiotas—, pero sí deberíamos enfocar algunas preguntas para conocer el motivo de la venta. En muchos casos, no será una estafa, sino una persona que necesita hacer caja por el motivo que sea.
Puedes comenzar a sospechar si te da largas o si el vendedor en cuestión se hace el tonto. Más todavía si estás negociando por Internet —sin ver físicamente el coche— y el precio al que se anuncia el modelo carece completamente de lógica. A propósito de esto último, hay que tener mucho cuidado con los concesionarios fantasma. Es una estafa que se ha puesto bastante de moda. Te ofrecerán un coche con todo lujo de detalles y con precios muy bajos. La sorpresa llega cuando haces el pago y descubres que todo era un fraude.
Burocracia y trámites administrativos
Sobre el papel, no te pueden vender un coche que no está al día con los impuestos municipales. En la práctica, digamos que hay gente para todo. Comprar un coche con cargas administrativas puede convertirse en un verdadero problema, especialmente si el vendedor lo que busca con la venta es justo eso.
Un método para descartar este tipo de situaciones indeseables es echar mano del informe detallado de la DGT. Es un documento público que podemos conseguir simplemente poniendo la matrícula del coche en la web de la Dirección General de Tráfico. El trámite cuesta unos 14 euros aproximadamente, pero te dará esta y mucha más información importante del coche de la que vamos a hablar más adelante.
Como alternativa, hay otros informes como el CARFAX o el Car Vertical. No obstante, el de la DGT tiene muy buena información y es bastante económico. Eso sí, solo es útil si vamos a comprar un coche aquí en España. Sea como sea, estos informes es de lo primero que hay que mirar a la hora de comprar un coche de segunda mano.
Facturas falsas y coches «recién revisados»
Una cosa es confiar en la palabra de otra persona, y otra muy distinta es pecar de ingenuos. «El coche está recién revisado», dicen algunos anuncios y vendedores. De acuerdo, pero… ¿Qué se ha revisado?
En muchos casos, eso significa que le han cambiado el aceite y poco más. Tampoco confíes directamente cuando te digan que le han hecho al coche reparaciones o mantenimientos importantes como un embrague, una distribución o una junta de culata. Si ha existido dicho paso por el taller, te lo deben demostrar con factura.
Y de ahí, saltamos al más difícil todavía. Es posible que te hayan enseñado la factura y que, aun así, el coche no haya sido reparado. Detectar esta estafa antes de comprar el coche puede ser muy difícil. La mejor vacuna es ponerse pesado con las facturas. Será el vendedor el que se retire de la venta para evitar un cliente «problemático».
Accidentado y reparado
Reparar un coche que ha estado involucrado en un accidente no es ilegal. Tampoco lo es venderlo si ya no le interesa a su propietario. Sin embargo, hay que tener la cara muy dura para tratar de vender en el mercado un coche que ha tenido un accidente grave sin avisar al comprador del suceso.
No hablamos de un golpecito o un roce en la carrocería. Nos referimos a daños estructurales cuya reparación ha requerido soldar partes de otro vehículo al accidentado para poder hacer la reparación. Por muy bien que se haga el trabajo —alerta spoiler: casi nunca se hace del todo bien—, ese vehículo jamás va a rendir como si no se hubiera dado el golpe.
Por tanto, es de sentido común que esa unidad debe tener un precio más bajo en el mercado de ocasión. Por cierto, también hay casos en los que el coche tiene un precio más bajo —como lo que decíamos en el primer punto del artículo—, pero el vendedor no te va a decir que es precisamente porque es un coche accidentado.
¿Se puede detectar que un coche ha tenido un accidente?
Recientemente, se han puesto muy de moda los servicios de peritaje de automóviles usados. El mercado de ocasión está experimentando un auge histórico y muchas personas tienen miedo de acabar con un coche con problemas por querer ahorrar en la compra. Por cierto, si no entiendes muy bien ese concepto, echa un ojo a esta entrada en la que hablamos sobre qué se considera un vicio oculto y cuánto tiempo hay para reclamar.
Los profesionales suelen usar como herramienta principal el espesímetro, que no es más que un dispositivo que mide el grosor de la capa de pintura de una carrocería. Para reparar un golpe hay que usar masilla, por lo que el aparato se convierte en un perfecto chivato que permite seguir el rastro de la reparación.
Además de eso, los expertos suelen comprobar también la fecha de fabricación de cristales, cinturones y cualquier otro elemento que se tiene que cambiar tras un accidente.
De todas formas, los informes de los que hemos hablado al principio del artículo suelen registrar si el coche está en bases de datos de vehículos accidentados.
Fraudes con la garantía
Son el pan de cada día en el mercado de segunda mano. Algunos vendedores poco profesionales te van a convencer de que cualquier cosa que le pase al vehículo va a estar cubierta por la garantía. La cosa cambiará en el momento en el que tengas que recurrirla.
En primer lugar, tenemos lo que podría considerarse «garantía fantasma». Es un fraude que se suele hacer colocando un intermediario, que suele ser un taller. El documento parecerá profesional, y parecerá válido hasta la hora de tramitar algún tipo de problema. Es ahí cuando vamos a descubrir que dicho intermediario no existe o no ha firmado absolutamente nada con el vendedor.
Mucho más elaborado es el arte de la letra pequeña. Y ni tan pequeña. La ingeniería legal permite justo eso, que nos pongan por delante un documento que utiliza palabras que están en nuestro idioma, pero que afirman todo lo contrario a lo que parecen estar describiendo. En definitiva, habrás firmado una garantía con el vendedor, pero será inútil para cualquier tipo de situación en la que necesitemos tramitarla.
Por último, uno de los fraudes más extendidos con la garantía, y que muchas veces se comete casi inconscientemente. Por mucha cobertura que te prometa un vendedor durante la negociación, la validez de dichas palabras es cero hasta que quede plasmado en un papel y firmado por ambas partes. Un tanto de lo mismo aplica a cualquier garabato que te hayan escrito en un post-it o en una servilleta.
Revisión mecánica: mejor en manos de un tercero
Un particular o una empresa que está vendiendo un coche usado no debería poner ninguna pega a la idea de que mires y revises el vehículo por tu cuenta. Siempre y cuando el coche no tenga vicios ocultos, claro.
Una vez decidas que hay posibilidades de acabar comprando el coche que estás mirando, es muy importante hacerle una revisión mecánica. Si sabes lo suficiente, puedes hacerla tú mismo o incluso llevar a un acompañante que sepa del tema.
Si no es así, es preferible que la revisión mecánica se haga en un sitio independiente al lugar en el que nos lo están vendiendo. Por mucho que allí nos pueda salir gratis la inspección, es mejor pagar a un tercero que tenga una visión completamente imparcial del vehículo.
Kilometraje trucado
De todos los fraudes que se hacen con los coches usados, el más extendido es el que afecta al kilometraje. No es legal en ningún caso manipular el cuadro para hacerlo. Pero, por desgracia, es una práctica bastante común.
Detectar un fraude con el kilometraje no es tan fácil como parece a simple vista. Si bien es cierto que solo se suele hacer a coches que tienen más mercado —y en los que va a salir más rentable la jugada—, la operación se complica más y más cuanto más moderno es el vehículo.
Como cortafuegos, los informes de los vehículos pueden servir para encontrar coches que han sido «afeitados». Sin embargo, si un vehículo no ha pasado todavía por su primera ITV, los documentos de ese tipo no van a registrar absolutamente nada.
Los expertos suelen utilizar dispositivos electrónicos para leer la información registrada en las múltiples centralitas que tienen los coches. A partir de ahí, pueden llegar a ver claramente si hay discrepancias y, por tanto, manipulación.
En el peor de los casos, el trucaje se hace demasiado bien, siendo incluso imposible para los peritos encontrar el fraude. En esos casos, se puede llegar a intuir la estafa por el desgaste del propio vehículo. Hablamos del estado del volante, los asientos o la aparición de averías que suelen ocurrir tras determinado kilometraje en ese modelo. En cualquier caso, no es sencillo.
Conociendo toda esta información, es muy complicado que consigan engañarte. Lo siguiente ya es buscar modelo. Si no sabes por dónde empezar, te dejamos con una entrada de los mejores coches de segunda mano para conducir en ciudad.
El artículo Cómo evitar estafas al comprar un coche de segunda mano: qué debes mirar fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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