Así funciona el Centro de Apelaciones Europeo, el vigilante de los excesos de las redes sociales

Los bulos y los comentarios abiertamente racistas o que inciten al odio son cada vez más frecuentes en las redes sociales. Los usuarios pueden reportar los contenidos que consideren problemáticos a las propias plataformas, pero estas a veces no responden o se niegan a retirarlos. También puede suceder lo contrario: que la plataforma decida eliminar artículos periodísticos que traten, por ejemplo, sobre terrorismo, o posts con desnudos que juzgue como inapropiados. Las empresas tecnológicas ya no tienen la última palabra en estos asuntos: la semana pasada se puso en marcha el Centro de Apelaciones Europeo, el organismo al que recurrir cuando no estamos de acuerdo con las decisiones de las redes sociales. De momento solo acepta casos relacionados con Instagram, TikTok y YouTube, pero está previsto que amplíe su espectro hasta abarcar todas las apps.

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