Tener un coche es sinónimo de libertad. Significa poder ir a donde uno quiere cuando uno quiere. Sin horarios, sin restricciones y sin tener que hacer escalas absurdas. No obstante, también tiene su parte negativa. Independientemente de que usemos mucho o poco el vehículo, vamos a tener que pagar una serie de impuestos y mantenimientos todos los años.
Cuando hacemos bastante uso del coche, somos conscientes de lo que se va rompiendo con el uso y de los mantenimientos que hay que ir haciendo con el paso del kilometraje. Sin embargo, un coche parado también sigue siendo una fuente inagotable de gastos.
Llegados a este punto, toca hacerse una serie de preguntas. ¿Compensa mantener un coche en propiedad si voy a dejar de usarlo una temporada? ¿Es preferible venderlo? ¿Debería comprar un coche de segunda mano si voy a hacerle muy pocos kilómetros al año? Pues bien, saquemos la calculadora, porque vamos a hablar de gastos y más gastos.
Seguro del vehículoImpuesto de Circulación (IVTM)ITVMantenimiento del vehículoAparcamientoDepreciaciónCoste de uso
Seguro del vehículo
Empecemos con uno de los gastos más dolorosos. En España, como en la mayoría de los países de este mundo, es obligatorio contar con un seguro para poder circular con un coche por la vía pública. Todo esto está regulado por el Real Decreto Legislativo 8/2004, de 29 de octubre.
La ley nos obliga a disponer de un seguro que, como mínimo, debe ir a terceros. No importa si vamos a hacer 50.000 o 200 kilómetros al año. Hay que pasar por el aro sí o sí. Las aseguradoras establecen distintos precios según el tipo de coche y el perfil del conductor. De media, nos va a costar unos 500 euros.
En este punto, mucha gente se pregunta si se puede evitar el pago al seguro si el vehículo no se utiliza. La respuesta a esta cuestión ya la respondimos en este artículo sobre si se puede tener aparcado un coche sin seguro en una propiedad privada.
En cualquier caso, ya te adelantamos que, aunque existen excepciones, no se puede por norma general. Al fin y al cabo, un vehículo puede provocar daños a otras personas o propiedades, incluso estando parado (si se incendia, por ejemplo).
Impuesto de Circulación (IVTM)
Otro de los momentos que escuecen un poco cuando se tiene coche en propiedad es cuando nos cobran el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica, ese que solemos llamar como «impuesto de circulación».
Este impuesto se paga en el municipio en el que tenemos registrado el coche. Pagaremos más o menos dinero al ayuntamiento en función de una serie de factores:
Cada ayuntamiento pone su tasa. En función de dónde vivamos, nos tocará pagar más o menos por el mismo vehículo cada año.Por el otro lado están los caballos fiscales, una medida absurdamente obsoleta que se sigue utilizando para determinar la tasa que hay que pagar. Sobre el papel, a más CVf, más potencia, por lo que tendremos que pagar más. Eso sí, ese vínculo entre potencia y más caballos fiscales no tiene desde hace años una concordancia muy exacta que digamos.
¿Cuánto pagaremos aquí? En función de estos dos factores, podemos pagar unos 60 euros en el mejor de los casos o incluso más de 200 si vivimos en un municipio caro y tenemos un coche con un motor grande. El impuesto lo pagaremos independientemente de que movamos o no el coche. Si el vehículo está dado de alta, te llegará el recibo cada año.
ITV
La ITV es más engorrosa que cara. Perder una tarde o una mañana en tener que pasar por la inspección puede valer más que los entre 40 y 75 euros que hay que pagar.
Como bien sabrás, hay que pasar por esta revisión cuando el coche cumple los 4 años. La inspección se hace cada dos años hasta que el vehículo cumple los primeros 10, que es cuando el proceso pasa a ser anual. Los vehículos que están dados de alta para actividad comercial tienen periodos más cortos, teniendo que pasar por las instalaciones de la ITV cada 6 meses cuando tienen ya más de 10 años de antigüedad.
La pegatina de la ITV es de las primeras cosas que van a comprobar de tu vehículo si te paran en un control. Por eso, conviene tenerla siempre al día. Tampoco es muy recomendable aparcar en la calle si tenemos la inspección caducada, pues es bastante común que los agentes se pasen con cámaras y sistemas informáticos que ponen multas automáticamente. Toda esta información la tienes más ampliada en este artículo en el que hablábamos de qué pasa si circulas con un coche que no ha pasado la ITV.
Mantenimiento del vehículo
Aun estando parado, tu coche se está degradando cada día que pasa. De hecho, muchos mecánicos consideran que un coche se degrada más estando parado que haciendo kilómetros, por paradójico que parezca.
Para hacer un cálculo correcto de lo que hay que gastar en mantener el coche, es necesario que lo calculemos en términos financieros como una amortización. ¿El motivo? No todos los años hay que cambiar la bomba del agua, el filtro del combustible o la correa de distribución. Por tanto, lo más sensato es hacer la media de lo que dura cada componente y hacer cálculos:
El aceite se suele cambiar cada año o año y medio, independientemente de que el coche se use poco. La cantidad y la calidad dependen en función del automóvil que tengamos, pero cuesta como unos 80 euros al año.Los filtros del aire y del habitáculo también son anuales. Se nos irán otros 20 euros cada año.Una batería nos puede durar fácilmente unos 5 años. Si tenemos el coche parado, durará bastante menos. Dividiendo el precio nos saldrá lo que nos costaría este elemento cada año.Las bujías también tienen su mantenimiento, así como el bobinado y otros elementos del sistema de encendido.Si al coche hay que hacerle la distribución, el fabricante nos habrá dado el número de kilómetros que suele durar. En cualquier caso, la correa se tiene que sustituir a los 10 años, pues las gomas se degradan. Esto, sumado al mantenimiento de la correa del alternador y la bomba del agua, nos sale a unos 60 euros al año de media.Los neumáticos dependen totalmente del kilometraje y de la morfología del coche. En cualquier caso, no deberías llevar un juego durante más de 10 años. Dividiendo el coste de un juego entre lo que te duran, te saldrá el coste anual para tu vehículo.Un tanto de lo mismo ocurre con las pastillas y discos de freno. Varían en función del coche y del uso que se haga.
Como decimos, hacer un cálculo preciso es cuestión de guardar las facturas y anotar en una hoja de cálculo el número de kilómetros o años que dura cada elemento y el coste. Con precisión, puedes sacar incluso el coste por kilómetro total que cuesta mantener el coche. A esta suma, por cierto, deberías añadir mantenimientos no ocasionales por avería. Hablamos de fallos electrónicos, luces, embrague, sondas y otros sistemas que suelen fallar sin previo aviso.
Por último, en este punto, cabe apuntar que el mantenimiento se va volviendo más caro, conforme más años va cumpliendo el vehículo. Los elementos con más kilómetros sobre sus espaldas comenzarán a ir fallando en cascada. De ahí que mucha gente prefiera cambiar de coche cuando comienza a acelerarse el ritmo de gastos relacionados con el mantenimiento.
Aparcamiento
En nuestro país, aproximadamente el 70% de los conductores aparcan el coche en la calle. Esto supone un ahorro directo, pero tiene otros costes de oportunidad. Al fin y al cabo, encontrar la plaza es emplear tiempo cada día. Y aparcar el coche a la intemperie supone también un mayor desgaste (chapa, óxido, cambios de temperatura y humedad que afectan a los componentes electrónicos…).
La alternativa es guardar el coche debajo de un techo. Si la propiedad es nuestra, simplemente tendremos que pagar la comunidad (o ni eso si tenemos la plaza dentro de nuestra propiedad). Si no, tocará pagar una mensualidad en forma de alquiler, precio que varía enormemente en función de la ciudad en la que estemos.
Depreciación
No vamos a detenernos mucho en este punto porque ya escribimos una guía completa sobre cómo calcular la depreciación de un coche paso a paso. Sin embargo, es un dato que habría que tener en consideración si vamos a tener un coche en propiedad.
A menos que tengas un Ferrari, un Bugatti o cualquier otro coche de lujo de tiradas limitadas, tu coche va a ir perdiendo valor con el tiempo. Si bien es cierto que no te va a costar dinero de tu bolsillo, es valor que se va a ir erosionando con el paso del tiempo.
La depreciación se puede calcular con varios métodos, pero lo interesante de hacer el cálculo es determinar si merece la pena o no quedarse con un vehículo en propiedad, o si es más conveniente venderlo antes de que siga perdiendo valor.
Coste de uso
Por último, tenemos el coste más «variable unitario» de todos, que es lo que vamos a pagar por desplazarnos con el coche. La partida más importante de este bloque es el combustible, pero también podemos añadir el lavado del coche, los peajes, el precio de pagar en un parking público o cualquier otro gasto derivado de un desplazamiento.
Además, un mayor uso implica también un mayor desgaste de ciertos componentes que tienen una durabilidad limitada, por lo que influirá también en el precio anual que paguemos por el mantenimiento.
Obteniendo los valores de todos estos puntos y sumándolos, tendrás el coste medio que te costará tener coche, independientemente de que lo saques o no del garaje. Si no te hemos dado cifras más exactas es porque pueden salir valores muy dispares. Al fin y al cabo, no te va a costar lo mismo tener en propiedad un Renault Twingo en un pueblo de Ciudad Real, que un Porsche Cayenne en el centro de Madrid o Barcelona.
El artículo Cuánto cuesta, exactamente, mantener un coche en España (aunque no se conduzca nada) fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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