Como otras muchas cosas, la búsqueda de trabajo también se realiza por Internet. Existen muchos portales dedicados específicamente a ello, pero uno de los más conocidos y completos es LinkedIn. Esta red social, lanzada al público en 2002, fue adquirida por Microsoft en el año 2016 por la friolera de 26.200 millones de dólares, convirtiéndose así en una de las adquisiciones más costosas para la compañía.
LinkedIn está orientada al uso empresarial, donde los negocios y profesionales tienen un punto de encuentro para compartir información, crear una red de contactos y afrontar nuevas oportunidades laborales para seguir ampliando experiencia y conocimientos. Además, cuenta con su propia «academia», LinkedIn Learning, que ofrece cursos para ayudar a los usuarios a seguir formándose, obteniendo tras la finalización un certificado o diploma.
Como toda gran empresa tecnológica, LinkedIn también ha abrazado la inteligencia artificial y le está dando un uso bastante interesante: «cazar talentos» sin la necesidad de reclutadores humanos. Además, mucho del contenido viral que puedes encontrar en la red social para profesionales ha sido, posiblemente, generado con IA. Para sorpresa de «nadie».
Un análisis estima que más de la mitad de las publicaciones en inglés más largas han sido generadas con IA
LinkedIn, al igual que otras redes sociales, cuenta con LinkedIn Premium: una suscripción de pago con varios planes (para que los usuarios elijan el que mejor se ajusta a sus necesidades) para aumentar el alcance o desbloquear ciertas características que ayuden a ser más relevante en la plataforma laboral propiedad de Microsoft.
Al parecer, los usuarios suscritos a LinkedIn Premium tienen acceso a herramientas internas de redacción basadas en inteligencia artificial que pueden «reescribir» publicaciones, perfiles y mensajes directos. Y por lo que se ve, están teniendo bastante éxito, pues se estima que el 54% de las publicaciones más largas escritas en inglés y publicadas en la red social están redactadas con IA.
Este dato procede de un análisis realizado por Originality AI, una startup especializada en la detección de contenido generado con inteligencia artificial, compartido en exclusiva con WIRED. Para su elaboración se escaneó una muestra de casi 8.800 artículos de LinkedIn con más de 100 palabras, publicados entre enero de 2018 a octubre de 2024.
El punto de inflexión del análisis fue 2023. Hasta entonces, el uso de inteligencia artificial para la generación de contenido era muy reducido. Sin embargo, en dicho año se popularizó ChatGPT, el bot conversacional desarrollado por OpenAI que permite, entre otras cosas, generar textos extensos a partir de una idea y con una gramática perfecta. En esa época, la cantidad de publicaciones creadas con IA aumentó un 189%, pero desde entonces el porcentaje se ha estabilizado.
A pesar de que LinkedIn no vigila de manera activa todo el contenido que se genera mediante sus herramientas de inteligencia artificial o externas, sí que asegura tener «robustas defensas para identificar el contenido de baja calidad, así como el duplicado». Cuando lo detecta, se aseguran de que no tenga demasiado alcance.
Vemos la IA como una herramienta que puede ayudar con la revisión de un borrador o superar el problema de la página en blanco, pero lo que importa son los pensamientos e ideas originales que comparten nuestros miembros
Si bien abusar de la inteligencia artificial no es bueno, cuando se hace con precaución y en pequeñas dosis puede ser una herramienta muy útil. Algunos usuarios de LinkedIn que han contactado con el medio que se ha encargado de la difusión de la información afirman emplear la IA para pulir sus textos y corregir errores gramaticales en inglés, pues no es su lengua materna. Este es un buen ejemplo de uso de IA.
El artículo La inteligencia artificial se apodera de Internet. Gran parte del contenido de esta importante red social está generado con ella fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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