Desde fuera, podría parecer un sueño trabajar en alguna de las compañías tecnológicas más importantes del mundo. No solo estarías trabajando con los mejores, sino que el salario también sería bueno y las instalaciones, una pasada. Solo hay que ver cómo son algunas de las oficinas de Google o el Apple Park: recintos totalmente diferentes a los espacios de trabajo convencionales en los que dan ganas de quedarse mucho tiempo, aunque haya acabado la jornada laboral.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. Hace unas semanas saltó la noticia de que Apple habría impedido a sus trabajadores organizarse para hablar sobre sus condiciones. Y no solo eso, sino que los obliga a firmar acuerdos (en teoría, ilegales) de confidencialidad, no divulgación y no competencia, además de imponer políticas de mala conducta y redes sociales demasiado amplias.
El origen de la denuncia se remonta al año 2021, cuando una exdirectora senior de ingeniería presentó cargos contra Apple. Sin embargo, no es la única a la que se tiene que enfrentar la compañía de la manzana mordida. Y es que ahora ha sido acusada de vigilar de forma invasiva a sus empleados y restringir ilegalmente lo que dicen sobre sus trabajos.
Los investigadores laborales federales de Estados Unidos acusan a Apple de imponer políticas ilegales
Se ha presentado un caso al tribunal superior del condado de Santa Clara, en California, contra Apple. Se acusa a la compañía de vigilar de forma invasiva a sus empleados y restringir ilegalmente lo que dicen sobre sus trabajos. La que ha iniciado el procedimiento es Amar Bhakta, quien trabaja para los californianos como gerente de operaciones de tecnología de publicidad digital.
Según Bhakta, la política de Apple que exige que los trabajadores utilicen sus ordenadores, teléfonos y servicios en la nube de la compañía «somete a los empleados a vigilancia y obliga a su patrocinio mediante la monetización de los datos personales de los empleados como condición de su empleo».
Al parecer, muchos empleados de Apple, como Bhakta, usan sus dispositivos personales para trabajar, como los iPhone o Mac, pero para ello tienen que instalar una tarjeta eSIM o usar una red privada virtual que le da a Apple la capacidad de acceder a cualquier dato almacenado en el dispositivo y rastrear su información en tiempo real.
Los de Cupertino también exigirían a sus empleados el uso de iCloud, de modo que la empresa tiene acceso a todos los archivos personales. Desde correos electrónicos hasta contactos, pasando por fotografías, datos de navegación, salud y hasta contraseñas de aplicaciones o citas en el calendario.
Todos los trabajadores de Apple tienen que firmar la Política de Conducta Empresarial, lo que permite a la compañía acceder, buscar y monitorizar todos los datos y comunicaciones en los dispositivos de los empleados, así como en sus cuentas personales de iCloud. De ser cierto, violaría la ley laboral de California.
Bhakta también incide en que se le negó la oportunidad de hablar en público sobre su área de especialización, la publicación digital, y se le obligó a eliminar información sobre las condiciones laborales en Apple de LinkedIn, red social dirigida al ámbito laboral donde trabajadores y empresas tienen un punto de encuentro donde buscar trabajo/trabajadores, compartir logros, etc.
Poder hablar abiertamente sobre mi trabajo es muy importante para mí profesional y personalmente. Es decepcionante que Apple, cuyo espíritu es la privacidad y la confidencialidad, intente monitorizarme y censurarme. Eso perjudica mi capacidad de avanzar profesionalmente. Espero que esta queja haga que Apple cambie su enfoque para monitorizar a los empleados fuera del trabajo
La demanda dice que «para los empleados (de Apple), el ecosistema de Apple no es un jardín vallado. Es el patio de una prisión. Un panóptico (tipo de arquitectura carcelaria que permite al guardián, desde una torre central, observar a todos los prisioneros recluidos en sus celdas individuales) donde los empleados, tanto dentro como fuera de servicio, están sujetos al ojo que todo lo ve de Apple».
Apple ha evitado hacer declaraciones al respecto, al menos, de momento. Es un asunto complicado, y está tratando con pesos pesados de la abogacía. Según la fuente, Bhakta está representado por Chris Baker de Baker Dolinko & Schwartz y Jahan Sagafi, de Outten & Golden. Baker ha presentado una serie de demandas de alto perfil contra grandes empresas de tecnología que apuntan a políticas de empleo supuestamente ilegales.
Los creadores del iPhone tienen cada vez más frentes abiertos. La Unión Europea también los vigila con lupa. Hace unos días pidió a la compañía que deje de bloquear el acceso a servicios y aplicaciones según la ubicación de los usuarios. Además, está interesada en saber cómo de bien funcionan los accesorios de terceros en los iPad, especialmente los stylus y auriculares Bluetooth.
El artículo «Es una prisión»: empleados demandan a Apple porque los censura y vigila, incluso en casa fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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