Por qué es tan difícil apagar un coche eléctrico en llamas

La movilidad poco a poco va evolucionando y el coche eléctrico empieza a tener una presencia más o menos consolidada en nuestras calles y carreteras, aunque aún queda mucho camino por recorrer. En este sentido, como sucede con toda nueva tecnología, el coche eléctrico tiene sus pros y sus contras, así como importantes desafíos a superar como su elevado costo. Y en el apartado más negativo, existe una creciente preocupación por los incendios de los coches eléctricos, debido a que cada vez se dan más casos de este tipo de percances y existe una dificultad manifiesta para apagar estos incendios.

A diferencia de los vehículos con motores de combustión interna tradicionales, los coches eléctricos funcionan principalmente con la energía almacenada en baterías de iones de litio, que presentan características específicas que complican el proceso de extinción del fuego. Por ese motivo, a lo largo de este artículo vamos a analizar las razones que provocan que exista esta complejidad a la hora de apagar un incendio en un coche eléctrico, cómo han tenido que adaptarse los bomberos para atajar estos incendios y qué podemos hacer para evitar que se pueda dar un incendio en nuestro vehículo eléctrico.

Causas que complican apagar un incendio de un coche eléctricoLas baterías de iones de litioSobrecalentamiento de las bateríasEmisión de gases tóxicosEl diseño de los coches eléctricosDiferencias entre incendios en coche de combustión y coche eléctricoNuevas estrategias de extinción de incendios en coches eléctricos

Causas que complican apagar un incendio de un coche eléctrico

La complejidad técnica de los coches eléctricos, sus condiciones de funcionamiento, la aparición de gases tóxicos cuando se produce un incendio y los condicionantes de propagación del fuego son algunas de las razones que provocan que los incendios en un coche eléctrico sean mucho más difíciles de extinguir que los que se pueden producir en un vehículo convencional. Y conviene analizarlas una por una.

Las baterías de iones de litio

Los vehículos eléctricos funcionan a partir de la energía que se acumula en una batería de alta densidad, generalmente, baterías de iones de litio (Li-ion). Este componente es esencial, ya que es la clave para que se pueda almacenar la energía que sirve para alimentar el motor del coche. Con todo, y a pesar del nombre, estas baterías están compuestas por varios elementos además del litio, como el cobalto, el níquel o el grafito, gracias a que su utilización como activos en los electrodos permite almacenar gran cantidad de energía en un espacio relativamente pequeño.

Y precisamente en su virtud, está también su defecto. Esta capacidad de almacenar energía de estos minerales y metales de la batería que garantiza que el vehículo eléctrico pueda gozar de cierta autonomía es también la que complica la extinción de un incendio, ya que son materiales altamente reactivos y vulnerables que alimentan el fuego y que por contener esta cantidad de energía hacen que sea bastante complicado poder extinguir las llamas una vez que se ha dado un incendio en un coche eléctrico.

La presencia de grandes baterías de iones de litio en los coches eléctricos complican en gran medida la extinción de los incendios en estos vehículos

Sobrecalentamiento de las baterías

Otra de las principales razones por las que un incendio de un coche eléctrico es tan difícil de apagar es por el fenómeno del sobrecalentamiento de las baterías de litio. Cuando la batería se somete a temperaturas extremadamente altas, como las que se registran en un incendio, las celdas pueden comenzar a descomponerse y liberar gases inflamables, lo que puede generar una reacción en cadena conocida como fuga térmica. Este proceso, que ocurre dentro de las celdas de la batería, es muy difícil de detener una vez que se ha iniciado, ya que la reacción puede seguir incluso si el fuego externo se apaga porque la temperatura sigue siendo muy elevada.

La fuga térmica genera temperaturas tan altas que pueden superar los 1.000 grados centígrados. Además, el litio, al estar involucrado en este tipo de reacciones químicas, puede generar una llama extremadamente intensa y difícil de controlar. Las temperaturas tan altas pueden incluso causar que otras celdas de la batería se sobrecalienten, lo que provoca que el fuego se propague rápidamente a través de la batería y que por las razones expuestas sea muy difícil de apagar, incluso cuando el incendio principal ya se ha controlado.

Emisión de gases tóxicos

Como hemos adelantado, otro factor que complica la extinción de incendios en coches eléctricos es la emisión de gases tóxicos generados por las baterías. Durante una combustión, las baterías de litio pueden liberar gases como fluoruro de hidrógeno (HF), cloruro de hidrógeno (HCl) y dióxido de carbono (CO2), los cuales son peligrosos tanto para los bomberos como para las personas cercanas al incendio. Estos gases no solo representan un riesgo para la salud, sino que también pueden contribuir a la propagación del fuego si no se manejan adecuadamente.

Los incendios de los coches eléctricos suelen seguir ‘vivos’ incluso cuando ya no hay rastro de las llamas

El gas más peligroso generado durante la quema de una batería de litio es el fluoruro de hidrógeno. Este gas es altamente corrosivo y puede causar quemaduras graves en la piel y los ojos, así como problemas respiratorios si se inhala. Debido a esto, los bomberos deben estar equipados con equipos de protección adecuados, como trajes de aislamiento y respiradores de protección, para enfrentar la exposición a estos gases tóxicos.

El diseño de los coches eléctricos

El diseño de los coches eléctricos también juega un papel importante en la propagación de un incendio. En un coche eléctrico, la batería suele estar ubicada en la parte inferior del vehículo, lo que significa que, en caso de incendio, el fuego puede propagarse rápidamente desde la base hacia otras partes del vehículo. Además, las baterías están conectadas en un sistema de celdas que pueden interconectarse entre sí, lo que facilita que el fuego pase de una celda a otra. Esta característica hace que el fuego sea más difícil de controlar, ya que es probable que la combustión no se limite a una pequeña área.

Los componentes de un coche eléctrico, como cables y conexiones, también pueden contribuir a la propagación del fuego. El sistema eléctrico del vehículo está diseñado para soportar altos voltajes y cargas de corriente, lo que significa que si el incendio afecta a estos sistemas, puede generar una descarga eléctrica, aumentando el riesgo de explosiones o incendios adicionales. Esta situación se agrava cuando el fuego afecta al sistema de gestión térmica de la batería, el cual está diseñado para regular la temperatura de las celdas de la batería, evitando sobrecalentamientos. Si este sistema falla durante un incendio, el calor acumulado puede empeorar la situación.

Los métodos de extinción de incendios en un coche de combustión no son válidos para los vehículos eléctricos

Diferencias entre incendios en coche de combustión y coche eléctrico

En un incendio de coche convencional, los bomberos generalmente recurren a los métodos tradicionales, como el uso de agua o espuma para sofocar las llamas. Sin embargo, estos métodos no son efectivos en el caso de los incendios de coches eléctricos. El agua, por ejemplo, puede interactuar de manera peligrosa con las baterías de litio. Si entra en contacto con las celdas de la batería dañadas, el agua puede desencadenar una reacción química que libere más hidrógeno y oxígeno, lo que podría provocar una explosión o, como mínimo, que el fuego todavía gane en intensidad.

Por otro lado, la espuma que se usa para apagar los incendios de vehículos de combustión también tiene una efectividad limitada contra los incendios de baterías de litio. Aunque la espuma ayuda a reducir el oxígeno disponible para el fuego, no puede detener la fuga térmica de las baterías, lo que hace que el fuego siga ardiendo a pesar de la aplicación del agente extintor. Por lo tanto, se necesitan enfoques más específicos y adaptados a las características de las baterías de litio.

Nuevas estrategias de extinción de incendios en coches eléctricos

Para combatir de manera más eficaz los incendios de coches eléctricos, se han desarrollado nuevas estrategias. Un enfoque cada vez más común es la inmersión en agua, en la que los bomberos sumergen el vehículo en grandes cantidades de agua, a menudo en una piscina de contención diseñada específicamente para este tipo de incendios. La idea es enfriar las baterías lo suficiente para evitar la propagación del fuego, aunque este proceso puede ser largo y costoso. La inmersión puede durar horas, incluso días, debido a la alta temperatura de las celdas y a la complejidad del daño sufrido por la batería.

Además de la inmersión en agua, no siempre disponible por logística, los bomberos también pueden utilizar sistemas de extinción con polvo químico, que ayudan a controlar el fuego sin causar una reacción explosiva, aunque este método no detiene por completo la fuga térmica. Algunas empresas y bomberos están explorando tecnologías avanzadas de extinción de incendios, como el uso de dióxido de carbono en lugar de agua o espuma, que puede ser más efectivo al reducir la temperatura sin interactuar con los compuestos peligrosos de las baterías.

El artículo Por qué es tan difícil apagar un coche eléctrico en llamas fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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