Donde algunos ven una carretera de curvas vacía de madrugada, un aburrido trayecto entre el punto A y el punto B, un petrolhead es capaz de ver una oportunidad. Un rato corto, pero intenso, en el que la rutina y los problemas del día a día desaparecen. Y solo quedan un río de asfalto, el acelerador, el freno y el rugido de un motor. Una conexión pura, pero completamente aislada de distracciones.
Hace unos días, cuando vi que mis compañeros me habían asignado este artículo, mis labios esbozaron una pequeña sonrisa. No podían haberme puesto un tema más a mi medida. Sin embargo, me di rápidamente cuenta de que tenía un problema. No quería hacer la típica entrada aburrida con una definición que te podrían dar ChatGPT o la Wikipedia. Sin embargo, si no lo hacía así, es posible que este artículo ni siquiera se posicione en Google.
Fue entonces cuando se me ocurrió una idea. Voy a dividir el artículo en dos bloques. En el primero, te voy a responder a la pregunta de ahí arriba en los términos más objetivos posibles. Y en el segundo voy a contarte, desde mi perspectiva y experiencia, lo que creo que significa realmente ser un petrolhead.
¿Qué es ser un petrolhead? ¿De dónde viene el nombre?Lo que verdaderamente significa ser un petrolhead
¿Qué es ser un petrolhead? ¿De dónde viene el nombre?
El concepto “petrolhead” viene a significar algo así como «cabeza de gasolina», un término que comenzó a popularizarse en Reino Unido en los años 80 y que se extendió con mucha fuerza unos años más tarde gracias al éxito internacional de Top Gear, uno de los mayores éxitos de la historia de la BBC.
Por norma general, un petrolhead es aquella persona que disfruta empleando su tiempo libre en actividades relacionadas con el mundo del motor. El término es bastante amplio, pero hace hincapié en algo muy concreto. Y es que el petrolhead tiene auténtica devoción por los vehículos con ruedas que funcionan con motores de combustión interna. No se puede decir lo mismo de los electrificados.
El petrolhead tiene perfiles muy distintos, aunque más adelante comentaremos muchos de ellos. El coleccionismo y la restauración de clásicos poco tienen que ver con la pasión por las carreras o la participación en track days. Sin embargo, es ese amor por el mundo del motor el que nos permite ver a personas con distintos gustos englobadas bajo el mismo prisma. Todas las posiciones son respetables y admirables.
Sin embargo, hay algo que aquí que llama la atención por ser muy evidente. El concepto “petrolhead” ha ganado mucha fuerza en los últimos años. La implementación forzosa del automóvil eléctrico y la demonización de los vehículos de combustión han propiciado que el término petrolhead se convierta en un movimiento contracultural.
Y no es para menos. A los amantes de los coches y motos se nos ha convertido en una especie de chivo expiatorio. Un público al que señalar por la contaminación, como si los vertederos o los barcos llenos de ropa de usar y tirar no tuvieran la culpa también de que nuestro planeta se caiga a pedazos. Por eso, no es de extrañar que, ahora mismo, muchas personas no tengan miedo a señalarse a sí mismas como “petrolheads”, cuestionando en cierta medida las normas y promoviendo de forma creativa la transición responsable hacia otro tipo de energías.
Lo que verdaderamente significa ser un petrolhead
Pero ser un petrolhead va mucho más allá. Porque no existe una única forma de ser petrolhead. Y no la habrá jamás. Cada uno vive la pasión a su manera. Si has llegado hasta aquí, es muy probable que tú también seas uno de los nuestros. Pero si tienes dudas, simplemente sigue leyendo y comprueba si te das por aludido.
Un petrolhead se sabe todos los trucos para ahorrar gasolina, pero solo los utiliza cuando ve por sorpresa que la aguja está en reserva. Es más, a un petrolhead no le molesta el olor a gasolina —lo del diésel ya es otra cosa—. De hecho, el pestazo a motor de dos tiempos suele traer consigo buenos recuerdos de la adolescencia. Los petrolhead también sabemos de sobra que el sonido de un motor funciona exactamente igual que un marcapasos. A nosotros se nos eleva el pulso escuchando un acelerón. Y ni hablar ya si el rugido viene de un rotativo.
Ser un petrolhead significa que vas a salir a la calle y vas a estar entretenido aunque estés solo. Simplemente, escuchando y viendo el paso de coches y motos. Petrolhead se nace. Solo así se podría explicar la admiración que teníamos tú y yo de pequeños —y que seguimos teniendo— hacia las máquinas con ruedas.
Reconocer a un petrolhead es sencillo. Es ese amigo tuyo que viste con camisetas de JDMs japoneses. Ese que no solo se sabe todas las marcas y modelos de coches que se han producido en el planeta, sino que también es capaz de darte nombre y apellidos de un vehículo con tan solo ver un espejillo retrovisor.
Hay petrolheads muy locos que peregrinan cada año hasta Jerez de la Frontera para vivir en primera persona el Gran Premio de España de MotoGP. Otros no se apuntan a esa aventura, pero son capaces de levantarse a las 6 de la mañana un domingo para ver una carrera de Fórmula 1 (y la previa).
Solo un petrolhead es capaz de reservar todo un fin de semana para disfrutar Las 24 Horas de Le Mans, viviendo la experiencia otra primavera más junto a Javier Rubio y Tomás Saldaña. Y un petrolhead también espera ansioso la llegada de “La noche canalla”. ¿¡Vergüenza ajena!? Ya quisiéramos todos desafinar como Santi Ayala.
Un auténtico petrolhead sabe que tiene que respetar a los mayores. A los clásicos. Acudir a ferias de automóviles o a exposiciones de históricos forma parte del peregrinaje que se nos exige como mandamiento. El petrolhead también sabe que las leyes son muy duras con los ancianos. Por eso, el que verdaderamente siente amor por los clásicos, no duda en hacerle su propia etiqueta ambiental personalizada (concretamente, una de color negro que pone “vehículo tóxico”).
Un petrolhead es ese niño que juega con maquetas de coches, imaginando carreras y montándose sus propias historias. Y que seguirá viendo con los mismos ojos brillosos el lineal de Hot Wheels de una juguetería dentro de 30 años.
Un petrolhead se sabe todos los coches que salen en las películas de Fast & Furious. De hecho, cuando un petrolhead llega a una concentración de coches, en su cabeza suena la banda sonora de Tokyo Drift.
En fin, qué os voy a decir yo sobre ser un petrolhead, si mis gatos se llaman Cárter y Biela. Si te has sentido identificado con alguna de estas líneas, o conoces a alguien que se va a ver reflejado en ellas, ya sabes lo que tienes que hacer. Como dice nuestro profeta Georgesmithgood, «comparte con alguien que comparta tu pasión».
El artículo Qué es un petrolhead y por qué se les llama así fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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