Todos hemos escuchado, en más de una ocasión, noticias relacionadas con serpientes o grandes reptiles no solo hostiles, sino capaces de atacar a cualquier tipo de presa que puedas imaginar, sin importar su tamaño. El motivo por el que algunas especies presentan mandíbulas mucho más prominentes que otras, ahora, por fin es explicado a través de la evolución que la naturaleza ha concedido a estos animales.
Desentrañando la evolución de un superorden de reptiles
Existe un superorden de sauróptidos, un tipo de vertebrado con escamas epidérmicas y un huevo amniótico, diápsidos, que poseen dos fosas temporales a cada lado del cráneo, conocidos como lepidosaurios. Recientemente, en un artículo publicado en la revista científica Proceedings of the Royal Society B, hemos podido entender mejor cómo la evolución les ha permitido integrar una amplia morfología en sus mandíbulas.
La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Brístol, empieza señalando que la evolución en la forma de la mandíbula de los lepidosaurios está íntimamente relacionada, además de con factores naturales, con la filogenia, las relaciones de parentesco entre las especies, y la alometría, los cambios en las dimensiones de partes del cuerpo correlacionados con el tamaño total del individuo.
Hablando de las serpientes de este superorden, los investigadores afirman que cuentan con características morfológicas en sus mandíbulas realmente únicas. El doctor Antonio Ballell Mayoral, perteneciente a la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Brístol, asegura en el medio SciTechDaily:
De manera interesante, hemos hallado que la forma de la mandíbula evoluciona particularmente rápido en grupos ecológicamente especializados, como en especies acuáticas o excavadoras, y en lagartos herbívoros, lo que sugiere que la innovación evolutiva en la mandíbula inferior fue clave para conseguir estas cualidades únicas.
La investigación deja patente que las diferentes formas que pueden adoptar las mandíbulas de este superorden de reptiles y serpientes son una clara adaptación a sus entornos o dietas, lo que ha provocado «una extraordinaria diversidad». Además, parece que la mandíbula inferior ha sido uno de los elementos clave a la hora de entender su adaptación. De hecho, el doctor Ballell Mayoral afirma que «trabajan de manera conjunta con la mandíbula, cerrando músculos para apoyar funciones esenciales como la alimentación o la defensa».
Por el momento, este trabajo, publicado en noviembre de este mismo año, nos invita a conocer cómo ha sido la evolución de las mandíbulas en los lepidosaurios, aunque el trabajo aún está lejos de estar acabado. Según las declaraciones del doctor Ballell Mayoral:
Estamos explorando la relación entre la forma del cráneo y la disposición de la musculatura que cierra la mandíbula a través de la evolucion y cómo impactó en la diversificación de los mecanismos de alimentación y en sus hábitos.
El artículo Así es como la evolución podría haber proporcionado a serpientes y lagartos sus grandes mandíbulas fue publicado originalmente en Urban Tecno.
Dejar una contestacion