La inteligencia artificial ha realizado un gran descubrimiento en uno de los cuadros más conocidos del mundo

Rafael Sanzio fue uno de los pintores y arquitectos más célebres del Renacimiento italiano. Más conocido como Rafael, es considerado uno de los tres grandes maestros de la pintura de la época, junto a Leonardo da Vinci y Miguel Ángel. Nacido el 6 de abril de 1483 en Urbino, su obra abarca desde retratos hasta composiciones religiosas, pasando por escenas mitológicas.

Sanzio procede de una familia de artistas. Su padre, Giovanni Santi, era pintor de la corte de Urbino. Desde edad temprana, comenzó a estudiar arte bajo la tutela de su padre y en el taller de Perugino, lo que marcaría su estilo y técnica. Su trabajo lo llevó a Roma, invitado por el Papa Julio II para trabajar en la Vaticana, donde realizó una serie de frescos en la Cámara de los Papas.

Entre las obras más notables de Rafael encontramos ‘La Escuela de Atenas’ (1510-1511), ‘La Madonna Sixtina’ (1512-1514), ‘La Transfiguración’ (1516-1520) o ‘El retrato de Baldassare Castiglione’ (1514-1515). Tampoco hay que olvidar La ‘Madonna Della Rosa’, pintada hacia 1518, que es una de las composiciones más divulgadas del maestro. La inteligencia artificial ha revelado algunos detalles muy interesantes sobre ella.

Según el estudio, no todos los trazos de la Virgen de la rosa pertenecen a Rafael

La inteligencia artificial ha determinado que el rostro de San José no fue pintado por Rafael. Los indicios apuntan a que su autor podría haber sido uno de los alumnos más aventajados del artista renacentista, Giulio Romano

La Sagrada Familia con San Juanito, más conocida como la Virgen de la Rosa, es un cuadro del pintor renacentista Rafael. Fue pintado alrededor del año 1518, y se encuentra en el Museo del Prado de Madrid desde el año 1837. En la composición se puede ver a la Sagrada Familia (de donde recibe su nombre) con San Juanito niño, primo de Jesús.

A la obra se la conoce popularmente como la Virgen de la rosa debido a la rosa que descansa en la banda inferior del cuadro. No obstante, con casi toda seguridad, estos dos elementos fueron añadidos a posteriori, en la primera mitad del siglo XIX, cuando la tabla fue traspasada a lienzo durante su traslado a París durante la guerra de la Independencia.

Como muchas otras obras rafaelescas de época tardía, su autoría es motivo de debate. Un reciente estudio realizado con la ayuda de la inteligencia artificial parece haber revelado que el rostro de San José, que ha sido cuestionado durante siglos, habría sido pintado por otro artista.

Utilizando un análisis profundo de las características, utilizamos imágenes de pinturas autenticadas de Rafael para entrenar al ordenador a reconocer su estilo en un grado muy detallado, desde las pinceladas, la paleta de colores, las sombras y todos los aspectos de la obra. El ordenador ve mucho más profundamente que el ojo humano a nivel microscópico – Hassan Ugail. Matemático e informático de la Universidad de Bradford

El algoritmo empleado para el análisis de la obra está basado en el marco ResNet50 de Microsoft, y mejorado con una técnica de máquina de vectores de soporte, de modo que puede discernir matices a nivel microscópico. La tecnología había demostrado una precisión del 98% en la identificación de las obras del artista renacentista.

Los encargados del estudio profundizaron en el análisis individual de los rostros de la pintura. Mientras que la Virgen, Jesús y San Juan mostraban el estilo típico de Rafael, el rostro de San José tenía inconsistencias. «Cuando probamos el della Rosa en su conjunto, los resultados no fueron concluyentes. Entonces, probamos las partes individuales y, aunque se confirmó que el resto de la imagen era de Rafael, lo más probable es que la cara de José no lo fuera».

La investigación apunta a que el autor de la cara de San José podría ser Giulio Romano, uno de los alumnos más talentosos de Rafael. Es conocido por su papel en la transición hacia el Manierismo, un estilo artístico que siguió al Renacimiento y que se caracterizó por una mayor complejidad, artificialidad y distorsión de las formas en busca de expresividad. No obstante, la tecnología no confirma de forma definitiva la autoría del artista responsable de completar la obra que, en su mayoría, es de Rafael, como explica la fuente.

Es habitual que se utilice la tecnología sobre piezas de arte para descubrir nuevos detalles y secretos. Hace unos años se usaron rayos X en la Mona Lisa, descubriéndose nuevos detalles cientos de siglos después de su creación.

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