El teléfono móvil se ha convertido en el dispositivo más importante de cualquier persona. Ya no es que sea la forma más cómoda de comunicarse con nuestra familia y amigos, sino que desde que se ha vuelto «inteligente» contiene mucha información personal muy valiosa. Actualmente, perder el smartphone es como quedarse totalmente desprotegido.
Aparte de las tarjetas de crédito (pagar con la tecnología NFC resulta comodísimo), contiene el carné de conducir, el servicio Cl@ve para acceder a trámites oficiales, la aplicación para citas médicas, y puede ser la llave para abrir la puerta principal de casa si se tiene una cerradura smart.
La disponibilidad de usar el teléfono móvil como «llave maestra» para realizar cualquier cosa depende del país. En España todavía seguimos a la espera para poder tener el Documento Nacional de Identidad (DNI) digital. A este ritmo, es más probable que contemos con el pasaporte en el smartphone, o que directamente no lo necesitemos gracias al reconocimiento facial.
Los smartphones y el reconocimiento facial, la alianza perfecta para eliminar el pasaporte de papel
Los pasaportes con chip NFC, que son los que utilizamos actualmente en buena parte del mundo, empezaron a aparecer en la década de los 2000, como parte de un esfuerzo global para mejorar la seguridad y eficiencia en los controles fronterizos. Contienen un chip de radiofrecuencia (RFID) que almacena información digital sobre el titular, incluyendo datos biométricos como la fotografía facial y huellas dactilares, entre otros datos personales.
En el año 2004, la OACI (Organización Internacional de Aviación Civil) recomendó el uso de pasaportes electrónicos en todo el mundo. Fue en 2006 cuando Estados Unidos y la Unión Europea comenzaron a emitirlos, aunque muchos otros países se demorarían hasta la primera mitad de la década de los 2010 en adoptarlos.
Con el paso de los años, al pasaporte con chip NFC se le añadió nuevas tecnologías para aumentar su seguridad, como la protección contra la clonación y la verificación de integrar (para asegurar que la información almacenada en el chip no ha sido manipulada). Ya estamos en 2025, y los pasaportes no han evolucionado desde entonces. Pero esto podría cambiar en poco tiempo.
El uso generalizado de los teléfonos móviles inteligentes y reconocimiento facial podría acabar con los pasaportes de papel, ya que esta combinación podría garantizar la verificación de la identidad de los usuarios para poder viajar. Además, sus defensores aseguran que podría reducir la cantidad de tiempo de espera en los aeropuertos.
Son varios países, como Finlandia, Países Bajos, Emiratos Árabes o Estados Unidos, los que han estado probando distintas tecnologías de reemplazo de pasaportes. Desde octubre, es posible para los residentes de Singapur volar hacia y desde el país sin utilizar documentación, y que los visitantes extranjeros pueden disfrutar de la comodidad de un trámite sin pasaporte cuando salen de Singapur. Hasta el momento, más de 1,5 millones de personas han utilizado este sistema con éxito.
La Unión Europea planea lanzar una aplicación oficial para guardar el pasaporte en el teléfono móvil. Su funcionamiento sería sencillo: al estar en el aeropuerto, se mostraría el teléfono, y empezaría un proceso de reconocimiento facial para garantizar que la cara es la misma que la de la fotografía.
Aunque parece una solución cómoda, ya que no tendríamos que cargar con el pasaporte físicamente durante los viajes y preocuparse de no perderlo, los expertos en privacidad advierten que hay poca transparencia sobre las tecnologías que se están implementando para sustituirlo. Su proliferación, además, podría conducir a filtraciones de datos y mayores niveles de vigilancia, como menciona la fuente.
El artículo Los teléfonos móviles de última generación se cobran una nueva víctima: los pasaportes en papel fue publicado originalmente en Urban Tecno.
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