Este pez evolucionó para contar con su propia caña de pescar: es un arma infalible en las grandes profundidades

Existen infinidad de animales marinos, aunque no todos son tan peculiares como el que protagoniza este artículo y que es conocido como pez sapo. Estamos hablando de un animal que pertenece a la familia Antennariidae y que suele habitar mares y océanos tropicales, pudiendo remontarse su existencia al Eoceno inferior, es decir, hace entre los 56 y los 34 millones de años. ¿Su particularidad? Un apéndice a modo de caña de pescar.

El arte de la pesca narrado por el pez sapo

Si observamos el comportamiento de los peces sapo, seguramente tendríamos que descender miles de metros hasta el fondo oceánico. Este animal marino de extraño aspecto, como la mayoría de miembros de la familia Antennariidae, tiene una característica que le permite cazar presas atrayéndolas hasta una trampa mortal. El responsable es un apéndice ubicado en su cabeza, que utiliza como un ser humano hace lo propio con una caña de pescar.

Si queremos ponernos más estrictos, el apéndice tiene la denominación de illicium y se piensa que pudo haber sido una aleta dorsal que ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Ahora, moviéndose como si fuese un rico gusano que devorar, muchos peces caen víctimas de un engaño que le ofrece la oportunidad de cazar al pez sapo. Sin embargo, aún no se conocía cómo este pez era capaz de controlarlo.

Por suerte, el biólogo Naoyuki Yamamoto, perteneciente a la Universidad Nagoya, y un equipo de investigadores han publicado un artículo en la revista científica Journal of Comparative Neurology en el que creen haber descubierto al culpable. En este caso, un tipo de neurona que se ha ido especializando para realizar dicha función de movimiento del apéndice.

El estudio comenzó con un ejemplar de pez sapo al que se le inyectó un conjunto de trazadores neurales, que son capaces de colorear partes de su sistema nervioso. Esto se hizo con el fin de evidenciar el lugar que se activaba al utilizar este animal su illicium. Tras el análisis, los científicos hallaron que los músculos del apéndice eran activados por neuronas motoras del nervio occipital. Y aquí es donde surge el misterio.

En la mayoría de peces óseos, las neuronas motoras se encuentran en la parte posterior de la médula espinal. Esto no sucede con las neuronas motoras que controlan el apéndice del pez sapo, que se encuentran en la parte superior del dorso del animal. En el estudio, los investigadores señalan:

La peculiar localización de las neuronas motoras de pesca, con pocas dudas, está relacionada con la especialización de illicium que sirve para su comportamiento de pesca.

Naoyuki Yamamoto, para explicar la ubicación de este grupo de neuronas, sugiere que la propia evolución del pez sapo ha segregado las neuronas motoras del illicium del resto de neuronas motoras, que están dedicadas al movimiento de las aletas del animal, lo que le permite controlar sus desplazamientos.

Pero el misterio continúa, dado que aún no se sabe a ciencia cierta qué es exactamente lo que causó este cambio de localización de las neuronas. Los investigadores sospechan que ciertas regiones del cerebro del pez sapo se encargan de enviar mensajes a las neuronas de pesca, aún no se tiene claro qué regiones están involucradas en el proceso.

El artículo Este pez evolucionó para contar con su propia caña de pescar: es un arma infalible en las grandes profundidades fue publicado originalmente en Urban Tecno.

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